Rubén Duro, el pasado jueves en la inauguración de la muestra en Teruel
Rubén Duro, biólogo y divulgador: “Los organismos unicelulares te crean dudas sobre si realmente somos el culmen de la evolución”
Comisaría una exposición en la que Michael Benson nos descubre el mundo de lo realmente pequeño
El científico divulgador barcelonés Rubén Duro comisaría la exposición Nanocosmos, creada por Michael Benson y producida por Fundación la Caixa, que puede verse en la Glorieta de Teruel hasta el 13 de diciembre. Se trata de un viaje hacia lo más pequeño del que uno ya no regresa igual.
-¿Qué es 'Nanocosmos'?
-Es una colección de imágenes captadas con microscopios electrónicos de barrido, que muestra organismos o detalles de organismos que es imposible ver a simple vista. Nuestro ojo tiene un rango de visión en unas determinadas longitudes de onda de la luz, y si un objeto es más pequeño que la longitud de onda más reducida que puedes ver, que viene siendo unos 500 nanómetros, pues el objeto es invisible para nosotros.
-¿Y cómo logran verlo estos microscopios?
-Bombardeando la muestra con electrones y registrandolos cuando rebotan. No son fotografías porque no trabaja con luz sino con electrones, por eso no registra el color. La microscopía electrónica trabaja con una longitud de onda cien mil veces menor que la luz visible, así que nos da mucho detalle, pero no información sobre el color. Y tampoco es tan sencillo, porque la energía de los electrones es enorme y si bombardeas la muestra se quemaría. Para evitar eso hay que protegerla con una capa de metal sublimado, normalmente oro o platino, así que realmente estamos viendo una especie de molde metálico que envuelve a la muestra.
-¿Cómo hacemos para coger un organismo unicelular y colocarlo delante del 'objetivo' del microscopio electrónico?
-Cuando Michael registró un radiolario, no puso ese radiolario, porque no puede cogerlo con unas pinzas. Lo que haces es coger una muestra donde sabes que hay radiolarios, porque los has visto con microscopía óptica y la pones en el porta del microscopio electrónico. Entonces verás un montón, y vas seleccionando.
-Podría encontrar incluso cosas que no sabías que estaban allí, ¿no?
-Claro. Cuando miras haces un auténtico safari porque en microscopía electrónica e incluso óptica siempre encuentras cosas nuevas. En esos casos la dificultad radica en interpretar qué narices estas viendo, porque hay muchas cosas difíciles de reconocer. De hecho en muchos trabajos nuestros han salido cosas nuevas que luego se han convertido en artículos científicos.
-Me lo imagino como una ecografía, en la que alguien que no sea médico es incapaz de ver nada con sentido...
-Claro, ahí está la profesionalidad, y el mérito de Michael Benson, que ha sido capaz de reconocer lo que veía, aislarlo y mostrarlo con gran belleza.
-Es impresionante de los organismos unicelulares aparezcan con esas formas geométricas perfectas... parecen ingenios construidos por el hombre.
-Llama la atención la estructura cristalina de diatomeas y radiolarios. Que una sola célula sea capaz de hacer ese trabajo de arquitectura es increíble. En una de las imágenes se ven diatomeas rotas y tienen una estructura muy parecida a nuestros chips... y pensar que eso no lo ha fabricado nadie es bastante impresionante. Cuando ves células que hacen esas maravillas te entran dudas filósoficas acerca de si realmente somos nosotros el culmen de la evolución.
-Es inevitable pensar que esas células tienen algo de inteligentes...
-La voluntad es algo inventado por nosotros. Nuestra capacidad de decisión y voluntad reside en el cerebro, pero si vas bajando niveles, al final tienes intercambios químicos entre neuronas, y si sigues hacia abajo tienes pura fisica, porque la química no es más que la física en determinadas circunstancias. Es lo mismo para nosotros que para la diatomea. La física hace que la diatomea cristalice un cristal de sílice y se formen esas estructuras. Allí no vemos voluntariedad ni inteligencia. ¿Y por qué en nosotros sí, si en el nivel más bajo es el mismo proceso?
-Responda, no me deje así...
-Bueno, hablamos de que tenemos libre albedrío porque tenemos un sistema nervioso complejo. Pero, y aquí entramos en la filosofía, quizá nuestro libre albedrío no es tal, quizá solo son respuestas a estímulos determinados, muy complejas eso sí, que inducen unas reacciones físicas y químicas concretas. En realidad la biología no es más que la química viva, y la química responde a la física. Así que al final, cuando bajas al nivel inferior, son las partículas subatómicas como el electrón las que hacen que un átomo sea de un elemento o de otro, y en última instancia son los que hacen que nosotros tomemos unas decisiones u otras.
-Usted es biólogo, pero no suele llevar bata blanca...
-Me dediqué unos años a la investigación en Barcelona, aunque hace tiempo que mi vida es la divulgación. Tengo una empresa que se llama Science Into Images y ahora estamos haciendo una serie de documentales para la plataforma CaixaForum Plus que se llama Planeta microbio, que se estrenará en enero. Y hace años tuve el honor de estar en el equipo de Félix.
-¿Rodríguez de la Fuente?
-Sí. Estuve con él en el año de su muerte (1980), y también al año siguiente, grabando y montando los últimos capítulos de la serie. Era muy jovencito, luego estudié Biología, trabajé con TVE en documentales de naturaleza y finalmente me establecí por mi cuenta.
-¿Qué es 'Nanocosmos'?
-Es una colección de imágenes captadas con microscopios electrónicos de barrido, que muestra organismos o detalles de organismos que es imposible ver a simple vista. Nuestro ojo tiene un rango de visión en unas determinadas longitudes de onda de la luz, y si un objeto es más pequeño que la longitud de onda más reducida que puedes ver, que viene siendo unos 500 nanómetros, pues el objeto es invisible para nosotros.
-¿Y cómo logran verlo estos microscopios?
-Bombardeando la muestra con electrones y registrandolos cuando rebotan. No son fotografías porque no trabaja con luz sino con electrones, por eso no registra el color. La microscopía electrónica trabaja con una longitud de onda cien mil veces menor que la luz visible, así que nos da mucho detalle, pero no información sobre el color. Y tampoco es tan sencillo, porque la energía de los electrones es enorme y si bombardeas la muestra se quemaría. Para evitar eso hay que protegerla con una capa de metal sublimado, normalmente oro o platino, así que realmente estamos viendo una especie de molde metálico que envuelve a la muestra.
-¿Cómo hacemos para coger un organismo unicelular y colocarlo delante del 'objetivo' del microscopio electrónico?
-Cuando Michael registró un radiolario, no puso ese radiolario, porque no puede cogerlo con unas pinzas. Lo que haces es coger una muestra donde sabes que hay radiolarios, porque los has visto con microscopía óptica y la pones en el porta del microscopio electrónico. Entonces verás un montón, y vas seleccionando.
-Podría encontrar incluso cosas que no sabías que estaban allí, ¿no?
-Claro. Cuando miras haces un auténtico safari porque en microscopía electrónica e incluso óptica siempre encuentras cosas nuevas. En esos casos la dificultad radica en interpretar qué narices estas viendo, porque hay muchas cosas difíciles de reconocer. De hecho en muchos trabajos nuestros han salido cosas nuevas que luego se han convertido en artículos científicos.
-Me lo imagino como una ecografía, en la que alguien que no sea médico es incapaz de ver nada con sentido...
-Claro, ahí está la profesionalidad, y el mérito de Michael Benson, que ha sido capaz de reconocer lo que veía, aislarlo y mostrarlo con gran belleza.
-Es impresionante de los organismos unicelulares aparezcan con esas formas geométricas perfectas... parecen ingenios construidos por el hombre.
-Llama la atención la estructura cristalina de diatomeas y radiolarios. Que una sola célula sea capaz de hacer ese trabajo de arquitectura es increíble. En una de las imágenes se ven diatomeas rotas y tienen una estructura muy parecida a nuestros chips... y pensar que eso no lo ha fabricado nadie es bastante impresionante. Cuando ves células que hacen esas maravillas te entran dudas filósoficas acerca de si realmente somos nosotros el culmen de la evolución.
-Es inevitable pensar que esas células tienen algo de inteligentes...
-La voluntad es algo inventado por nosotros. Nuestra capacidad de decisión y voluntad reside en el cerebro, pero si vas bajando niveles, al final tienes intercambios químicos entre neuronas, y si sigues hacia abajo tienes pura fisica, porque la química no es más que la física en determinadas circunstancias. Es lo mismo para nosotros que para la diatomea. La física hace que la diatomea cristalice un cristal de sílice y se formen esas estructuras. Allí no vemos voluntariedad ni inteligencia. ¿Y por qué en nosotros sí, si en el nivel más bajo es el mismo proceso?
-Responda, no me deje así...
-Bueno, hablamos de que tenemos libre albedrío porque tenemos un sistema nervioso complejo. Pero, y aquí entramos en la filosofía, quizá nuestro libre albedrío no es tal, quizá solo son respuestas a estímulos determinados, muy complejas eso sí, que inducen unas reacciones físicas y químicas concretas. En realidad la biología no es más que la química viva, y la química responde a la física. Así que al final, cuando bajas al nivel inferior, son las partículas subatómicas como el electrón las que hacen que un átomo sea de un elemento o de otro, y en última instancia son los que hacen que nosotros tomemos unas decisiones u otras.
-Usted es biólogo, pero no suele llevar bata blanca...
-Me dediqué unos años a la investigación en Barcelona, aunque hace tiempo que mi vida es la divulgación. Tengo una empresa que se llama Science Into Images y ahora estamos haciendo una serie de documentales para la plataforma CaixaForum Plus que se llama Planeta microbio, que se estrenará en enero. Y hace años tuve el honor de estar en el equipo de Félix.
-¿Rodríguez de la Fuente?
-Sí. Estuve con él en el año de su muerte (1980), y también al año siguiente, grabando y montando los últimos capítulos de la serie. Era muy jovencito, luego estudié Biología, trabajé con TVE en documentales de naturaleza y finalmente me establecí por mi cuenta.