Vuelven las soñadas vacaciones de Semana Santa, el descanso y todo lo que esperamos disfrutar en estos días en los que ya se nos ha olvidado que no hace tanto tuvimos que estar encerrados y con mucho miedo. Hay muy poca gente a la que no le guste hacer turismo, y con los años me he dado cuenta de que el colectivo más aventurero que conozco es el de las personas con discapacidad. Porque para nosotros no solo supone una oportunidad de conocer mundo, sino que también es un verdadero reto salir de casa y no encontrarnos con ningún problema.
Afortunadamente, muchos sitios turísticos y hosteleros hacen un esfuerzo notable para ser accesibles a todo tipo de diversidades funcionales, pero les puedo asegurar que el porcentaje todavía es demasiado pequeño. En mi caso, cada vez que viajo, llego a mi destino con un nudo en el estómago, pensando en qué desagradables sorpresas me deparará el destino. Siempre pido información detallada de cada lugar que quiero visitar, a pesar de lo cual, suelen ocurrir cosas lamentables, debido a la alegría con la que se presume de ausencia de barreras.
Aparte de la accesibilidad de los edificios y los espacios comunes, utilizar un transporte distinto al propio vehículo, suele ser una tarea casi imposible. Estaciones de tren no preparadas, ausencia de autobuses adaptados, sillas de ruedas estropeadas en los equipajes de los aviones, y un largo etcétera que consigue que nos ganemos el calificativo de “muy osados” por intentar viajar como cualquier ser humano.
Y para rizar el rizo, si se nos ocurre hacer turismo natural o de aventura, estamos hablando de imposibles. Los senderos accesibles son muy pocos y muy cortos, y los deportes de aventura adaptados son también escasos y caros. Pero, como siempre, existen intrépidos que lo intentan y, a veces, lo consiguen.
Si para nosotros el día a día es complicado, viajar y hacer turismo lo es mucho más. Sin embargo, nos revelamos contra el ostracismo y somos muchos los que vamos abriendo camino para que esta sea una actividad igual de divertida para todos.