Acompañando Teruel logró atender a más de 280 usuarios de 32 municipios en 2024

Más de 280 personas usuarias de 32 municipios y 75 personas voluntarias participaron en 2024 en el programa Acompañando Teruel en el año en el que ha ampliado sus fronteras locales y ha llegado a las comarcas de Cuencas Mineras y el Altiplano de la Comarca de la Comunidad de Teruel. El proyecto comenzó en Teruel en 2020 y desde mayo de 2023 el programa está implantado también en Utrillas. Este año esperan llegar a tres comarcas de la provincia más.

La coordinadora de proyectos de la Federación Provincial de Asociaciones Vecinales y Culturales de Teruel, Mary Luz Benedicto, y la coordinadora de Acompañando Teruel, Celia Latorre, hicieron este viernes balance de 2024 con datos hasta noviembre en una rueda de prensa en el Centro Sociocultural San Julián, donde se encuentra su sede.

Detallaron los datos que muestran la necesidad de programas como este para luchar contra la soledad no deseada, como que en España uno de cada cinco personas sufre este sentimiento. En otros países, como Reino Unido, Japón o Estados Unidos, están prestando también atención a la que está siendo considerada la epidemia silenciosa del siglo XXI.

Por ello, desde Teruel, “intentamos luchar contra esta soledad no deseada a través de nuestras personas voluntarias, siempre en ocio y tiempo libre” comentó Latorre que recordó que para ello, “tenemos el apoyo de los financiadores”, como son el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial del Teruel, los ayuntamientos de Teruel y de Utrillas, la Comarca de Cuencas Mineras, la Comarca Comunidad de Teruel y entidades como la Fundación La Caixa y la Fundación Térvalis.
 

Con la ampliación a las comarcas, se ha llegado a 32 municipios en 2024, pero sobre todo destacaron que se han alcanzado las 2.259 atenciones de las que 1.390 se hicieron por el voluntariado y 869 por el personal técnico del programa. Se atendieron 1.453 llamadas telefónicas y 844 acciones grupales. Estos datos corresponden a la labor realizada por personal voluntariado y personal técnico del programa tanto en el ámbito rural como en el ámbito urbano.

Líneas de actuación

Dentro del programa se realizan cuatro líneas de actuación. La primera es sensibilización y concienciación de la problemática existente de la soledad no deseada,. Para ello se hacen charlas y talleres en diferentes institutos tanto de Teruel como en las comarcas, en los terceros de la ESO y en otros cursos como en ciclos formativos. También se ha presentado el programa en pequeños municipios a través del programa la Plaza Suena de la FFAVCT.

La segunda línea de actuación consiste en promover la implicación de comercios, entidades, asociaciones y vecinos y vecinas de Teruel para la detección y captación de las personas vulnerables que pueden ser beneficiarias del programa y de las personas voluntarias. La tercera línea es la intervención social individualizada, tanto presencial como telefónicamente, y la última la intervención social colectiva y grupal que se hace a través de las técnicas del programa como pueden ser cafés tertulia, manualidades, juegos de mesa, paseos y visitas culturales.

Benedicto destacó que este año se han alcanzado dos importantes logros. Por un lado, se ha trabajado para acercar el proyecto al ámbito rural, “algo que desde la Federación se tenía previsto realizar hace tiempo, pero que no había sido posible todavía dar ese paso”, dijo y comentó que ahora ha sido posible gracias a la implicación de las comarcas.
 

Otro logro importante que subrayó Benedicto fue el gran impacto social alcanzado, como muestra el número de personas atendidas y la cantidad de personas voluntarias. “Hay que recordar que de las personas que nos hemos dirigido, una buena parte de ellas proceden del ámbito rural y con zonas muy despobladas y alejadas entre sí”, apuntó para añadir que esto ha supuesto un alto alcance geográfico, con 32 municipios a los que se ha llevado el proyecto teniendo en cuenta que tanto en la comarca de Cuencas Mineras como en la de Teruel, se comenzó a trabajar en los mes de abril y mayo.

“Nos ha sorprendido también la gran satisfacción y el agradecimiento que nos manifiestan tanto las personas beneficiarias del proyecto como las personas voluntarias que en cada uno de los sitios tenemos”, destacó, y “los efectos beneficiosos que manifiestan tener a través de la participación en el proyecto”.

La flexibilidad del programa es otro aspecto a destacar. “En cada sitio se ha hecho una cosa diferente adaptándonos a las necesidades, a lo que les motiva y también a las limitaciones que tiene cada municipio”, argumentó Benedicto. Asimismo, destacó el trabajo en red, que ha sido “determinante” para poder avanzar en el programa, al poder colaborar con distintas entidades. Así se ha contando con la colaboración de centros de salud, Servicios Sociales o ayuntamientos entre otros organismos en cada uno de los territorios en los que se ha trabajado. También, farmacias, comercios o peluquerías que se convierten en “detectores de vulnerabilidad”.

“Ellos son los que en muchas ocasiones nos derivan a las personas que pueden tener ese sentimiento de soledad no deseado para que nos pongamos en contacto con ellos y seamos capaces de atenderles bien de forma individual o bien de forma grupal”, argumentó.

Benedicto diferenció en cómo es percibido el programa en Teruel y en Utrillas o en los pequeños municipios. En el primer caso hay una mayor preferencia por los acompañamientos individuales “mientras que en municipios más pequeños la demanda y las inquietudes han sido más hacia los grupos y las actividades colectivas”.

Entre las actividades incluidas en el programa destacó los encuentros en otras localidades diferentes a la que viven. “Hacemos encuentros grupales entre las personas beneficiarias del programa del ámbito rural y las de Teruel, nos parece muy interesante que personas de distintos pueblos puedan juntarse o reencontrarse en muchos casos porque muchas personas beneficiarias del proyecto son mayores que no salen del pueblo”, comentó. También realizan cursos de barro, juegos de cartas, cafés tertulia, visitas a exposiciones o asistencia a teatro y conciertos.
 

En cuanto al voluntariado, que es clave para el desarrollo de este proyecto, hay también una diferencia notable, porque en Teruel es una figura mucho más reconocida que en los pueblos, donde se lleva menos tiempo trabajando. La coordinadora de la FAVCT destacó que, a través de las distintas encuestas realizadas, tanto a personas voluntarias como a personas usuarias del proyecto, el 80% manifestó haber reducido su sentimiento de soledad. “Nos parece un dato muy importante y muy relevante a poner encima de la mesa”, subrayó destacando que lo habían manifestado tanto voluntarios como usuarios.

Retos

Respecto a los retos que se han marcado para el año 2025 se encuentra la extensión por el territorio y para ello han mantenido contacto con las comarcas del Jiloca, Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Aragón y también ampliar el ámbito de actuación a colectivos determinados con situaciones específicas muy concretas con personas de residencias o personas enfermas. Un tercer reto es dar visibilidad y normalidad al sentimiento de soledad no deseada. “Es un sentimiento muy extendido, con unas consecuencias muy graves, y queremos poder trabajar con todas estas personas que puedan tener este sentimiento”, subrayó Benedicto.

Durante este año para el desarrollo del programa se ha llegado a contar con 14 personas contratadas, algunas de manera puntual. En estos momentos son cinco las trabajadoras relacionadas con el proyecto, una cifra que volverá a incrementarse en función de la ampliación a otras comarcas.