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Valiente Ignorancia Valiente Ignorancia

Valiente Ignorancia

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Víctor Guiu

Todos somos ignorantes en mil materias. Es algo a lo que deberíamos resignarnos. Es imposible saber de todo. Bueno, quizás deberíamos de repensar esa premisa si hablamos de la selección de fútbol o de la educación de nuestros hijos en el instituto, pero eso es harina de otro costal. No nos vamos a poner torticeros.

Se dice también, o se decía, que nada es más valiente que la ignorancia. La ignorancia nos hace decir barbaridades o, las menos, grandes gilipolleces. Todos hemos errado más de una vez. Debemos reconocerlo. En ocasiones la ignorancia se hace ley, pero por mucha norma y juzgados que la amparen, no deja de ser ignorancia. En los últimos años tenemos algunos ejemplos. El problema es cuando la ignorancia se manifiesta sin rubor. Cuando el ignorante en algo, en lugar de ser precavido y procurar no hacer el ridículo, en lugar de rectificar si fuese menester, es jaleado por alguien, con lo cual, difícilmente se pondrá al día y seguirá, valiente como ninguno, enseñoreando lo dicho al calor de los likes y las manitas. Al calor de sus siglas.

Cuando el grado de ignorancia se detecta en nuestros representantes públicos pero se aplaude por miles y miles de expertos políticos=seguidores en la materia, el ego se hincha y la valentía es legión. Lo que le debería de dar vergüenza a alguien se convierte en risas veladas, en ignorancia compartida. Eso es lo que ocurre con el catalán de Aragón. Los filólogos de andar por casa se atreven a decir que la tierra es plana sin ponerse colorados. Atenderán a la frase de “fulano dice que no lo habla” o “los catalanistas quieren no sé qué”. Y sí, hay mucho imbécil pancatalanista en el gobierno de la comunidad vecina y medio mandando en España que quiere ese no sé qué, solo hace falta revisar las webs de dichos partidos, pero por mucho que nos refiramos a eso como otra cosa, no se dejará de hablar catalán en nuestra tierra. Negarlo es una idiotez que se puede permitir el paisano que tiene manía a los catalanes, pero no un representante de todos los aragoneses. Mucho menos su presidente, que no debería permitir que la cultura de su tierra fallezca por inanición. Además hablarlo es real, por muchos presidentes, partidos políticos y asesores que digan que no es así. Porque… “y sin embargo se habla”.