Sonia Bielsa, jefa de operaciones en tres parques eólicos de Enel: "Cuando empecé a trabajar en la térmica de Andorra no había vestuarios para mujeres"
La andorrana sigue sin comprender por qué las ingenierías técnicas todavía son estudios muy masculinizados"Sonia Bielsa es andorrana y trabaja en Enel Green Power como jefa de operaciones y mantenimiento de los parques eólicos de Muniesa, Farlán y San Pedro de Alacón. Tiene a su cargo una subestación y 36 aerogeneradores con una potencia de 130 Mw, suficiente para alimentar a 100.000 familias en un año. Es una de las pocas mujeres en todo el mundo que desempeñan este trabajo.
-¿Por qué hay tan pocas mujeres dedicadas a su sector?
-No lo sé, no hay ninguna razón. Pero en el instituto yo tiré por la rama tecnológica científica y ya éramos solo dos chicas en clase. Las ingenierías técnicas son mayoritariamente masculinas, y cuando empecé a trabajar en la Térmica de Andorra eran todo hombres.
-¿Pero por qué sigue existiendo ese sesgo?
-Pues no lo comprendo. En las charlas insisto que, de verdad, no hay trabajos de hombres y de mujeres, y los niños y las niñas ya lo están entendiendo. Yo les cuento lo chulo que es mi trabajo y muchas niñas me dicen que les gustaría dedicarse a algo parecido. Pero desde la infancia siguen perpetuándose los estereotipos de género. Yo de pequeña quería ser pediatra o maestra, pero después descubrí que lo mío era la ciencia y las matemáticas y decidí ser directora y jefa de una empresa. No entiendo porque las niñas quieren seguir siendo enfermeras y los niños bomberos, y solo se me ocurre que hay que seguir insistiendo que eso no tiene sentido. En los catálogos de juguetes de los niños seguimos viendo bebés rosas para niñas y coches para niños.
-¿Diría al menos que esa brecha en la Secundaria y la Universidad se va reduciendo? ¿O tampoco?
-Sí, yo creo que poco a poco se está reduciendo. Es cierto que sigue habiendo pocas mujeres, pero a simple vista ya se ve en el Instituto de Andorra que hay más chicas en las ramas tecnológicas. Mi experiencia laboral indica que cada vez hay más chicas también. Otra cosa es que su incorporación vaya despacio, y que en muchos casos el trabajo femenino siga más vinculado a oficinas. Todavía quede mucho por hacer, pero la brecha se está reduciendo.
-Usted además es madre... ¿Qué cree que se puede hacer al respecto?
-Yo tengo dos chicos, y como madre sé que desde que nacen se decantan por cosas que solemos considerar masculinas. Pero para Reyes, entre otras cosas, pidieron una cocinita y un bebé. El problema es que querían un bebé azul y no veas lo que costó encontrar uno que fuera rosa. Ellos me ven a mí y desde luego tienen muy claro que no hay trabajos de mujeres y trabajos de hombres.
-El hecho de trabajar mayoritariamente entre hombres le ha deparado experiencias desagradables?
-Cuando estaba en Endesa tenía que cambiarme de ropa en un baño porque solo había vestuarios masculinos, y la ropa de trabajo era de hombre y me venía grande. Después entró otra chica y ya hicieron un vestuario femenino. Experiencias desagradables como tal no he tenido, más allá de algún comentario aislado. Pero siempre he sentido que tuve que esforzarme más que cualquier hombre para ganarme el respeto de mis compañeros. Es cierto que me lo gané y todos me respetan, pero eso no debería ser así; las mujeres no tendríamos que ser juzgadas solo por serlo y tener que ir callando bocas para ganarnos el respeto.
-¿Como jefa de equipo usted detecta diferencias entre hombres y mujeres?
-Los hombres habitualmente tienen más fuerza. Pero si un hombre puede abrir una válvula con la mano, yo la abro usando una llave para hacer palanca. En las mujeres yo detecto más organización, más empatía, y quizá los valores que tradicionalmente hemos tenido que aplicar en casa o en nuestros hijos los llevamos al trabajo. Los hombres y las mujeres somos diferentes y cada uno tenemos unas características, pero eso no hace que un género sea peor que otro. Tenemos que aprender a aprovechar las características positivas de cada uno.
-Durante las últimas semanas ha estado dando charlar por colegios de Andorra... ¿qué tal esa experiencia que compartir con los más pequeños?
-La verdad es que muy bien. Ya estoy acostumbrada porque en los institutos o a veces online he impartido charlas sobre mi profesión, sobre los aerogeneradores y la verdad es que me encanta charlar los jóvenes. En esta ocasión con motivo del 8M y del calendario Pioneras 2024 las he impartido en el colegio Juan Ramón Alegre, de Andorra, que es donde van mis hijos, así que todavía mejor.
-¿Qué consejos da a las niñas que, en el futuro, van a tener que seguir siendo pioneras como lo es usted?
-Es muy sencillo. Solo que tienen que tener muy claro que no hay cosas de hombres y cosas de mujeres. Así de simple.
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