Yudier Zapata, actor: “A veces nos cuesta valorar el talento que existe en Teruel a la hora de pagar una entrada”
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Yudier Zapata protagoniza el monólogo El Quijote no existe, obra producida por T de Teatro que podrá verse este viernes (20.30 h.) en el Auditorio de San Julián, en el contexto del ciclo Teatro de Aquí. La obra habla de las glorias y las miserias creativas nada menos que de Cervantes.
-¿El montaje adapta el texto original de Jorge Díaz?
-Entre Sixto Abril y yo hemos cambiado algunas cosas, pero no tantas como para poder considerarlo una adaptación. Los cambios se ciñen a algunas palabras o giros chilenos, porque Díaz era chileno, que aquí se entenderían menos, o por usar un lenguaje más actual. Esa obra la estrené en 2016 en la sala Trono de Tarragona, en la que me autodirigí, y ahora le hemos dado una vuelta de rosca.
-Lo de autodirigirse permite controlarlo todo pero a veces es un poco locura...
-Ser productor, actor, diseñador escénico, de luces o de sonido complica mucho las cosas porque no tienes un espejo donde mirarte. Pero fuera del teatro comercial, en el teatro más independiente o artesano es muy común que por obligación tengas que cubrir todas esas áreas.
-¿Qué cuenta ‘El Quijote no existe’?
-Cuando Jorge Díaz estuvo en Europa escribió este texto sobre las peripecias que pasó Cervantes al momento de publicar el Quijote. No tuvo muchas facilidades porque no era un escritor de éxito o reconocido, como le ha ocurrido a muchos autores, que solo han tenido éxito tras su muerte. Esta historia se cuenta a través de Valerio, que es un cajista de imprenta, y de otros personajes a los que también interpreto yo sin salirse del monólogo, como Cervantes, Sancho Pancha, Quijote, un psiquiatra, un presentador del TV... Es una forma bastante loca de narrar todo esto.
-¿Su tono es amargo?
-Tiene de todo, porque en el embrollo de la vida no todo es dramático. En tal caso no llegaríamos a vivir tantos años. Así que tiene momentos ácidos, críticos y también de comedia.
-Para tener éxito hay que escribir lo que el público quiere, y en ocasiones eso no coincide con lo que el cuerpo pide... ¿eso ocurre en el teatro también?
-En el teatro comercial todos los días. En el teatro íntimo e independiente se tiene más libertad, porque no dependes de esa cosa comercial. Cuando estrené El Quijote no existe lo hice en una sala con capacidad para 60 personas, en este tipo de proyectos no tienes que rendir cuentas a nadie, y eso te da mucha libertad. Me encantan esos formatos.
-¿Qué hace un actor colombiano afincado en Teruel?
-Yo terminé de estudiar en el Collegi de Teatre de Barcelona en 2012 y estuve trabajando mucho tiempo en Cataluña. Hice rodajes, videoclips, incluso tuve la ocasión de trabajar en un largometraje con José Coronado. Pero ir siempre de casting en casting desgasta mucho y me cansé. Entonces me salió la oportunidad, en 2018, de venir a trabajar a Teruel con el equipo artístico de Dinópolis. En 2019 me contactó Sixto Abril, de T de Teatro, para hacer Quieren borrar mi nombre, y desde entonces hemos trabajado en más proyectos.
-Teruel no es la mejor plaza si uno quiere dedicarse al espectáculo...
-Teruel me encanta, con su tranquilidad y su riqueza. En Tarragona estaba cerca de Barcelona, esa era la única ventaja, pero mi catalán con acento latinoamericano no encajaba bien. Aquí no tengo ese problema, y estoy cerca de Madrid, Valencia y Zaragoza... es un buen sitio dónde vivir.
-¿Cómo está la escena aquí?
-Yo me dedico a esto, trabajo para Viridiana, que es la productora externa de los espectáculos de Dinópolis, hago proyectos y rodajes que me salen por otras ciudades y cosas a nivel personal como la del viernes. Pero es verdad que tengo compañeros que se han tenido que ir, y es que desde el punto de vista comercial estamos muy limitados. El Teatro Marín es privado, el Auditorio de San Julián permite hacer cosas pero no es propiamente un teatro que permita una programación regular, y si creas un proyecto tienes que distribuirlo fuera, porque en Teruel es imposible rentabilizarlo económicamente.
-¿La llegada de rodajes de cine a la provincia ha mejorado la situación?
-No demasiado. Está bien que vengan, pero lo habitual, y es normal por otra parte, es que las producciones vengan con sus equipos formados, de forma que los actores locales no tienen oportunidades más allá de las figuraciones.
-¿Y qué hay de las Bodas de Isabel? Es un semillero de vocaciones...
-No me parece bien que los actores no cobren por su trabajo, por eso nunca me he presentado. Las Bodas mueven muchísimo dinero y me parece que es una excelente iniciativa para atraer turismo, pero no entiendo que un técnico de sonido cobre, como tiene que ser, y sin embargo los actores no.
-’El Quijote no existe’ tiene un precio de 7 euros. ¿Estamos mal acostumbrados en Teruel a no pagar entrada por este tipo de espectáculos?
-Yo trabajo en Dinópolis y tengo que entender al público familiar. Si tienes poca oferta y cuando la hay te cuesta 25 euros pues igual es mejor llevarte a tus hijos a la Fuente Cerrada. Pero muchas veces se paga ese precio por espectáculos solo porque vienen de fuera. En ocasiones nos cuesta valorar el talento local de Teruel.
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