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Menos mal Menos mal
EFE

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Me aconsejan que deje de escribir de la dana, y eso que el devenir de los acontecimientos da para más de dos artículos de opinión. Últimamente lo que ha ido sucediendo puede resumirse en que mientras la gente va liberándose poco a poco del fango, otros cada vez están más dentro, tan dentro que dudo que puedan salir.

Mientras tanto Errejón dice que la denuncia de la actriz Elisa Moliuaá es falsa, aunque me parece que más falso fue él cuando dijo que dimitía de su cargo por salud mental, pero bueno, tiempo al tiempo.

Por otro lado, Trump ya ha empezado a elegir a su séquito. No sorprende que elija a un negacionista de las vacunas, Robert F. Kennedy Jr., como Secretario de Salud y de los Servicios Humanos en Estados Unidos para proteger a los ciudadanos de la crisis sanitaria en la que están sumidos. El resto de medidas veremos cómo nos afectan, pero a mí este señor no me inspira nada bueno.

En Gaza siguen igual que estaban, sufriendo un genocidio mientras en Europa y el resto del mundo nos quedamos de brazos cruzados sin hacer nada para evitarlo, vendiendo armamento a Israel y escribiendo un capítulo muy negro en la Historia.

Ucrania y Rusia continúan en guerra aunque ya no hablemos tanto de ello. Ucrania está decidida a llegar hasta el final, no piensan ceder ni un centímetro. Quién sabe si algún día de estos nos sorprenden con un acuerdo de paz y se cierra un frente por lo menos.

Por aquí no nos podemos quejar, por lo menos no estamos en guerra; aunque creo que a más de uno les gustaría que rodasen algunas cabezas, tanto odio en la gente me tiene asustada. Eso sí, seguimos yendo a la cabeza de los países consumidores de antidepresivos y, al mismo tiempo, también encabezamos el ranking como consumidores de cocaína. Por lo visto, somos por tradición de extremos.

Además, las mujeres estamos alzando la voz y estamos contando los mil y un episodios de acoso y agresiones sexuales que llevamos sufriendo, casi siempre en silencio, desde que tenemos uso de razón porque ya se sabe que los hombres son así. Pero ojo, no se lo digas a la cara que se sienten atacados. Eso sí, ellos de sí mismos sí lo pueden decir y los mayores advierten a las jóvenes: ¡Ojo que los tíos solo pensamos en una cosa! ¡Si lo sabré yo que he sido joven también!

Y así está hoy mi cabeza, con todos estos temas rondando.

Menos mal que tengo herramientas para poder evadirme: leer o escuchar música siempre me han parecido unas actividades geniales para generar endorfinas y poder enfrentarme al día a día. Menos mal que no he dejado morir a la niña algo payasa que siempre he tenido dentro, que puedo dejarla salir siempre que quiero y que además es motivo de alegría también para mis dos sostenes fundamentales.

Menos mal que no soy protagonista de las situaciones antes descritas y menos mal que tengo a mi alrededor personas geniales con las que puedo divertirme y, aunque no faltan las preocupaciones y algunos días son más grises que otros, puedo decir que juntos somos capaces de pintarnos el sol.

Menos mal.