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El petróleo sabe a chocolate El petróleo sabe a chocolate
Imagen de valeria_aksakova en Freepick

El petróleo sabe a chocolate

Isabel Marco
¿Qué opinas si te cuento que puede que estés comiendo petróleo?

Se están detectando sustancias procedentes de aceites minerales en productos alimentarios que tal vez estemos consumiendo a diario. Se trata de hidrocarburos de aceite mineral que se conocen con las siglas MOH y son compuestos químicos derivados del petróleo principalmente. No sé porqué, pero una vez más los consumidores son los últimos en enterarse de qué es lo que se están llevando a la boca, y a la mesa de su casa, productos que podemos estar dándoles a nuestros hijos e hijas pensando que son sanos y llevan dentro al enemigo como si del caballo de Troya se tratase.

Lo grave es pensar que cómo es posible que esté pasando esto si ya se conoce, y que ni empresas ni gobierno digan nada o den su beneplácito para la comercialización de los productos que contienen estas sustancias que pueden resultar cancerígenas. La respuesta es que existe un vacío legal en el que se permite que estas sustancias no sean mencionadas en el etiquetado, de este modo, sin saberlo estamos consumiendo derivados del petróleo y envenenándonos poco a poco.

Este tipo de hidrocarburos se descubrieron ya en la década de los noventa por una casualidad, y todavía a día de hoy, esta marea negra se permite y se oculta en nuestra alimentación diaria. Este tipo de hidrocarburos saturados de aceite mineral (MOSH) e hidrocarburos aromáticos de aceite mineral (MOAH) generan efectos adversos en nuestra salud, son altamente tóxicos. Son considerados como posibles sustancias carcinógenas que se acumulan en tejidos, nódulos linfáticos, bazo e hígado y pueden ocasionar microgranulomas.

Estas sustancias se han detectado en productos tan cotidianos como el arroz, los cereales del desayuno, pasta, chocolates, galletas, queso... Y yo me pregunto, ¿cómo es posible que estos alimentos contengan aceites derivados del petróleo? Llegan a los alimentos debido a una contaminación que puede ocurrir por diversas causas, por el contacto con el papel o el cartón de los envases, por las tintas de impresión que pueden contener estas sustancias, por aditivos permitidos pero mal refinados, por los plásticos de uso alimentario, por los pesticidas, por los aceites y otras sustancias compuestas de petróleo de la maquinaria o por los lubricantes que se emplean para impermeabilizar los cestos donde se recoge el arroz, el café o el cacao.

La situación actual es la misma que al principio, a pesar de que en los últimos años se han notificado varias alertas por la presencia de estas sustancias a nivel europeo, todavía no se han establecido límites ni controles suficientes para evitar la presencia de estos aceites en nuestra alimentación.

La EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) avisa del potencial riesgo de los MOAH y que por ello no deben estar presentes en los alimentos. Y con respecto a los MOSH, el comité científico de la FASFC en Bélgica (Federal Agency for the Safety of the Food Chain) ha establecido unos límites porque una presencia elevada influye en la aparición de MOAH, por lo que conviene limitarlos; aunque yo apostaría por su eliminación total.

Hay 35 productos del mercado español en el laboratorio, se ha detectado MOAH, la más peligrosa de estas sustancias, en los cereales de arroz con cacao de El Corte Inglés, la granolas con avena de Quaker, y la pasta para lasaña Festaiola Agnesi. En la página web de la OCU puedes consultar también qué productos contienen MOSH, han señalado con asterisco los que son potencialmente peligrosos y que están pidiendo que se retiren del mercado. Otras organizaciones no gubernamentales como Justicia Alimentaria también están recogiendo firmas y trabajando para que se retiren este tipo de productos.