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Zenet, músico malagueño: “La electrónica es un barro que se modela, y a mí me encanta seguir jugando con el sonido” Zenet, músico malagueño: “La electrónica es un barro que se modela, y a mí me encanta seguir jugando con el sonido”
Zenet, durante una actuación en Zaragoza. Marcos Cebrianini

Zenet, músico malagueño: “La electrónica es un barro que se modela, y a mí me encanta seguir jugando con el sonido”

El artista actuará este sábado, acompañado por el pianista Pepe Rivero, en Las Parras de Martín
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Zenet es la propuesta musical que encabeza el cartel del Festival Folclore Vivo de Las Parras de Martín. Este sábado ofrecerá lo mejor de su carrera musical a caballo entre el jazz, el crooner y la fusión, y algún adelanto de su nuevo disco, La estación del momento, acompañado por el pianista cubano Pepe Rivero.

-Además de componer y cantar, usted es artista plástico y también actor, faceta en la que ha trabajado con grandes directores de cine y televisión. ¿Pero con qué faceta del arte se identifica más?

-Me considero ante todo músico, porque la mayor parte del tiempo de mi vida profesional la dedico ahora mismo a la música. Durante algún tiempo fue la interpretación, pero la espera de un papel a otro me parecía eterna, y siempre dependías del trabajo de otros. Como músico puedes generar tu producto con tus tiempos, y por eso estoy dando prioridad a mi identidad musical. Pero no dejo de lado la interpretación, porque dándole prioridad a la música puedo ser más selectivo a la hora de hacer trabajos para cine o televisión. Hace poco hice un papel de pianista en la serie Hache de Netflix, o rodó el año pasado El Zorro...

-Además ha emprendido una trayectoria en la musicoterapia...

-La parte de arteterapia es la parte más tranquila de mi actividad laboral, que estoy emprendiendo poco a poco en Madrid, apartada de los bolos, de los viajes... Me formé como terapeuta contra drogodependencias en la Universidad de Barcelona, y luego en Arteterapia y Musicoterapia en Madrid. Retomé una vocación anterior, la psicología, y aplico el arte y la música en los procesos de tratamiento de adicciones a sustancias, algo que es bastante pionero en España.

-A Las Parras de Martín acudirá con su nuevo disco, ‘La estación del momento’, recién salido del horno.

-Tan recién salido está que la presentación oficial todavía no ha tenido lugar, sino que será en Madrid en otoño. Este disco se ha solapado un poco con la gira del año pasado, y como el concepto del disco incorpora la electrónica, necesita una preparación muy minuciosa antes de presentarlo en directo. Así lo que estamos haciendo es introducirlo muy paulatinamente en nuestro set de temas, poco a poco. Así que el plan es girar a partir de septiembre por México, Colombia y Argentina con el disco anterior, Zenetianos, cuya gira frustró la pandemia, y a la vuelta, en otoño, será cuando giremos por España realmente con La estación del momento.

-En ese último trabajo ha comenzado a experimentar con la música electrónica, algo que a priori parece muy alejado de su registro habitual...

-Yo soy culo inquieto y no me gusta repetirme. Me gusta buscar sonidos nuevos, y sinceramente me aburre un tema cuando suena demasiado parecido a lo anterior. Aún así es difícil escapar de uno mismo, cuando ya ha desarrollado su propia voz, pero una de las cosas que me atrae de la música es jugar con las atmósferas, y para experimentar con atmósferas nuevas tenía que rodearme de algo radicalmente nuevo. Así que a instancias de mi pianista Pepe Rivero empecé a trabajar con el productor Kumar Sublevao-Beat, que ha sabido entender perfectamente nuestro objetivo, que la música electrónica esté al servicio de la analógica.

-¿Al servicio en qué sentido?

-En el sentido de que nuestro sonido sigue siendo muy purista, con jazz, con instrumentos solistas como trompetas, guitarra, piano o el excelente violín de Raúl Márquez como elemento principal, pero integrando la electrónica. Y te encuentras experimentando con violines octavados y sampleados, con una variedad de teclados sintetizados que encajan a la perfección con nuestro concepto de la música.

-La electrónica como medio, y no como un fin...

-Claro. No se trata de volverse majareta y hacer cosas que no tienen nada que ver contigo. Hay muchos ejemplos de gran música electrónica, desde Cazzu a Jorge Drexler, que ha ganado siete Grammis con una propuesta muy similar. La electrónica es un barro que se modela, y a mi me encanta ser juguetón y seguir teniendo esa actitud experimentadora ante las materias sonoras que te permiten hacer cosas diferentes. Lo que hemos conseguido es tener un sonido con muchas capas, que si escuchas con un buen equipo te permite sumergirte dentro, encontrar nuevos detalles cada vez que lo escuchas, y percibir su tridimensionalidad.

-Esa gira en otoño le llevará por el Lope de Vega de Madrid o la Cartuja de Sevilla... grandes salas que nada tienen que ver con el escenario de Las Parras de Martín donde actuará el sábado.

-Con el cariño que le tengo a Raúl (Márquez), pero no solo por eso, me parece estupendo ir a Utrillas para apoyar una iniciativa que es valiente y maravillosa. Por un lado rememorar a sus antepasados y su familia a través de sus músicas tradicionales, recuperar un sitio de la memoria, y por otro utilizar la cultura para reivindicar los lugares que están siendo víctimas de la despoblación. Hay lugares que son maravillosos y tenemos la obligación de poner el ojo en ellos, de hacer que no se pierdan como lugar de encuentro.

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