

Nadie puede negar que el director Enrique Urbizu es todo un superviviente. El bilbaíno lleva cuatro décadas demostrando que es uno de los mejores cineastas españoles en activo. Heredero de los grandes maestros del Hollywood clásico, Urbizu conoce su oficio, lo ama y se entrega a cada proyecto como si la vida le fuera en ello. Raoul Walsh, Howard Hawks, Budd Boetticher o Sidney Lumet son algunos de los nombres que figuran en su particular panteón de divinidades, realizadores que prefieren una puesta en escena sutil, supeditada a las necesidades del relato.
Han pasado 14 años desde su última película, la exitosa No habrá paz para los malvados. Desde entonces, Urbizu se ha refugiado en la televisión para dar rienda suelta a su talento tras las cámaras. Un camino largo y accidentado que va desde la frustración que supuso la adaptación en formato serie de Las aventuras del Capitán Alatriste hasta las estupendas Gigantes y Libertad (ambas disponibles en Movistar Plus+). Ahora llega a MAX su última miniserie, Cuando nadie nos ve, un adictivo thriller ambientado en Semana Santa perfecto para estos próximos días de Pasión, devoción, saetas y torrijas.
Mientras la sargento de la Guardia Civil Lucía Gutiérrez (Maribel Verdú) se hace cargo de las investigaciones, llega hasta la localidad la agente especial estadounidense Magaly Castillo (Mariela Garriga) para averiguar el paradero de un soldado americano desaparecido.
El militar, que se encontraba destinado en una base aérea cerca del pueblo, parece haberse esfumado de la faz de la tierra.
Conforme avanzan en sus pesquisas, ambas se darán cuenta de que sus respectivos casos están conectados y deberán colaborar juntas si quieren llegar a dilucidar el misterio.
Cuando nadie nos ve parte de una novela escrita por Sergio Sarria, adaptada a la pequeña pantalla por el guionista Daniel Corpas y dirigida en su totalidad —ocho capítulos— por Enrique Urbizu. El responsable de films como La caja 507 o La vida mancha afronta el proyecto con su humildad habitual, sin dárselas de autor, optando por una narrativa honesta donde no brilla la firma pero sí el buen oficio de su director.
Más allá de la trama policíaca, la serie deja espacio para que el espectador se adentre en la vida privada de los protagonistas.
Maribel Verdú interpreta con solvencia a una Guardia Civil fría y estricta, que prefiere mantener las distancias con todo el mundo, incluso con su propia familia.
La sargento Gutiérrez es una viuda que vive con su hija adolescente y su suegra, que empieza a mostrar síntomas de senilidad. Tan solo consigue bajar la guardia en las escenas que comparte con el personaje interpretado por Eloy Azorín, el camarero que regenta el bar donde la oficial acude a ahogar las penas.
El cine español decía adiós a la década de los 90 con la cinta Nadie conoce a nadie. La ópera prima de Mateo Gil —colaborador habitual del primer Amenábar— conquistaba al público con una rocambolesca mezcla de juegos de rol, atentados terroristas y penitentes con pistolas láser.
Acababa de nacer el thriller semanasantero. 25 años después, Urbizu da cartas de nobleza al subgénero y nos regala la excusa ideal para escapar de las procesiones y el bullicio callejero. Créanme, Cuando nadie nos ve es la única serie capaz de hacerle la Pascua a las cuadrigas de Ben-Hur. Donde esté Maribel Verdú, que se quite Charlton Heston.
Han pasado 14 años desde su última película, la exitosa No habrá paz para los malvados. Desde entonces, Urbizu se ha refugiado en la televisión para dar rienda suelta a su talento tras las cámaras. Un camino largo y accidentado que va desde la frustración que supuso la adaptación en formato serie de Las aventuras del Capitán Alatriste hasta las estupendas Gigantes y Libertad (ambas disponibles en Movistar Plus+). Ahora llega a MAX su última miniserie, Cuando nadie nos ve, un adictivo thriller ambientado en Semana Santa perfecto para estos próximos días de Pasión, devoción, saetas y torrijas.
Maribel Verdú es la estrella
En Morón de la Frontera, durante la procesión del domingo de ramos, dos cofrades comienzan a comportarse de manera extraña en mitad del paso. Sangran por los ojos y tienen terribles visiones provocadas por el consumo de una droga desconocida. En paralelo, se descubre el cadáver de un hombre que se ha quitado la vida utilizando la técnica japonesa del harakiri.Mientras la sargento de la Guardia Civil Lucía Gutiérrez (Maribel Verdú) se hace cargo de las investigaciones, llega hasta la localidad la agente especial estadounidense Magaly Castillo (Mariela Garriga) para averiguar el paradero de un soldado americano desaparecido.
El militar, que se encontraba destinado en una base aérea cerca del pueblo, parece haberse esfumado de la faz de la tierra.
Conforme avanzan en sus pesquisas, ambas se darán cuenta de que sus respectivos casos están conectados y deberán colaborar juntas si quieren llegar a dilucidar el misterio.
Cuando nadie nos ve parte de una novela escrita por Sergio Sarria, adaptada a la pequeña pantalla por el guionista Daniel Corpas y dirigida en su totalidad —ocho capítulos— por Enrique Urbizu. El responsable de films como La caja 507 o La vida mancha afronta el proyecto con su humildad habitual, sin dárselas de autor, optando por una narrativa honesta donde no brilla la firma pero sí el buen oficio de su director.
Más allá de la trama policíaca, la serie deja espacio para que el espectador se adentre en la vida privada de los protagonistas.
Maribel Verdú interpreta con solvencia a una Guardia Civil fría y estricta, que prefiere mantener las distancias con todo el mundo, incluso con su propia familia.
La sargento Gutiérrez es una viuda que vive con su hija adolescente y su suegra, que empieza a mostrar síntomas de senilidad. Tan solo consigue bajar la guardia en las escenas que comparte con el personaje interpretado por Eloy Azorín, el camarero que regenta el bar donde la oficial acude a ahogar las penas.
El cine español decía adiós a la década de los 90 con la cinta Nadie conoce a nadie. La ópera prima de Mateo Gil —colaborador habitual del primer Amenábar— conquistaba al público con una rocambolesca mezcla de juegos de rol, atentados terroristas y penitentes con pistolas láser.
Acababa de nacer el thriller semanasantero. 25 años después, Urbizu da cartas de nobleza al subgénero y nos regala la excusa ideal para escapar de las procesiones y el bullicio callejero. Créanme, Cuando nadie nos ve es la única serie capaz de hacerle la Pascua a las cuadrigas de Ben-Hur. Donde esté Maribel Verdú, que se quite Charlton Heston.