El arqueólogo Javier Ibáñez, con Puertomingalvo al fondo. Rubén Sáez
Javier Ibáñez, presidente del Centro de Estudios de Gúdar-Javalambre: “Para construir una masía fortificada había que tener dinero y un permiso especial”
“Las jornadas buscan dar a conocer el patrimonio comarcal y compararlo con el de otros territorios”
Javier Ibáñez es arqueólogo, presidente del Centro de Estudios de Gúdar-Javalambre y coordinador de las VI Jornadas de Patrimonio que se celebraron el 16 de octubre en Puertomingalvo y este sábado continuarán en San Agustín.
-El elemento diferenciado de las masías fortificadas es su torre defensiva, ¿no es así?
-Sí, pero se trata de un elemento que solo tiene carácter claramente defensivo en las que se construyeron en la Edad Media, ya que en las del XVI es un elemento de prestigio. Para poderla construir, además de unos recursos económicos, se requiere un permiso explícito del titular del señorío, permiso que solo se concede a gente de la oligarquía local, que ha prestado unos servicios o que compra con dinero el derecho a construir. Es un elemento de prestigio para mostrar la influencia y el poder económico de esa masía. Suele coincidir con otro elemento de prestigio como son las capillas, que para hacerla tienes que tener dinero y además permiso episcopal, son capillas en las propia masías. En estos mases se suelen dar otros elementos interesantes, como bloques con lonjas de arcos que recuerdan a los edificios del siglo XVI, hay algunos ejemplos que parecen Ayuntamientos.
-¿También hay masías que no tienen torre pero sí otros elementos de defensa?
-Sí, un ejemplo es Torre Espín, en Puertomingalvo, que está justo al límite de lo que es una masía fortificada. Fuimos a visitarla y se da la circunstancia de que en realidad no era masía como tal, porque no tenía tierras ni estuvo habitada, era una residencia de carácter señorial. Existe una especie de contradicción porque están fortificadas, llenas de aspilleras, y tienen un recinto defensivo, pero no tienen torre y no entran en la categoría de fortificadas ni están protegidas legalmente al carecer de ese elemento.
-¿Cuántos mases fortificados hay en Gúdar-Javalambre?
-Conocidas y conservadas más o menos unas 25, después puede haber otras tantas de las cuales se tiene constancia a través de documentación o toponimia.
-¿De estas 25 cuántas están en un verdadero peligro?
-Digamos que dentro de la arquitectura las masías las fortificadas son las que menos peligro corren, pero la mayor parte de ellas se han quedado sin uso. Salvo las que tienen uso, que habrá entre hoteles, restauradas y habitadas o como segunda residencia unas nueve, el resto están en un estado de más o menos abandono. En peligro inminente hay una en Alcalá de la Selva que hace algo más de un año se estaba cayendo y ahora igual ya no está. El problema es que no se utilizan para nada, se mantienen pero no se utilizan y el no tener uso hace que estén en peligro.
-¿Estas jornadas buscan evitar que se caigan?
-Son importantes por varias cosas, hemos vuelto a retomar unas jornadas que se habían suspendido hace varios años, su principal objetivo es atender un tema relevante de la comarca, darlo a conocer a sus pobladores y a toda la gente que acude, pero también intentar cotejar y comparar con la realidad existente en otros territorios de la provincia o a nivel nacional. Su utilidad es dar a conocer una estructura y concienciar sobre su importancia y también mostrar los avances científicos sobre el tema. Se han hecho actas de las jornadas y se repartirán de forma gratuita a todos los asistentes.
-¿Hay en más comarcas?
-Sí, con una densidad menor en el Matarraña, donde pudo haber una docena. En las restantes comarcas de Teruel aparecen en Bajo Aragón, Cuencas Mineras, Comunidad de Teruel y Sierra de Albarracín Albarracín, no se conocen ni en el Jiloca ni en Andorra Sierra de Arcos.
-¿Había más que no han llegado hasta nosotros?
-Otra de las cosas que se comentó en Puertomingalvo es que posiblemente existían muchas más, en el Maestrazgo podría haber más del doble y en Gúdar-Javalambre y en el resto de los territorios también muchas más.
-¿Tendrán continuidad las jornadas?
-Sí, se quiere que sigan con el mismo formato de dos municipios en cada convocatoria, en la medida de lo posible que no sean municipios contiguos, que sean pueblos en los que esté presente el tema que se va a comentar, porque se quiere mantener el esquema de hacer visitas guiadas para ver el patrimonio o elemento que se aborda, también se pretende que tengan actividades asociadas como puede ser una exposición y se seguirán retransmitiendo en streaming, que este año ha habido gente conectada. Además las actas quedarán colgadas en la web por si alguien la quiere consultar. Con estas grabaciones y publicaciones se persigue que no sean actos que acaban en dos días, sino dejar un elemento definitivo.
-¿Qué grado de concienciación tiene la gente del territorio con este tipo de masías?
-Todo el mundo es consciente del interés que pueden tener, pero también se planteó en las sesiones el tema de qué ayudas existen para conseguir que estas estructuras no se caigan. Digamos que existe un interés porque se mantengan, porque es un elemento singular, pero todo el mundo sabe que o bien se dedican a usos especiales o una torre es muy poco práctica y nadie va a invertir una cantidad importante de dinero cuando no tiene una utilidad aparente. Es verdad que son estructuras solidas y muy agradecidas, aguantan mejor que otras partes de los edificios.
-Las jornadas se dejaron de hacer en 2007, ¿en estos años que han pasado se ha notado un mayor interés por el patrimonio?
-Es difícil de calibrar, aunque en las anteriores hubo menos asistencia. Es verdad que por el tema puede haber más interés, pero no sé si el hecho de que hay más gente es por el tema o por mayor interés por el patrimonio en general.
-El elemento diferenciado de las masías fortificadas es su torre defensiva, ¿no es así?
-Sí, pero se trata de un elemento que solo tiene carácter claramente defensivo en las que se construyeron en la Edad Media, ya que en las del XVI es un elemento de prestigio. Para poderla construir, además de unos recursos económicos, se requiere un permiso explícito del titular del señorío, permiso que solo se concede a gente de la oligarquía local, que ha prestado unos servicios o que compra con dinero el derecho a construir. Es un elemento de prestigio para mostrar la influencia y el poder económico de esa masía. Suele coincidir con otro elemento de prestigio como son las capillas, que para hacerla tienes que tener dinero y además permiso episcopal, son capillas en las propia masías. En estos mases se suelen dar otros elementos interesantes, como bloques con lonjas de arcos que recuerdan a los edificios del siglo XVI, hay algunos ejemplos que parecen Ayuntamientos.
-¿También hay masías que no tienen torre pero sí otros elementos de defensa?
-Sí, un ejemplo es Torre Espín, en Puertomingalvo, que está justo al límite de lo que es una masía fortificada. Fuimos a visitarla y se da la circunstancia de que en realidad no era masía como tal, porque no tenía tierras ni estuvo habitada, era una residencia de carácter señorial. Existe una especie de contradicción porque están fortificadas, llenas de aspilleras, y tienen un recinto defensivo, pero no tienen torre y no entran en la categoría de fortificadas ni están protegidas legalmente al carecer de ese elemento.
-¿Cuántos mases fortificados hay en Gúdar-Javalambre?
-Conocidas y conservadas más o menos unas 25, después puede haber otras tantas de las cuales se tiene constancia a través de documentación o toponimia.
-¿De estas 25 cuántas están en un verdadero peligro?
-Digamos que dentro de la arquitectura las masías las fortificadas son las que menos peligro corren, pero la mayor parte de ellas se han quedado sin uso. Salvo las que tienen uso, que habrá entre hoteles, restauradas y habitadas o como segunda residencia unas nueve, el resto están en un estado de más o menos abandono. En peligro inminente hay una en Alcalá de la Selva que hace algo más de un año se estaba cayendo y ahora igual ya no está. El problema es que no se utilizan para nada, se mantienen pero no se utilizan y el no tener uso hace que estén en peligro.
-¿Estas jornadas buscan evitar que se caigan?
-Son importantes por varias cosas, hemos vuelto a retomar unas jornadas que se habían suspendido hace varios años, su principal objetivo es atender un tema relevante de la comarca, darlo a conocer a sus pobladores y a toda la gente que acude, pero también intentar cotejar y comparar con la realidad existente en otros territorios de la provincia o a nivel nacional. Su utilidad es dar a conocer una estructura y concienciar sobre su importancia y también mostrar los avances científicos sobre el tema. Se han hecho actas de las jornadas y se repartirán de forma gratuita a todos los asistentes.
-¿Hay en más comarcas?
-Sí, con una densidad menor en el Matarraña, donde pudo haber una docena. En las restantes comarcas de Teruel aparecen en Bajo Aragón, Cuencas Mineras, Comunidad de Teruel y Sierra de Albarracín Albarracín, no se conocen ni en el Jiloca ni en Andorra Sierra de Arcos.
-¿Había más que no han llegado hasta nosotros?
-Otra de las cosas que se comentó en Puertomingalvo es que posiblemente existían muchas más, en el Maestrazgo podría haber más del doble y en Gúdar-Javalambre y en el resto de los territorios también muchas más.
-¿Tendrán continuidad las jornadas?
-Sí, se quiere que sigan con el mismo formato de dos municipios en cada convocatoria, en la medida de lo posible que no sean municipios contiguos, que sean pueblos en los que esté presente el tema que se va a comentar, porque se quiere mantener el esquema de hacer visitas guiadas para ver el patrimonio o elemento que se aborda, también se pretende que tengan actividades asociadas como puede ser una exposición y se seguirán retransmitiendo en streaming, que este año ha habido gente conectada. Además las actas quedarán colgadas en la web por si alguien la quiere consultar. Con estas grabaciones y publicaciones se persigue que no sean actos que acaban en dos días, sino dejar un elemento definitivo.
-¿Qué grado de concienciación tiene la gente del territorio con este tipo de masías?
-Todo el mundo es consciente del interés que pueden tener, pero también se planteó en las sesiones el tema de qué ayudas existen para conseguir que estas estructuras no se caigan. Digamos que existe un interés porque se mantengan, porque es un elemento singular, pero todo el mundo sabe que o bien se dedican a usos especiales o una torre es muy poco práctica y nadie va a invertir una cantidad importante de dinero cuando no tiene una utilidad aparente. Es verdad que son estructuras solidas y muy agradecidas, aguantan mejor que otras partes de los edificios.
-Las jornadas se dejaron de hacer en 2007, ¿en estos años que han pasado se ha notado un mayor interés por el patrimonio?
-Es difícil de calibrar, aunque en las anteriores hubo menos asistencia. Es verdad que por el tema puede haber más interés, pero no sé si el hecho de que hay más gente es por el tema o por mayor interés por el patrimonio en general.
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