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Yo no le dejo entrar Yo no le dejo entrar

Yo no le dejo entrar

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Isabel Marco
El mundo está lleno de gente indeseable que hace cosas indeseables. Algunas situaciones se dan con demasiada frecuencia y la sociedad no está acostumbrada a verlas como inadecuadas. Por ejemplo, creo que no es correcto preguntarle a una persona con la que no tienes una relación de amistad con qué tipo de ropa prefiere dormir, si sexy o cómoda; a no ser que quieras poner un punto picante en la conversación para ver si eso te lleva a otro lugar, pero para eso habría que tener claro si la otra persona está por la labor, o bien arriesgarte a que te mande a paseo. Hay veces que se dan circunstancias en las que ese tipo de comentarios pueden incomodarte e incluso dejarte tan fuera de juego que no sepas cómo reaccionar. Otras veces, la persona que te lo está diciendo tiene tanto poder que intimida y otras, hace esos comentarios delante de mucha gente para normalizarlos y dar a entender que no pasa nada, que es normal hablarle así a una persona. No está bien incomodar a alguien de ese modo, jugar a dejar a alguien fuera de juego o intimidar con ese tipo de preguntas se hace para infundir miedo sobre los demás, para ejercer poder sobre los demás.

Decirle de repente a alguien que acabas de conocer que es difícil no enamorarse de él o ella y después besarle en el cuello, romper la distancia de intimidad y apoyar la cabeza en su hombro o en su pecho, también resulta bastante desagradable. Que alguien te diga que te ha imaginado desnuda o desnudo en el mar o que te haga hablar y luego te diga que lo que has dicho no le importa, que lo único que le gusta es escuchar tu voz sensual, es de ser una persona, como poco, con poca delicadeza, con poca vergüenza.

Tampoco veo normal que alguien con quien no has intercambiado más que unas cuantas palabras te diga que busca fotos tuyas en internet para luego compartirlas porque podría mirarte durante horas sin cansarse, que después te de un beso que nunca habías pedido o que cree una situación en la que pueda darte un beso fingiendo que ha sido sin querer.

Los comentarios sobre la ropa que una persona lleva tampoco son agradables, más si estos comentarios tienen un tinte sexual como por ejemplo si llevas o no ropa interior, o que opinen sobre tu cuerpo cuando estás en la playa, o que una persona te haga enseñar una parte de tu cuerpo diciéndote que es muy bonita, concretamente el culo, y que acabe aplaudiendo y besándotelo por guapo. Pues esas cosas no están bien, son actitudes de alguien que se cree que está por encima de todo el mundo, son situaciones en las que quiere avergonzar y humillar, puede parecer que te está piropeando, pero no.

A las mujeres en general, no nos gusta que nos pregunten cuándo vamos a ser madres o que nos insinúen que se nos está pasando el arroz. Tampoco a las que hemos sido madres, o a las que vayan a serlo, nos agrada que una persona con la que no tenemos confianza nos pregunte que qué haremos cuando se nos caiga el pecho después de dar de mamar a nuestros bebés. Es que directamente no nos gusta que se hagan comentarios sobre nuestro pecho, tampoco que se nos diga si es grande o pequeño o que pongan en evidencia ese hecho; a esa persona no le importa que lo estés pasando mal.

Lo peor es que este tipo de personas también hacen estos comentarios a niñas, preguntas como si tienen novio o si les gustan señores de unos sesenta años.

¿Invitarías a alguien así a tu casa, le dejarías entrar?

Estos comentarios son reales, se han hecho a mujeres famosas y entran en muchísimas casas de nuestro país a través del programa de un conocido señor que es alabado y con el que mucha gente se ríe. Se cuela en muchos hogares, como las hormigas. Es influyente y poderoso. Ahora piensa si estás dejándole entrar y si lo vas a seguir haciendo, el poder lo tienes tú.