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Rodrigo Arellano, tuno de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid: “Vamos de bares, cantamos, ligamos e intentamos que nos inviten a unas copillas” Rodrigo Arellano, tuno de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid: “Vamos de bares, cantamos, ligamos e intentamos que nos inviten a unas copillas”
Rodrigo Arellano, tuno de la Facultad de Medicina de la Autónoma de Madrid

Rodrigo Arellano, tuno de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid: “Vamos de bares, cantamos, ligamos e intentamos que nos inviten a unas copillas”

Calanda reunirá a 150 tunos de seis agrupaciones los días 3 y 4 de junio en un evento con premios
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Calanda reunirá a 150 tunos los próximos días 3 y 4 de junio en el Encuentro Nacional de Tunas Universitarias de España, donde participarán seis agrupaciones de Valencia, Vitoria, Pamplona, Zaragoza y Madrid. Se entregarán nueve premios. Uno de los organizadores, Rodrigo Arellano, explica los pormenores del evento.

-¿Cuántos tunos habrá en Calanda dentro de 15 días?

-Se esperan entre 20 y 25 por tuna, que multiplicado por las seis que estaremos nos salen cerca de 150.

-¿Qué formaciones estarán representadas?

-Cinco más los organizadores, la tuna de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, que no participamos en el concurso pero que también estaremos rondando por Calanda. Están también las de Medicina de Valencia y Pamplona, Universitaria de Vitoria, y Derecho y Veterinaria de Zaragoza.

-¿Qué actividades se dan en este tipo de eventos?

-Un encuentro de estos suele tener tres eventos principales: el pasacalles, la ronda y una actuación en escenario abierta al público. En la primera las tunas se disponen en fila, tocan una serie de canciones y hacen figuras cruzándose entre sí. Esto se culmina con una ronda, la actividad básica de la tuna que se hará cantando hacia el balcón del ayuntamiento a una serie de chicas con el ánimo de enamorarlas o simplemente de alegrarles la tarde. Esto será el viernes, mientras que el sábado tendrá lugar una actuación en escenario abierta al público para mostrar dotes musicales, teniendo claro que esto es un grupo de tuna y no un concierto de la Orquesta de Viena.

-¿Se reparten premios?

-Habrá un total de nueve premios: a la mejor tuna, pasacalles, ronda, baile de capa, baile de banda, baile de pandereta, solista, canción instrumental y tuna más tuna.

-¿Esto último qué es?

-Un premio para el que no cuenta tanto lo bien que lo haya hecho sino cómo se ha desenvuelto una tuna a lo largo del fin de semana: la que más se ha integrado en el pueblo diríamos.

-¿Entretendrán al personal más allá de las tres actuaciones oficiales?

-Tenemos las actuaciones regladas y la idea es, entre medias, estar por el pueblo echando la tarde animando bares y calles.

-¿Cómo surge la idea de hacer este encuentro?

-Estuvimos ocho personas en Calanda con mi tuna en las Fiestas del Pilar de 2019 y tuvimos una acogida muy buena por parte de todo el pueblo. Fuimos macerando la idea de organizar algo más grande, hacer un certamen en Calanda para darlo y darnos a conocer, y así nació. Tenía que haber sido para 2020, pero ya se sabe lo que pasó. Animo a todos a disfrutarlo porque las calles se van a llenar de música y diversión. Es algo que merece la pena vivir una vez en la vida.

-¿Cuál es la función del tuno?

-La tuna nace hace muchos siglos con la tradición de los sopistas. Eran gente, generalmente universitarios, que interpretaban canciones a cambio de una cena, una cama o para pagarse los estudios. Gracias a Dios hoy en día la mayoría de la gente puede pagarse casa, sopa y estudios, por lo que lo hacemos principalmente para pagarnos las juergas. Básicamente, lo que hacemos es salir periódicamente con un plan distinto. Vamos de bares, cantamos e intentamos que nos inviten a unas copillas. Y la actividad básica es la ronda a un grupo de chicas que quieren que les cantemos y les amenicemos la tarde.

-¿Sobrevive bien esta tradición al paso del tiempo?

-De momento estamos sobreviviendo. Sí es verdad que no hay tantos tunos como había en los 60 o 70, pero somos bastantes más de lo que la gente cree.

-¿Son ustedes un poco frikis?

-Nos da igual lo que piense la gente. Vivimos con todas las ventajas que tiene salir así.

-¿Se liga?

-Sí, la verdad es que se puede dar bien. Cada tuno lleva una cinta, una por cada relación especial que tiene con una chica. Alguno lleva cintas de más (ríe).

-¿Cómo es su atuendo?

-El traje de tuno tiene dos componentes. Están los gregüescos, que son unos bombachos clásicos, y arriba el jubón. Para distintas ocasiones nos solemos poner una capa que tiene dos componentes: unos escudos que representan todos los lugares que hemos visitado con la tuna y unas cintas que representan a cada mujer que te quiere y la ha bordado a mano para ti. También llevamos la beca, una banda que representa a la universidad o facultad a la que pertenece cada uno. En nuestro caso, llevamos una beca amarilla con el escudo de la Autónoma de Madrid por ser médicos. Los de Derecho llevan el rojo, los de Montes verde, Farmacia morado...

-¿Qué instrumentos tocan?

-Lo más básico es la guitarra,  bandurria y pandereta, pero muchas incorporan guitarrón, laúd, acordeón o contrabajo.

-¿Sigue habiendo novatadas?

-Hay un periodo de novataje o pardillaje en el que uno se gana el ser miembro de pleno derecho. Yo siempre digo que las veteranadas a veces son bastante peores. Año y medio estuve yo de novatadas constantes.

-¿Uno es tuno solamente en su época universitaria?

-Siempre se dice que tuno se es hasta morir, pero yo ya trabajo y no salgo todos los viernes. Ahora lo hago cada cierto tiempo, en certámenes por ejemplo.

 

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