Somos productos. No vamos a mover ni un dedo mientras comamos y tengamos móvil. Por él recibiremos las instrucciones de uso de la vida: consumir. Consumir y volcar nuestros odios y culpas hacia lo que nos digan. Miles de millones para salvar la banca, ventas de miles de pisos a los fondos buitres. Y una visión de la vida donde la especulación o el vivir de rentas es el modelo para la juventud o para la obsoleste madurez. Ayuda poco convocar movilización cada 24h con batucada. Hay que centrar el tiro, cojones. Vamos a lo importante.
Si esto es la modernidad; reniego de ella. La modernidad es sacar a todo el mundo a consumir lo que pueda y tratarnos como a ganado. Zigzags de vallas amarillas donde al final una cuadrilla de opositores a policía nacional que suspendieron te cachean con cara de protagonismo. Te marcan con crotales en forma de pulsera con logotipo. Luego te roban a mano armada por un bocata o una cerveza. Media hora de cola para mear, otra media para comer, veinte minutos para pedir una caña. No pongas nerviosos a los currelas, solo están para una cosa. Es posible que hagas cola dos veces para lo mismo. Es lo actual, no te vas a quejar. Luego irás al bar de tu amigo y le montarás un pollo a tu camarero de cabecera por subirte diez centimos el cortado.
Borregos hacia allí o allá, que está de moda. Vaso ODS a un euro para acabar todo mezclado en el “container”. Despropósito. Si mi abuelo levantara la cabeza se negaría a que lo trataran así. ¿No has ido a Eurodisney? No puedo creerlo. De diez horas dentro, siete de filas. Pero tengo fotos, pringau.
Por el tiktok nos cuentan que si no eres millonario es porque no quieres, que es fácil ser inversor y que lo que se lleva son las monedas virtuales. Pirámides de siempre con formas nuevas. Nos cuentan también que si no tienes casa es culpa tuya. De que los bancos y las eléctricas nos roban no te enterarás. No querrás enterarte, la culpa es de las paguitas. Otro día hablamos de las pensiones, también te has tragado lo de ser siervo hasta los 67 o los 70.
Disculpen, hasta aquí llego. Me toca el turno en la fila.