A veces, parece un acertijo: “Investigan la muerte de la mujer de Matamala de Almazán…” (Heraldo de Soria). Otras dudamos de la muerte cuando debiéramos hacerlo de la sociedad: “Detenido un hombre en Santa Perpetua por matar presuntamente a su pareja” (Cope). Nos permitimos el lujo de recrearnos: “Sangre y juguetes en un crimen machista anunciado en Escalona” (El País). Y por supuesto, somos tan idiotas y ruines como el que más. Como si la realidad nos diera la razón, también en esto, y vemos, por ejemplo, abortos donde sólo hay asesinatos: “Juan José a prisión por el asesinato de su esposa y por el aborto del hijo que estaba a punto de nacer” (ABC). Incluso las cifras acaban siendo un sonido vacío: “Una mujer asesinada en Bilbao podría convertirse en la novena víctima de violencia machista” (Público).
En Matamala (Soria) apagaron el incendio de la vivienda el día de Navidad, dentro apareció asesinada la mujer de 44 años. Había sido su expareja, denunciado tres días antes. En Santa Perpétua fue una llamada, a las 6 de la mañana y el propio asesino explicó que había matado a su mujer de 88 años. En Escalona, avisó una menor de 14 años. Los dos hijos vieron como su padre asesinaba a su madre, embarazada de 9 meses. En Bilbao, el asesino la mató en el bar donde todo el barrio les veía discutir a diario. La retahíla duele sólo de escribirla.
Este diciembre ha sido el segundo peor mes en la última década. Ya ven, entre anuncios de colonias, y mensajes de que la vida es chupiguay, y a ver qué van a hacer de menú. Y no es casualidad, aunque pasemos de puntillas, porque da bajona, porque no pega decir que estamos enfermos y que, a manos de hombres, ha muerto asesinada una mujer cada 48 horas. En esa lista de los que debemos hacer más también estamos nosotros, los medios. Los que deberíamos titular por el asesino, no por la víctima, resaltar las consecuencias y no los detalles escabrosos, darle continuidad y explicar que, como ha ocurrido en diciembre, no hay edad, ni grupo social y mucho menos justificaciones o interpretaciones. Son asesinos.