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Sandra Araguás Pueyo, cuentacuentos y escritora: “A los niños hay que hablarles con dignidad y sin niñerías,  igual que a los adultos” Sandra Araguás Pueyo, cuentacuentos y escritora: “A los niños hay que hablarles con dignidad y sin niñerías,  igual que a los adultos”
La escritora y cuentacuentos Sandra Araguás, en la Feria del Libro y el Cómic de Teruel en mayo. Bykofoto /Antonio García

Sandra Araguás Pueyo, cuentacuentos y escritora: “A los niños hay que hablarles con dignidad y sin niñerías, igual que a los adultos”

“En mis cuentos hay un 80% de tradición oral y también me ayuda estar cerca de los niños y saber qué les atrae”
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Cruz Aguilar

Sandra Araguás Pueyo es escritora de cuentos para niños y cuentista, pero también investigadora sobre tradición oral. De hecho, su primer libro, editado en 2006, fue una investigación sobre la tradición oral de la Sierra de Guara.

-Se define como narradora e investigadora de tradición oral. ¿Cuánto hay de tradición oral en sus cuentos?

-En casi el 80% bebo de tradición oral, sobre todo en mis sesiones de cuento. Para ello he entrevistado a más de 350 abuelos de la provincia de Huesca, siempre voy con la grabadora y entre esos testimonios tengo también mucha gente de teruel. Me interesa que esto se difunda en mi trabajo como cuentista.

-Además de la tradición oral, ¿qué otra fuente de inspiración tiene?

-Sobre todo los ojos de los niños y niñas. Llevo los clubes de lectura de Huesca de las bibliotecas municipales, tengo dos grupos de pequeños y dos de mayores, nos vemos de octubre a junio todas las semanas. Estar cerca de ellos, escuchar qué les atrae y qué les llama la atención es fundamental. Descubrimos lecturas, ilustradores, esa actividad supone disfrutar de los cuentos y es la fuente que me renueva.

-Usted se ocupa de los textos, ¿quien los ilustra?

-En la editorial Sin Cabeza intentamos, desde que empezamos hace ocho años, que todo sea kilómetro cero. Todos los ilustradores son aragoneses excepto Jokin Mitxelena, que es el último, porque tiene un estilo muy concreto que yo buscaba. El nivel de ilustración de Aragón es tan bueno que no nos tenemos que ir más lejos.

-¿Es fácil llegar con un cuento a unos niños que están hiperestimulados y ven pantallas interactivas desde que nacen?

-Tendría que pensarlo. Yo tengo la suerte de que hay algo en mi manera de contar, o quizá sean los cuentos tradicionales, que les siguen atrapando, a ellos a sus padres y sus abuelos. La gente venía a contarme en la Feria del Libro y el Cómic de Teruel las noches y noches que han estado leyendo alguno de mis títulos, es impresionante cómo estos textos les siguen atrapando, pero sí que tenemos que ofrecerles productos de calidad. Un niño de seis años vino a decirme los trabalenguas de Secretos en el ascensor, y era un niño que le costaba que le atraparan los libros. Hay que estar a su altura, mirarles a los ojos y buscar cosas que les atraigan. Es verdad que las pantallas están presentes constantemente, pero con la calidad que somos capaces de trabajar sabemos llegar a ellos.

-Estuvo en la Feria del Libro y el Cómic de Teruel. ¿Son estos certámenes un buen punto de encuentro para medir los intereses de los lectores?

-Yo la verdad es que soy una afortunada, he bajado a Teruel desde la primera edición y veo como crece, cada vez hay más gente y hay niños que vienen con ganas, niñas que tienen 14 y 15 años y me dicen que el de Mi madre es una bruja era su cuento de cuando era pequeña. Es ver cómo la ciudad late, es emocionante ver cómo van creciendo, niños que vimos en la tripa de su madre y ahora cada año vienen a por cosas nuevas como si fuéramos parte de la familia. Teruel es uno de los puntos bonitos de todas las ferias que hacemos, me siento como en casa, hay mucha gente que se acerca a verme y darme abrazados.

-Tiene varios cuentos que dignifican la figura materna. ¿Los niños no la valoran lo suficiente?

-Yo creo que todos los niños valoran a la madre, el libro Mi madre es una bruja gusta mucho a los niños, pero a las madres y a las abuelas más. O Aitana y la abuela, con todos esos juegos tradicionales… Lo que intento es poner en valor esas figuras, quizás los títulos provocadores despiertan risas, pero en cuanto nombras a la madre a todos nos late el amor.

-Estrenó hace cinco años una novela para adultos, Lágrimas en los tejados. ¿Es un público más difícil que el infantil?

-Yo creo que no, a los niños hay que hablarles con dignidad y sin niñerías, hay que hablar a unos y otros con el mismo respeto, pero sí es cierto que para la novela necesito mas tiempo porque hay muchas horas de investigación. la novela no es más difícil, pero sí conlleva más trabajo.

-¿Qué acogida está teniendo?

-Vamos ya por la tercera edición y muchos se acercan a pedirme una nueva novela, pero soy muy lenta y no la tengo. Esta primera funciona mucho de boca a boca, la gente viene porque se la han recomendado.

-¿Está en algún nuevo proyecto para adultos?

-Sí, estoy con algo, pero soy muy lenta y tardo un montón. Entre la investigación, el trabajo de campo y las sesiones de cuentacuentos no tengo el tiempo suficiente para ponerme en serio con la novela.

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