

Ernesto Sabato dejó escrito que “no hay casualidades sino destinos” y la fortuna quiso cruzar el mío con la obra de Lee Child y su imponente héroe Jack Reacher. Era uno de esos veranos interminables que huelen a Nivea. El calor apretaba y ansiaba encontrar un pasatiempo ligero con el que remediar la mala racha lectora que arrastraba desde hacía meses. Echando un vistazo en una librería de segunda mano, me encontré con un volumen en tapa dura, de cubiertas ajadas, que llevaba por título El inductor. Poco podía imaginarme lo que aquella novela guardaba entre sus páginas: una narrativa trepidante y adictiva compuesta a base de frases cortas, afiladas como cuchillas, llena de acción y con un personaje protagonista imposible de olvidar.
Tras mi primera incursión, seguí con el resto de títulos de Child que había traducidos al castellano. Poco a poco fui convirtiéndome en seguidor de un autor que ya es un fenómeno de ventas mundial, capaz de fascinar a escritores tan dispares como Stephen King o Haruki Murakami. Todas sus novelas están protagonizadas por Jack Reacher, un exmilitar que recorre Estados Unidos como un nómada, sin más posesiones que su pasaporte y un cepillo de dientes.
El pasado mes de febrero llegaba a Amazon la tercera temporada de la serie dedicada al personaje. Reacher —título tan sobrio y efectivo como un derechazo de su protagonista— se corona como una de las mejores propuestas de la plataforma y la opción ideal para los fanáticos del cine de acción.
El primer capítulo arranca con nuestro héroe frustrando el secuestro de un joven estudiante universitario. A partir de ese instante, la acción se dispara y no da tregua al espectador. Jack Reacher es reclutado por la DEA para infiltrarse en una red ilegal y así dar con el paradero de una informante desaparecida. Por si fuera poco, el pasado regresa a la vida del antiguo policía militar al reencontrarse con un enemigo al que creía haber matado una década atrás; esta vez, Reacher no está dispuesto a dejarlo escapar y hará cualquier cosa por cumplir con su venganza.
El actor Alan Ritchson retoma el papel protagonista que ya desempeñó en las dos temporadas anteriores de la serie. Un gigante con cuerpo de culturista y grandes dotes deductivas, un grotesco híbrido entre Hulk y Sherlock Holmes al que los problemas persiguen allá donde va. En esta ocasión, Reacher pasa la mayor parte del tiempo encerrado en una mansión donde deberá lidiar con los sicarios del personaje interpretado por Anthony Michael Hall (actor popular en los ochenta gracias a comedias como El club de los cinco o La mujer explosiva). Junto a él, destacan los dos grandes hallazgos de la serie: la actriz Sonya Cassidy como la agente federal obsesionada con su trabajo y, sobre todo, el hercúleo Olivier Richters que da vida a Paulie, uno de los guardaespaldas del villano. Su físico descomunal, curtido a base de gimnasio y esteroides, lo convierten en el adversario ideal para que Reacher ponga a prueba la fuerza de sus puños.
Capricho del destino o simple casualidad, esta tercera temporada adapta la novela con la que descubrí al personaje. El inductor —retitulada en la última edición de RBA como Ajuste de cuentas— es, posiblemente, una de las mejores aventuras de Reacher y su traslación a la pequeña pantalla está a la altura del texto original.
Hace tan solo unos meses, Netflix estrenaba el film Rebel Ridge. En él, un intrépido exmarine se enfrentaba a la corrupción de una pequeña ciudad para vengar la muerte injusta de un familiar. Muchos vimos en aquel extraordinario thriller ecos del lobo solitario creado por Lee Child. Pues bien, ahora tenemos de vuelta al modelo original dispuesto a hacer justicia. Más fuerte, más duro y más Reacher que nunca.
Tras mi primera incursión, seguí con el resto de títulos de Child que había traducidos al castellano. Poco a poco fui convirtiéndome en seguidor de un autor que ya es un fenómeno de ventas mundial, capaz de fascinar a escritores tan dispares como Stephen King o Haruki Murakami. Todas sus novelas están protagonizadas por Jack Reacher, un exmilitar que recorre Estados Unidos como un nómada, sin más posesiones que su pasaporte y un cepillo de dientes.
El pasado mes de febrero llegaba a Amazon la tercera temporada de la serie dedicada al personaje. Reacher —título tan sobrio y efectivo como un derechazo de su protagonista— se corona como una de las mejores propuestas de la plataforma y la opción ideal para los fanáticos del cine de acción.
Más duro que nunca
El primer capítulo arranca con nuestro héroe frustrando el secuestro de un joven estudiante universitario. A partir de ese instante, la acción se dispara y no da tregua al espectador. Jack Reacher es reclutado por la DEA para infiltrarse en una red ilegal y así dar con el paradero de una informante desaparecida. Por si fuera poco, el pasado regresa a la vida del antiguo policía militar al reencontrarse con un enemigo al que creía haber matado una década atrás; esta vez, Reacher no está dispuesto a dejarlo escapar y hará cualquier cosa por cumplir con su venganza.
El actor Alan Ritchson retoma el papel protagonista que ya desempeñó en las dos temporadas anteriores de la serie. Un gigante con cuerpo de culturista y grandes dotes deductivas, un grotesco híbrido entre Hulk y Sherlock Holmes al que los problemas persiguen allá donde va. En esta ocasión, Reacher pasa la mayor parte del tiempo encerrado en una mansión donde deberá lidiar con los sicarios del personaje interpretado por Anthony Michael Hall (actor popular en los ochenta gracias a comedias como El club de los cinco o La mujer explosiva). Junto a él, destacan los dos grandes hallazgos de la serie: la actriz Sonya Cassidy como la agente federal obsesionada con su trabajo y, sobre todo, el hercúleo Olivier Richters que da vida a Paulie, uno de los guardaespaldas del villano. Su físico descomunal, curtido a base de gimnasio y esteroides, lo convierten en el adversario ideal para que Reacher ponga a prueba la fuerza de sus puños.
Capricho del destino o simple casualidad, esta tercera temporada adapta la novela con la que descubrí al personaje. El inductor —retitulada en la última edición de RBA como Ajuste de cuentas— es, posiblemente, una de las mejores aventuras de Reacher y su traslación a la pequeña pantalla está a la altura del texto original.
Hace tan solo unos meses, Netflix estrenaba el film Rebel Ridge. En él, un intrépido exmarine se enfrentaba a la corrupción de una pequeña ciudad para vengar la muerte injusta de un familiar. Muchos vimos en aquel extraordinario thriller ecos del lobo solitario creado por Lee Child. Pues bien, ahora tenemos de vuelta al modelo original dispuesto a hacer justicia. Más fuerte, más duro y más Reacher que nunca.