Hubo mucho revuelo cuando se puso en marcha la baja si tienes una menstruación dolorosa. Esto no se entendió muy bien porque hasta entonces las mujeres con reglas dolorosas tenían que ir a trabajar aunque su cuerpo se estuviese partiendo en dos. En un estudio realizado por el Instituto para la Salud de las Mujeres de la University College London se descubrió que el dolor de la regla es comparable al de un infarto. También es muy conocido el experimento al que se sometieron algunos hombres al colocarse electrodos en el abdomen que simulaban el dolor menstrual y algunas de sus reacciones dejaron frases como: "esto debería ser ilegal" o "se me va a salir un ganglio". Estos hombres tenían que recortar un papel con unas tijeras y no eran capaces. Sin embargo, nosotras hemos podido hacerlo durante años, no recortar un papel, sino ir a trabajar dónde sea, padeciendo un verdadero calvario. Ahora, si te quedas en casa, te sientes culpable porque como nos han enseñado que eso no es nada, siempre parece que te quedas por vicio; cuántas mujeres seguirán sin disfrutar de esta baja por el "qué dirán".
Lo cierto es que los dolores menstruales son sólo una parte de lo que le pasa a nuestro cuerpo. Se habla muy poco de ello y estoy convencida de que muchos hombres, la mayoría, y algunas mujeres incluso, no saben qué es lo que pasa cuando se tiene la regla. Muchas personas solo recuerdan lo que se nos enseña de pequeños, más o menos en cuarto de primaria, sobre los cambios en el cuerpo cuando llega la pubertad. Cuántas personas sabrán que el cuerpo de una persona que tiene la regla se prepara cada mes para el embarazo y, si este no ocurre, el cuerpo debe expulsar todo el recubrimiento del útero. El recubrimiento del útero o endometrio, tiene unos diez milímetros de grosor en el momento de su expulsión y eso es lo que hace nuestro cuerpo, expulsar un tejido. Uno de nuestros órganos se desprende de una de sus capas, hay una descamación y sí, puede ser dolorosa y por eso sangramos, no es sangre que nos sobre.
Por si fuera poco también trae otros síntomas como pueden ser los dolores de espalda, dolor de cabeza o cansancio; todo junto. Además es todo un proceso, recordemos que es un ciclo más o menos mensual en el que se suceden una serie de cambios hormonales. En la fase lútea, la segunda parte del ciclo, producimos progesterona y estrógenos que nos traen el odioso acné, el cansancio, el dolor en los pechos... Te acostumbras, claro, qué remedio, pero interfiere en la vida y no poco. Uno de los antídotos es el deporte, pero ojo, que es un ciclo, una montaña rusa diría yo, porque todo lo que sube baja y, los días previos a la regla, baja la producción de hormonas y llega el famoso síndrome premenstrual. La brusca bajada de hormonas hace que disminuya la serotonina, que es el neurotransmisor que se encarga del estado de ánimo. Por eso este síndrome puede traer cambios físicos y emocionales, y no es que nos estemos volviendo locas, ni tampoco queremos que se nos ningunee diciéndonos: ¡Ah! Que estás con la regla. Por favor, no hagáis eso, no nos invalidéis de esa manera porque nos hunde en la miseria y enfada muchísimo. Esos días bastante tenemos con gestionar ese remolino hormonal, el dolor de músculos, el de los pechos, además estamos muy sensibles e irritables, dormimos mal, estamos cansadas... un poco de comprensión. Los dulces también ayudan, en esta fase del periodo apetece mucho comer dulce porque aumentan las endorfinas y eso nos ayuda a sentirnos mejor. Y si al bombón le sumas un abrazo que segrega oxitocina, libera serotonina y dopamina y da sensación de armonía y plenitud, pues mucho mejor.