Última parada de Primera RFEF, El Bierzo

Se apagan las luces, y se cierra el telón de la que terminará siendo, a pesar del amargo sabor del descenso, la mejor temporada, la campaña realmente histórica del Club Deportivo Teruel en toda su trayectoria deportiva. La presencia del cuadro mudéjar en esta tercera categoría plus del fútbol español, concluye esta tarde en jornada de horario unificado, y para el Teruel lo hace en uno de los escenarios grandes de una categoría grande; a modo de contexto, el partido de hoy será el vigésimo de este curso en el que el conjunto rojillo se enfrentará a algún equipo que ha estado al menos en Segunda División en los últimos diez años.  

Nombres y rivales históricos, con presupuestos y estructuras profesionales, con los que el Teruel ha competido hasta donde le ha dado, y que se rubrican con la Ponferradina, un gallo al que le está costando más de lo previsto elevar cresta. Más aún. Resulta que el conjunto de Jardiel puede ser el juez final que determine la posición de las eliminatorias de ascenso a Segunda. Ya se sabe que el Dépor sube. Como el Castellón en el otro grupo. Hay dos posiciones más que deberán dilucidarse en la postemporada, y a ello aspiran tanto los bercianos como la Cultural Leonesa, vecinos y rivales que estarán muy pendientes del Teruel.

13 jornadas sin perder fuera

Y Jardiel ya se ha comprometido a que su equipo va a ser un juez ecuánime, neutral y objetivo. Irá a El Toralín a disputar la victoria. Va, además, con todos menos Carmona y Nico, lo que presume la conformación táctica estándar a partir de la cual el cuadro mudéjar aspira a salir de la categoría con un récord, 14 jornadas, más de siete meses de competición consecutiva, sin caer derrotados fuera de Pinilla, gracias a ese armazón.  

Lo que significa que el cierre de curso en Ponferrada asegura la presencia de los habituales, reduce la opción de rotaciones y experimentos, pero sí servirá para la toma de apuntes, sensaciones y medidas de cara a la próxima temporada. Calculaba el presidente del club, Mariano Escalera, en micrófonos de la televisión autonómica aragonesa, que la expectativa de cara al próximo curso es que la mitad de la plantilla será nueva. A este respecto, eso implica que más o menos la mitad de la actual podría continuar. Será interesante ver quiénes opositan hoy para ello. 

En todo caso, la Ponferradina que aguarda esta tarde es de todo menos un test sencillo. Se le ha caído un poco el equipo a Juanfran, lateral izquierdo valenciano que fue de tronío, internacional desde la intensidad y la velocidad. Quiere trasladar esos valores a su equipo convirtiendo a sus laterales en carrileros, pero a veces se le atascan un poco los partidos por el centro del campo; su última derrota, en Sabadell, enseñó que en los partidos trabados sobrevive a duras penas.  

Pero se le cae la calidad al cuadro berciano. Sobre todo arriba, con un tipo de otro nivel llamado Borja Valle, un percutor como Longo, y otro puñado de pequeños jugones sobre los que la Ponfe arma un balance de 17 victorias, casi la mitad de los partidos que ha disputado. Eso sí, es el peor local de entre todos los que pelean por el ascenso. En realidad, si fuera por su cosecha en El Toralín, la Ponferradina estaría fuera de puestos de ascenso.

Es por ello que el precedente entre ambos, derrota del CD Teruel 0 a 2 en Pinilla un lejano mes de noviembre en el partido de primera vuelta, sirve como referencia de la fortaleza del rival, pero no tanto como antecedente innegociable e inevitable. Si el Teruel hace como otros nueve equipos de la categoría que sacaron puntos de El Toralín, el equipo saldrá de Primera RFEF con una ligera sonrisa. Y un apunte contable difícil de borrar: un total de catorce partidos seguidos fuera de casa sin derrota. Qué lástima esas ventajas que volaron...