Mr. Bates contra Correos
Recientemente, Movistar Plus+ incorporaba a su catálogo la serie inglesa más vista de los últimos tres años. Un record de audiencia de casi 10 millones de espectadores en su estreno convencional que ha vuelto a sacar a la luz uno de los mayores escándalos de la historia jurídica británica. Entre 1999 y 2015, la Post Office acusó a cientos de empleados inocentes de cometer robos y mala gestión financiera; un error en el nuevo software llamado Horizon provocó que muchos de ellos perdieran sus empleos, sus casas y hasta la libertad.
Años después, el propio Bates descubre que el suyo no es un caso aislado y decenas de subjefes del servicio de Correos de todo el país han sido víctimas del mismo error.
Entre ellas, Jo Hamilton (Monica Dolan), una mujer adorable y muy querida por los vecinos de South Warnoborough, que administra la estafeta y la cafetería donde vende su repostería casera. Ella misma reconoce sus limitaciones a la hora de cuadrar la caja al final del día, pero su angustia se contagia a los propios espectadores cuando vemos cómo su contabilidad de pérdidas se incrementa en la pantalla del ordenador sin que ella pueda hacer nada por evitarlo. De igual modo, Lee Castleton (Will Mellor), un padre de familia repudiado por su comunidad, repasa una y otra vez sus libros de cuentas desesperado por dar con un error en el sistema.
Las acusaciones y los agravios tienen consecuencias devastadoras en las vidas de los personajes. Todo ello impacta más en la audiencia al ser consciente de la realidad de los hechos narrados. Sentimos un nudo en el estómago cuando la tensión se traslada al seno familiar de las víctimas. La pena de cárcel sobrevuela como un ave de rapiña y la reputación perdida salpica incluso a los niños a los que sus compañeros de clase escupen en el pelo. El mal funcionamiento de Horizon obliga a los protagonistas a abandonar sus hogares y, en el peor de los casos, es el conflicto que desata una enfermedad mental.
Como es habitual en las producciones británicas, las interpretaciones y la puesta en escena rozan la excelencia. El actor Toby Jones es el cabeza de cartel de un reparto inmejorable. Junto a él, destaca Monica Dolan dando vida a una mujer frágil y de gran corazón, que llega a declararse culpable de contabilidad falsa para evitar la pena de prisión. La dirección de la serie corre a cargo de James Strong (Broadchurch), y el libreto es obra de la veterana Gwyneth Hughes, responsable también del guion de la curiosa The Girl, el telefilm que contaba el rodaje de Los pájaros y la obsesión de Hitchcock (de nuevo, Toby Jones) con Tippie Hedren.
El gran éxito en Reino Unido de la miniserie -estrenada el pasado 1 de enero- y el debate suscitado en torno a ella, ha llevado al primer ministro Rishi Sunak a aprobar una ley para indemnizar a los más de 700 empleados de correos condenados por desajustes en las cuentas. Para Sunak, es hora de que “la verdad salga a la luz, que corrijamos los errores del pasado y que las víctimas reciban la justicia que merecen”.
La televisión al servicio del pueblo.
David vs Goliat
Mr. Bates contra Correos es el relato de una injusticia que parece sacado de un episodio de la serie Black Mirror. El fallo informático que coloca contra las cuerdas al hombre; al igual que HAL 9000, la supercomputadora del clásico 2001: una odisea en el espacio, las vidas humanas están a merced de la máquina (y su buen uso). Alan Bates (Toby Jones) regenta junto a su esposa Suzanne (Julie Hesmondhalgh) una pequeña sucursal de Correos que se ve obligada a cerrar por un supuesto fraude.Años después, el propio Bates descubre que el suyo no es un caso aislado y decenas de subjefes del servicio de Correos de todo el país han sido víctimas del mismo error.
Entre ellas, Jo Hamilton (Monica Dolan), una mujer adorable y muy querida por los vecinos de South Warnoborough, que administra la estafeta y la cafetería donde vende su repostería casera. Ella misma reconoce sus limitaciones a la hora de cuadrar la caja al final del día, pero su angustia se contagia a los propios espectadores cuando vemos cómo su contabilidad de pérdidas se incrementa en la pantalla del ordenador sin que ella pueda hacer nada por evitarlo. De igual modo, Lee Castleton (Will Mellor), un padre de familia repudiado por su comunidad, repasa una y otra vez sus libros de cuentas desesperado por dar con un error en el sistema.
Las acusaciones y los agravios tienen consecuencias devastadoras en las vidas de los personajes. Todo ello impacta más en la audiencia al ser consciente de la realidad de los hechos narrados. Sentimos un nudo en el estómago cuando la tensión se traslada al seno familiar de las víctimas. La pena de cárcel sobrevuela como un ave de rapiña y la reputación perdida salpica incluso a los niños a los que sus compañeros de clase escupen en el pelo. El mal funcionamiento de Horizon obliga a los protagonistas a abandonar sus hogares y, en el peor de los casos, es el conflicto que desata una enfermedad mental.
Como es habitual en las producciones británicas, las interpretaciones y la puesta en escena rozan la excelencia. El actor Toby Jones es el cabeza de cartel de un reparto inmejorable. Junto a él, destaca Monica Dolan dando vida a una mujer frágil y de gran corazón, que llega a declararse culpable de contabilidad falsa para evitar la pena de prisión. La dirección de la serie corre a cargo de James Strong (Broadchurch), y el libreto es obra de la veterana Gwyneth Hughes, responsable también del guion de la curiosa The Girl, el telefilm que contaba el rodaje de Los pájaros y la obsesión de Hitchcock (de nuevo, Toby Jones) con Tippie Hedren.
El gran éxito en Reino Unido de la miniserie -estrenada el pasado 1 de enero- y el debate suscitado en torno a ella, ha llevado al primer ministro Rishi Sunak a aprobar una ley para indemnizar a los más de 700 empleados de correos condenados por desajustes en las cuentas. Para Sunak, es hora de que “la verdad salga a la luz, que corrijamos los errores del pasado y que las víctimas reciban la justicia que merecen”.
La televisión al servicio del pueblo.