Jesús Alcaine progresa durante la subida al pico de Estibafreda
Jesús Alcaine, corredor de ultradistancia y tercer veterano en el Gran Trail Aneto Posets: “Además de los kilómetros y los desniveles, este año el principal inconveniente fue el calor”
El turolense tuvo que aprovisionarse de agua en lugares en los que en otras circunstancias no lo habría hecho
Hay carreras en las que los corredores que logran terminarlas merecen un espacio en el Olimpo de los dioses y el Gran Trail Aneto Posets es una de ellas. El turolense Jesús Alcaine (Gamte) ha completado la última edición del GTAP en poco más de 22 horas entrando en el top 20 de la clasificación como el tercer veterano.
-Tras haber tomado la salida el viernes a medianoche en Benasque, el sábado completó una nueva participación en el GTAP. ¿Cómo fue la carrera?
-Era la segunda vez que participaba en esta carrera después de que en 2018 ya hubiera hecho el Gran Trail, que es la más larga del fin de semana en Benasque. Se trata de una prueba de 105 kilómetros y 6.700 metros de desnivel positivo. También he participado en la Vuelta al Aneto (55 kilómetros y 3.500 m+) dos veces.
-¿Qué le llama la atención de las carreras del GTAP para repetir con tanta asiduidad?
-Sobre todo el gran ambiente de trail que hay ese fin de semana. También las montañas, que tienen un encanto enorme. Pero sobre todo destacaría a los voluntarios de la carrera. Para mí es lo más importante del trail. Son personas que se pegan dos días fuera de sus camas para poderte ayudar cuando llegas dándote agua y, sobre todo, su cariño.
-En esta ocasión ha completado el Gran Trail, que es la prueba reina del fin de semana y lo ha hecho en un tiempo de 22:20:40.
-En mi anterior participación tardé dos horas y media más. Para mí y para mi edad, que corro en categoría de Veteranos B de más de 50 años, el tiempo del sábado está muy bien.
-Además, terminó en tercera posición de su categoría. ¿Corrió pensando en el podio o solo en disfrutar?
-Es por intentar hacerlo mejor que otras veces. No pude competir contra nadie porque corrí prácticamente toda la carrera en solitario. En las pruebas de distancias largas las distancias entre corredores también son largas. Yo sabía mis tiempos iban saliendo bien pero no tenía ni idea de cómo iba el resto de corredores de mi categoría. Me enteré cuando llegué a la meta.
-¿Cómo fue la carrera?¿Le pasó factura el calor?
-Además de los kilómetros y los desniveles, este año el principal inconveniente fue el calor. Al esfuerzo físico que hay que hacer había que añadir la falta de agua. Porque la hidratación es lo principal para seguir corriendo.
-Sí, porque es una carrera en régimen de semiautosuficiencia en la que el tiempo entre los avituallamientos es alto.
-El principal hándicap era que había que coger agua en sitios en los que en otras ocasiones no hubiésemos cogido. Otros años en los que hay mucha más agua durante el recorrido puedes ir eligiendo los sitios donde te aprovisionas pero esta vez no. Había recargar agua donde se podía, aunque supiéramos que más arriba hubiera vacas y que podíamos coger una gastroenteritis. Pero claro, cuando hay que beber no hay otra solución.
-Es una carrera que arranca a medianoche y los primeros kilómetros se hacen iluminados por la luz de los frontales.
-En Teruel solemos entrenar por las mañanas por lo que la luz de los frontales no es una cosa que llevemos mal. En la primera parte hay un tramo que es muy rápido hasta el refugio de La Renclusa, pero después, hasta el collado de Salenques es prácticamente escalada. Pero yo me vi muy bien. Es mi terreno favorito. La subida a Salenques es el tramo más bonito de la carrera.
-¿Qué hace tan especial al tramo de Salenques?
-El mítico tramo de Salenques es la parte más técnica de la carrera. Hay que ir subiendo a través de una zona de bloques de granito amontonados. Hay que ir saltando de bloque en bloque, prestando mucha atención para no caer en los huecos que quedan entre uno y otro. Sin lugar a dudas es la parte que a mí más me gusta.
-Una de las características de la carrera es que en su ecuador pasa junto al punto de salida. ¿Cómo de difícil es volver a correr tras parar en Benasque?
-Es justo en la mitad de la carrera cuando se llega a la base de vida de Benasque. En ese punto hay que llevar las ideas muy claras porque como te falle un poco la cabeza te vas a quedar allí, seguro. Estás viendo a tus seres queridos, que te están avituallando, pero tu cuerpo dice que no y que es más sensato ir a descansar que volver a correr para hacer la parte que te queda.
-En una carrera de 22 horas pasan un montón de cosas por la cabeza. ¿Cuál fue el peor momento de la prueba y cuál el mejor?
-El peor momento fue la parte rápida de la carrera, al principio. Era de noche y hacía mucho calor por lo que las pulsaciones se dispararon. Y sin lugar a dudas la mejor parte de la carrera, aparte de la llegada que es muy emocionante, es cuando pasé por la avenida de los Tiilos de Benasque a mitad de carrera y estaban todos los niños que iban a hacer la salida de su carrera y que me hicieron un pasillo. Eso fue, sin duda, lo mejor de toda la carrera.
-¿Cuánto esfuerzo le ha dedicado durante el año a preparar esta cita?
-Mucho. Han sido muchas horas de entrenamiento. Han sido muchas horas de bicicleta, correr, spinning... Y además hay que llevar un control alimenticio, que es muy importante para mantenerte en un peso con el que no cueste tanto progresar.
-Tras haber tomado la salida el viernes a medianoche en Benasque, el sábado completó una nueva participación en el GTAP. ¿Cómo fue la carrera?
-Era la segunda vez que participaba en esta carrera después de que en 2018 ya hubiera hecho el Gran Trail, que es la más larga del fin de semana en Benasque. Se trata de una prueba de 105 kilómetros y 6.700 metros de desnivel positivo. También he participado en la Vuelta al Aneto (55 kilómetros y 3.500 m+) dos veces.
-¿Qué le llama la atención de las carreras del GTAP para repetir con tanta asiduidad?
-Sobre todo el gran ambiente de trail que hay ese fin de semana. También las montañas, que tienen un encanto enorme. Pero sobre todo destacaría a los voluntarios de la carrera. Para mí es lo más importante del trail. Son personas que se pegan dos días fuera de sus camas para poderte ayudar cuando llegas dándote agua y, sobre todo, su cariño.
-En esta ocasión ha completado el Gran Trail, que es la prueba reina del fin de semana y lo ha hecho en un tiempo de 22:20:40.
-En mi anterior participación tardé dos horas y media más. Para mí y para mi edad, que corro en categoría de Veteranos B de más de 50 años, el tiempo del sábado está muy bien.
-Además, terminó en tercera posición de su categoría. ¿Corrió pensando en el podio o solo en disfrutar?
-Es por intentar hacerlo mejor que otras veces. No pude competir contra nadie porque corrí prácticamente toda la carrera en solitario. En las pruebas de distancias largas las distancias entre corredores también son largas. Yo sabía mis tiempos iban saliendo bien pero no tenía ni idea de cómo iba el resto de corredores de mi categoría. Me enteré cuando llegué a la meta.
-¿Cómo fue la carrera?¿Le pasó factura el calor?
-Además de los kilómetros y los desniveles, este año el principal inconveniente fue el calor. Al esfuerzo físico que hay que hacer había que añadir la falta de agua. Porque la hidratación es lo principal para seguir corriendo.
-Sí, porque es una carrera en régimen de semiautosuficiencia en la que el tiempo entre los avituallamientos es alto.
-El principal hándicap era que había que coger agua en sitios en los que en otras ocasiones no hubiésemos cogido. Otros años en los que hay mucha más agua durante el recorrido puedes ir eligiendo los sitios donde te aprovisionas pero esta vez no. Había recargar agua donde se podía, aunque supiéramos que más arriba hubiera vacas y que podíamos coger una gastroenteritis. Pero claro, cuando hay que beber no hay otra solución.
-Es una carrera que arranca a medianoche y los primeros kilómetros se hacen iluminados por la luz de los frontales.
-En Teruel solemos entrenar por las mañanas por lo que la luz de los frontales no es una cosa que llevemos mal. En la primera parte hay un tramo que es muy rápido hasta el refugio de La Renclusa, pero después, hasta el collado de Salenques es prácticamente escalada. Pero yo me vi muy bien. Es mi terreno favorito. La subida a Salenques es el tramo más bonito de la carrera.
-¿Qué hace tan especial al tramo de Salenques?
-El mítico tramo de Salenques es la parte más técnica de la carrera. Hay que ir subiendo a través de una zona de bloques de granito amontonados. Hay que ir saltando de bloque en bloque, prestando mucha atención para no caer en los huecos que quedan entre uno y otro. Sin lugar a dudas es la parte que a mí más me gusta.
-Una de las características de la carrera es que en su ecuador pasa junto al punto de salida. ¿Cómo de difícil es volver a correr tras parar en Benasque?
-Es justo en la mitad de la carrera cuando se llega a la base de vida de Benasque. En ese punto hay que llevar las ideas muy claras porque como te falle un poco la cabeza te vas a quedar allí, seguro. Estás viendo a tus seres queridos, que te están avituallando, pero tu cuerpo dice que no y que es más sensato ir a descansar que volver a correr para hacer la parte que te queda.
-En una carrera de 22 horas pasan un montón de cosas por la cabeza. ¿Cuál fue el peor momento de la prueba y cuál el mejor?
-El peor momento fue la parte rápida de la carrera, al principio. Era de noche y hacía mucho calor por lo que las pulsaciones se dispararon. Y sin lugar a dudas la mejor parte de la carrera, aparte de la llegada que es muy emocionante, es cuando pasé por la avenida de los Tiilos de Benasque a mitad de carrera y estaban todos los niños que iban a hacer la salida de su carrera y que me hicieron un pasillo. Eso fue, sin duda, lo mejor de toda la carrera.
-¿Cuánto esfuerzo le ha dedicado durante el año a preparar esta cita?
-Mucho. Han sido muchas horas de entrenamiento. Han sido muchas horas de bicicleta, correr, spinning... Y además hay que llevar un control alimenticio, que es muy importante para mantenerte en un peso con el que no cueste tanto progresar.