“Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe. Eso es el suspense”. Con este sencillo ejemplo, Alfred Hitchcock compartía las claves del género que le hizo famoso. La inquietud, la expectación o la anticipación son conceptos que el director de Psicosis manejó con soltura para mantener en vilo al espectador a lo largo de sus películas.
El escritor vasco Mikel Santiago lleva ocho novelas —todas ellas best sellers— demostrando que es uno de los alumnos aventajados del maestro del suspense. Ahora llega a Netflix la adaptación de su primer libro dirigida por Oriol Paulo, digno heredero de Hitch y responsable de algunos de los mejores thrillers españoles recientes. Suyos son El cuerpo, Contratiempo o Los renglones torcidos de Dios, entre otros filmes, así como las series El inocente o, la que hoy nos ocupa, La última noche en Tremor.
Inquietante thriller psicológico
Álex es un pianista y exitoso compositor de bandas sonoras que no pasa por el mejor momento de su vida. Divorciado, con dos hijos y en mitad de una crisis profesional, decide recluirse en un pueblo de la costa norte de España para encontrar la paz y recuperar la inspiración. Aislado del resto del mundo, sus amistades se reducen a un matrimonio que reside a pocos metros de él y a una joven llamada Judy con la que acaba de comenzar una historia de amor. Una noche, durante una furiosa tormenta, un rayo alcanza a Álex de camino a casa; a partir de ese instante, el protagonista sufre aterradoras visiones que le alertan sobre el oscuro porvenir de aquellos que le rodean.
La última noche en Tremor consagra a su director como el rey indiscutible del thriller patrio y un especialista a la hora de adaptar a los grandes del género. Si en anteriores producciones, Paulo se basó en las obras de Harlan Coben y Torcuato Luca de Tena, ahora es el turno de Mikel Santiago y su opera prima publicada en 2014. Al igual que ya hizo con El inocente, Paulo toma la esencia del texto, lo desmenuza y amplia el universo de la novela ahondando en el pasado de sus personajes principales. La serie acumula múltiples misterios en ocho capítulos de larga duración y aunque, en ocasiones, el argumento principal parece diluirse entre tanto afluente narrativo y giros imposibles de guion, les garantizo que todas las incógnitas terminan encajando como si formaran una matrioska rusa.
Una parte importante del peso de la miniserie recae sobre los hombros de su protagonista, Javier Rey. El actor brilla a la hora de meterse en la piel de este músico que arrastra un pasado traumático —una madre castrante que sufría visiones, la trágica pérdida de su primer amor— y debe lidiar con un poder que le sobrepasa y le impide distinguir entre el sueño y la realidad. Junto a él, Ana Polvorosa encarna a Judy, una mujer independiente y luchadora que acudió años atrás a Tremor para pasar página y olvidar el capítulo más terrible de su vida. El reparto se completa con la participación de Pilar Castro y Willy Toledo como los dos misteriosos vecinos de Álex.
François Truffaut, a quien debemos el inmortal libro-entrevista con Hitchcock, decía que la obra del director inglés desafiaría el paso del tiempo como “los relojes de pulsera de los soldados muertos”. En La última noche en Tremor, Oriol Paulo se enfunda el traje del maestro del suspense y, aunque todavía le falta peso para rellenar su icónica silueta, consigue la proeza de mantener viva la llama de su legado.
El escritor vasco Mikel Santiago lleva ocho novelas —todas ellas best sellers— demostrando que es uno de los alumnos aventajados del maestro del suspense. Ahora llega a Netflix la adaptación de su primer libro dirigida por Oriol Paulo, digno heredero de Hitch y responsable de algunos de los mejores thrillers españoles recientes. Suyos son El cuerpo, Contratiempo o Los renglones torcidos de Dios, entre otros filmes, así como las series El inocente o, la que hoy nos ocupa, La última noche en Tremor.
Inquietante thriller psicológico
Álex es un pianista y exitoso compositor de bandas sonoras que no pasa por el mejor momento de su vida. Divorciado, con dos hijos y en mitad de una crisis profesional, decide recluirse en un pueblo de la costa norte de España para encontrar la paz y recuperar la inspiración. Aislado del resto del mundo, sus amistades se reducen a un matrimonio que reside a pocos metros de él y a una joven llamada Judy con la que acaba de comenzar una historia de amor. Una noche, durante una furiosa tormenta, un rayo alcanza a Álex de camino a casa; a partir de ese instante, el protagonista sufre aterradoras visiones que le alertan sobre el oscuro porvenir de aquellos que le rodean.
La última noche en Tremor consagra a su director como el rey indiscutible del thriller patrio y un especialista a la hora de adaptar a los grandes del género. Si en anteriores producciones, Paulo se basó en las obras de Harlan Coben y Torcuato Luca de Tena, ahora es el turno de Mikel Santiago y su opera prima publicada en 2014. Al igual que ya hizo con El inocente, Paulo toma la esencia del texto, lo desmenuza y amplia el universo de la novela ahondando en el pasado de sus personajes principales. La serie acumula múltiples misterios en ocho capítulos de larga duración y aunque, en ocasiones, el argumento principal parece diluirse entre tanto afluente narrativo y giros imposibles de guion, les garantizo que todas las incógnitas terminan encajando como si formaran una matrioska rusa.
Una parte importante del peso de la miniserie recae sobre los hombros de su protagonista, Javier Rey. El actor brilla a la hora de meterse en la piel de este músico que arrastra un pasado traumático —una madre castrante que sufría visiones, la trágica pérdida de su primer amor— y debe lidiar con un poder que le sobrepasa y le impide distinguir entre el sueño y la realidad. Junto a él, Ana Polvorosa encarna a Judy, una mujer independiente y luchadora que acudió años atrás a Tremor para pasar página y olvidar el capítulo más terrible de su vida. El reparto se completa con la participación de Pilar Castro y Willy Toledo como los dos misteriosos vecinos de Álex.
François Truffaut, a quien debemos el inmortal libro-entrevista con Hitchcock, decía que la obra del director inglés desafiaría el paso del tiempo como “los relojes de pulsera de los soldados muertos”. En La última noche en Tremor, Oriol Paulo se enfunda el traje del maestro del suspense y, aunque todavía le falta peso para rellenar su icónica silueta, consigue la proeza de mantener viva la llama de su legado.