Hoy hace un año que empecé a colaborar en este diario y llevo semanas pensando que sería divertido volver a reescribir sobre lo pulicado. O sea, coger cada artículo, leermelo y revisar si sigo pensando lo mismo.
Hace un año proclamaba a los cuatro vientos mi ilusión y reenamoramiento con mi nueva vida y hacia mi declaración de intenciones al nombrar este espacio como “Infinitas posibilidades: una columna de opinión sin opinión ninguna, llena de incertidumbre y preguntas ilimitadas.”
Hoy me siento frente al ordenador con más enfado que ilusión y no tengo realmente claro si quiero seguir escribiendo en este medio.
Por una parte está el placer de compartir con ustedes todo lo que se me pasa por la cabeza y, por la otra, la necesidad de posicionarme, de mostrar públicamente mi repulsa ante la decisión de cesar al director.
Y, mira por donde, que intentando salir de la polaridad me encuentro con una nueva posibilidad: hacer las dos cosas. Escribo y me posiciono abiertamente.
Un medio de comunicación como este no debedería verse como un negocio si no como un servicio público. La cultura, la información, el tejido social, el ser nombrados, el tener un espacio abierto para visibilizar lo que a casi nadie le importa no puede contemplarse con el prisma de la rentabilidad.
Existe la posibilidad de abrir la mirada, girar la cabeza y tener una visión de 360 grados para buscar soluciones innovadoras que tengan en cuenta todos los factores, todas las personas, las necesidades reales que estamos atendiendo. No somos números.
Leo que la ONU (The most Creative look to de future UN Global Pulse by Hanna Thomas Uose) ha realizado una investigación en la que se dan cuenta de que la multi crisis en la que nos encontramos actualmente viene del agujero en el que estamos enterrando a la cultura y la imaginación.
Para resolver problemas nuevos es necesario una visión que venga del futuro, que contemple todos los datos, que tenga el propósito de servir a todas las personas y no solo a los intereses de unos pocos.
La ONU se abre a la creatividad y la nombra como superpoder, reconoce que el trabajo de artistas y escritoras va mucho más allá del entretenimiento.
Va de crear espacios en blanco, tomarse tiempo y ver las infinitas posibilidades de cada situación. Va de diversidad, de ir más lento, de escuchar en profundidad.
Estamos en un momento histórico de lo más interesante, por primera vez en miles de años el pensamiento vertical pierde poder frente al pensamiento lateral. En esta nueva etapa que se está desplegando la imaginación va a ganar rango, aunque ahora mismo no lo parezca con los últimos acontecimientos, si queremos salir de esta lo mejor que podemos hacer es ponernos a bailar, dibujar, ¡¡crear!!
La creatividad se entrena, es un músculo sano pero necesita acción. Mira, otro de mis propósitos era incluir una canción en cada artículo y aquí ha acudido a la llamada Hace calor de Los Rodriguez.