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Recta final Recta final

Recta final

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Elena Gómez

Existe un sentimiento general que va ganando fuerza en la calle. La excesiva politización de todo está empezando a hartarnos. Los medios de comunicación nos venden una realidad que poco tiene que ver con lo que vivimos en nuestro día a día, la clase política parece estar a millones de años luz de nuestras necesidades y la sensación de que todo va a peor, nos está agriando el carácter.

Pero este año nos toca aguantar, centrarnos y ser responsables. Estamos en la recta final de la maratón de las elecciones autonómicas y locales, pero esto es solo el aperitivo de las Olimpiadas Electorales que vamos a vivir en los meses venideros.

Las calles se cubrirán de carteles con proclamas sin demasiado sentido, de fotografías de lideres retocados con Photoshop, de melodías poco atractivas pero muy pegadizas, y de alguna jornada con regalos inútiles. Nuestros buzones, si no somos precavidos, se inundarán de papeles que irán directamente a la basura porque, siendo honestos, muy pocos leemos los programas de todos los partidos. Y los minutos electorales en la televisión nos parecerán más largos que los anuncios de Antena 3.

Pero yo, que soy una romántica y todavía creo en la capacidad del pueblo de decidir su destino, quiero animar a todos desde aquí a que no caigan en el tedio y la desgana, y se pongan manos a la obra para cumplir con su obligación de ciudadanos. Es el momento de juzgar a los que nos han gobernado hasta ahora o de dar una oportunidad a los que quieren hacerlo.

Estamos en un momento crucial de la historia, los grandes cambios afectarán a nuestra forma de vivir y debemos intentar dar un empujón hacia donde creamos más conveniente. Infórmense con objetividad, reflexionen con madurez y decidan con criterio. Escuchen todas las propuestas e investiguen qué piensan hacer los políticos con aquellas cosas que son importantes para ustedes. Y cada vez que nos toque votar, que serán unas cuantas en este año, depositen la papeleta con la conciencia tranquila y sabiendo que, si nada cambia, no será porque no lo han intentado.

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