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José Luis Torrubiano, Socio de Honor 2024 de la Asociación de Vecinos de San Julián: “No se puede estar solo en casa sin comprometerte con los demás y que te lo den todo hecho” José Luis Torrubiano, Socio de Honor 2024 de la Asociación de Vecinos de San Julián: “No se puede estar solo en casa sin comprometerte con los demás y que te lo den todo hecho”
José Luis Torrubiano el pasado fin de semana en San Julián tras recibir el nombramiento de socio de honor del barrio

José Luis Torrubiano, Socio de Honor 2024 de la Asociación de Vecinos de San Julián: “No se puede estar solo en casa sin comprometerte con los demás y que te lo den todo hecho”

“He intentado estar muy cerca de la gente y la Asociación de Vecinos de San Julián funciona muy bien”
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José Luis Torrubiano fue párroco de San Julián hasta que llegó la pandemia de la covid y, el fin de semana pasado, ya jubilado, se llevó una gran sorpresa cuando compartiendo el domingo el aperitivo en la carpa, tras la procesión de San Antón, la Asociación de Vecinos de San Julián le comunicó su nombramiento como socio de honor del barrio.

-¿Se esperaba esta sorpresa?

-Ha sido una sorpresa total porque yo salí de la parroquia con la pandemia al decidir el obispo retirarme ya por la edad, y desde entonces no había bajado a San Julián a la fiesta porque estuvo dos años sin hacerse. La presidenta de la asociación sí me pidió que este año no faltara, y no he faltado.

-¿Cuánto tiempo estuvo en esta parroquia?

-Aquí estuve ocho años. La anterior en la que estuve fue Cella y de allí el obispo me trasladó a San Julián.

-¿Cómo fueron esos ocho años en el barrio de San Julián?

-Yo he intentado estar muy cercano a los problemas de la gente y San Julián es un barrio con una asociación de vecinos que funciona muy bien y es muy reivindicativa en asuntos que benefician a toda la población. Entonces yo prácticamente colaboré con ellos en muchos aspectos, especialmente en el asilo, por ejemplo, para reivindicar todo aquello que fuese en beneficio del barrio. Colaboré no solamente en estar cerca de la gente tanto en los difuntos como en cualquier sacramento que uno realiza aquí, sino estar cercano a los problemas que tiene la gente, también de necesidades materiales. Y la verdad es que ha ido cambiando el barrio y ahora tenemos un barrio que está muy bien.

-¿Considera a San Julián su barrio?

-Como ha sido la última parte de mi vida, en la cual vienes ya con mucho bagaje, pues en la última parte de tu vida los afectos son muchos, y te pasa como cuando eres niño. A la gente a esa edad ya no se la quiere por las cosas materiales sino que uno quiere a las personas y a la gente por el alma, con el corazón, y eso te marca ya porque es lo último, al igual que al principio cuando sales te acuerdas de dónde has estado, pues de lo último te acuerdas más no solo por estar más cercano sino porque el afecto puede que sea más sincero.

-¿Es un ejemplo este barrio de que si la gente se implica se pueden conseguir cosas, como ha pasado en San Julián, por ejemplo, con el centro sociocultural del antiguo asilo?

-Si la gente se implica, las cosas se pueden mejorar, y como no se puede mejorar nada es si no lo haces. La gente normalmente está siempre a la espera de que cambie la otra persona, que lo arregle el otro, pero tienes que ser tú también. Los políticos están cumpliendo una misión y los agentes sociales otra, pero si la gente no se complica la vida aunque sea un poco comprometiéndose a hacer cosas, pues no se va a avanzar. No se puede vivir solamente de estar quietos en casa sin hacer nada por la comunidad y que te den todo hecho. Y eso hay que tenerlo en cuenta no solo a nivel de barrio sino de ciudad y de sociedad.

-Durante los años que fue párroco ha visto la evolución del barrio, ¿qué le ha parecido?

-Bueno en este tiempo se ha recuperado el antiguo asilo, que sin todo lo que se implicaron los vecinos no se hubiese recuperado. Artísticamente la fachada del asilo ha quedado como algo que se ha identificado siempre con San Julián, de toda la vida. Y luego urbanísticamente ha quedado el barrio mucho mejor, y no solo por el ascensor, que también fue un momento muy importante porque le acerca al Centro. Todas estas cosas dignifican el barrio.

-¿Cuando baja usted a San Julián qué siente?

-Siento el barrio de San Julián como algo mío, algo que he vivido y el cariño que le tienes no se puede evitar. Y luego está la gente, que te responde, como ahora mismo reconociendo una cosa por algo que era una obligación mía, hacer lo que hice, que tampoco hice más.

-Desde la Iglesia también se puede hacer mucho como ha hecho usted, ¿no?, que también ha animado a la gente a que se involucrara y participara.

-Yo he intentado hacer mi parte, pero la que ha reivindicado aquí las cosas ha sido la asociación de vecinos, porque si no hay una asociación que haga estas cosas, tú puedes decir cualquier cosa pero nadie lo va a hacer. En cambio, a la asociación de vecinos hay que darle las gracias porque es la que ha hecho posible que ahora el barrio esté como está y que sea muy digno. Además, de entre los barrios de Teruel es de los que más se siente entre la gente la pertenencia al barrio. Nosotros desde la Iglesia estamos siempre con la gente, en la alegría, en las penas y en las reivindicaciones que tiene que hacer la sociedad.

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