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Chus Verdú Seva, codirectora del corto ganador en Desafío Buñuel 2023: “Si preparas un rodaje de forma minuciosa puedes reaccionar a los imprevistos que van a surgir” Chus Verdú Seva, codirectora del corto ganador en Desafío Buñuel 2023: “Si preparas un rodaje de forma minuciosa puedes reaccionar a los imprevistos que van a surgir”
Chus Verdú y Sergio Balaguer, en el Teatro Marín. M. A.

Chus Verdú Seva, codirectora del corto ganador en Desafío Buñuel 2023: “Si preparas un rodaje de forma minuciosa puedes reaccionar a los imprevistos que van a surgir”

Los creadores de ‘Y un jamón’ vivieron una noche mágica tras ganar el premio del Jurado y el del Público
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La alicantina Chus Verdú y el barcelonés Sergio Balaguer han sido dos de los grandes triunfadores del VI Desafío Buñuel, como codirectores y guionistas de Y un jamón, que ganó el domingo el premio a Mejor Película y el Premio del Público. Su producción es una comedia surrealista con la que Buñuel se hubiera partido de risa.

-¿Hace más ilusión el Premio a Mejor Película o el del Público?

-A priori siempre sueñas con ganar el premio del Jurado y poder ir a Desafío Buñuel México, pero visto con perspectiva el del Público es muy ilusionante. En solo dos días ver tu corto terminado en la gran pantalla y la reacción del público al verlo es muy especial.

-¿Las limitaciones de tiempo pesan mucho en el corto?

-Para la velocidad y las limitaciones con las que tuvimos que trabajar estamos muy contentos. Además, conocíamos esas limitaciones de rodar y montar en 48 horas, así que la historia está concebida teniéndolas en cuenta, y sabiendo que no podíamos pretender hacer según qué cosas. Además aprovechamos bastante bien el tiempo de planificación y preproducción, y junto al trabajo de Ángela (Ripoll), nuestra auxiliar de producción en Teruel, todo salió muy bien.

-¿En qué suelen centrarse durante la preproducción previa al rodaje?

-En asuntos de logística, pero también artísticos. Sergio y yo pensamos mucho en la composición de los planos para expresar ideas, así que damos mucha importancia dónde se rueda. Y esto en principio era un problema porque ninguno de los dos conocía Teruel antes, así que a la hora de escribir el guion utilizamos Google Maps para explorar lugares para inspirarnos.

-Además de Los Arcos, esencial en la penúltima escena, ¿qué otros marcos necesitaban sí o sí?

-Más allá de que las reglas de Desafío Buñuel establecen que tienen que aparecer tres localizaciones características de Teruel, hay un ejemplo que está muy claro. La escena de la Escalinata tenía que rodarse en una gran escalera, porque es un símbolo del descenso de la protagonista y el ascenso del otro personaje.

-¿Partieron de cero, o adaptaron alguna idea anterior?

-Partimos desde cero pensando en el Desafío Teruel, porque la condición principal era que tenía que estar basado en Buñuel y El discreto encanto de la burguesía, que es una película que, por cierto, nos encanta. Pensando en eso, inspirándonos en el espíritu de Buñuel y teniendo en cuenta los elementos que teníamos que introducir, como el jamón, el coche o el colgante, se nos ocurrió esta idea y fuimos modelándola.

-Sin desmerecer ninguna otra faceta del corto, la interpretación de Mamen Camacho es excelente. ¿Hubiera funcionado igual con una actriz no profesional?

-Mamen estaba muy motivada y ella es el corto, la verdad, porque su actuación es excelente. Cuando escribes el guion no sabes qué actor profesional vas a tener, e incluso nuestra protagonista originalmente era una mujer de más edad. También teníamos algún plan B pensado por si no le apetecía hacer el papel protagonista y prefería hacer solo algún cameo. Pero le encantó el papel e hizo un trabajo admirable.

-¿Hubo algún plano, alguna secuencia que se frustrara por alguna razón?

-Realmente no hubo nada importante que cambiaramos con respecto a la planificación previa. En el momento del montaje si que hay planos que alargas, acortas o cambias de orden, pero pudimos hacer todo lo que teníamos previsto.

-Buñuel era un espíritu libre, pero era organizado hasta la obsesión y odiaba incumplir los planes de rodaje...

-En el cine eso es vital aunque no tengas que cumplir un plazo tan pequeño como las 48 horas que teníamos en Teruel. En un rodaje no puedes evitar que te surjan mil imprevistos, y solo si lo tienes todo minuciosamente preparado vas a saber qué hacer y como improvisar para ir solucionándolos.

-¿Habían trabajado juntos antes Balaguer y usted?

-Sí. Junto a otros autores formamos una especie de grupo de cine que quiere basarlo en algo más colectivo. El cine se fundamente en jerarquías y es importante que se respeten para que todo el proceso funcione. Pero dentro de ese respeto creemos que también pueden hacerse buenas aportaciones narrativas desde otros departamientos, y buscamos fórmulas basadas en coautorías que pueden hacer un cine más rico y cooperativo.

-¿Qué futuro le aguarda a ‘Y un jamón’?

-Pues, ya con más tiempo, afinaremos algunas cosas del montaje que queremos cambiar tras ver la proyección y a partir de ahí nos sentaremos, veremos en qué festivales puede encajar mejor, e intentaremos moverlo lo máximo posible.

-Y el año que viene a competir a Desafío Buñuel México...

-¡Estamos un poco agobiados porque pensábamos que no iba a pasar y ha pasado! (Risas). Antes de venir al Desafío Buñuel no conocíamos Teruel, pero es que México es un país y una cultura diferente, así que el reto se multiplica. Nos vamos a dar un poco de tiempo para descansar, porque esta experiencia ha sido excelente y muy intensa, pero muy pronto nos pondremos a trabajar, buscaremos espacios que nos inspiren y a ver qué somos capaces de construir.

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