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Se les ha visto el plumero

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Isabel Marco
Cada vez tienen más visibilidad algunos pseudomedios de ideología fascista, parece que tienen más presencia, y si tienen más presencia es porque trascienden, y si trascienden es porque hay gente detrás que les está escuchando, que les lee y que se suma a sus doctrinas que incitan al odio hacia todo lo que para ellos no sea normativo: personas migrantes, homosexuales, transgénero, feministas y un largo etc.

Qué pronto hemos olvidado la historia de nuestro país. No nos olvidemos de que en España tuvimos el franquismo; una dictadura militar impuesta, tras el levantamiento en armas de una sección sublevada del ejército encabezada por el general Francisco Franco, frente a un país democrático que había elegido su gobierno en las urnas. Esta dictadura supuso la censura y la represión de cualquier tipo de resistencia a ese régimen y la abolición de los derechos humanos. Fue un régimen del miedo donde los medios estaban controlados, que adoctrinaba a través de ellos y también a través del control de la enseñanza y la cultura, dejando que solo se transmitiesen las ideas afines al régimen de Franco para, de esta manera, conseguir el control social e ideológico de la ciudadanía. Lo que viene a definir una dictadura totalitaria y fascista, aunque en España, todavía, algunos traten de negarlo.

Estos pseudomedios, trabajan para difundir una ideología fascista a través del lema: el fin justifica los medios y, como su ideología no es ni muy democrática ni “pro” derechos humanos, tienen sus tretas para intentar inculcarla.

La última de sus sucias jugadas ha sido la de utilizar el caso del asesinato en Mocejón de un niño de 11 años. Esta gente se dedicó a lanzar bulos afirmando que la persona que había matado a este niño era magrebí, publicaron incluso la fotografía de un hombre racializado afirmando que era el asesino. La gente lo cree, cree que esos medios tienen más poder que la policía y descubren antes que nadie quién es el asesino, algo que es más que poco probable.

Lo que consiguen con estas estrategias de difundir bulos es alimentar ese odio y miedo hacia las personas racializadas, incluso llegan a decir en uno de sus canales que hay que “dar muerte a los menas”. Si eso no es incitación al odio...

No solo alimentaron ese bulo, sino que se atrevieron a increpar a un miembro de la familia por tener fotos con africanos diciéndole que estaba manchando el nombre de la familia por tener esas fotos con personas negras, la misma raza que la de la persona que había matado a Mateo.

Una vez que lanzan el bulo, solo tienen que esperar atentos a que alguien lo desmienta con pruebas y, mientras, aunque solo sea por unas horas, las intrincadas telarañas de redes sociales como X ya han hecho su trabajo: ese bulo ha corrido como la pólvora, se ha compartido miles de veces y solo tienen que borrar su publicación para quedar limpios de toda culpa, del odio que ya han sembrado.

Varias de esas personas que se han dedicado a compartir ese tipo de bulos que incitan al odio, al verle las orejas al lobo ante las investigaciones que está iniciando la fiscalía ante estos actos, han borrado sus cuentas por el pánico que les da enfrentarse a los tribunales donde eso de que el fin justifica los medios no funciona.

Algunos de estos pseudomedios están trabajando para partidos políticos que se dicen democráticos pero que en realidad no lo son. Vayámosles viendo el plumero, que la historia se repite. Ahora que llega septiembre deberíamos matricularnos en un curso de Historia, pero de la científica, la impartida por profesionales.

Hay que buscar siempre el rigor científico histórico y eso es algo que solo nos garantizan los profesionales de la investigación histórica.