Guillem Naranjo pugna por un balón aéreo con un defensa verdinegro. Javier Escriche
El CD Teruel logra una victoria que invita a creer
El solitario gol de Víctor Sanchís permitió al club rojillo sumar de tres en el duelo directo ante el Sestao River
El CD Teruel salió victorioso de su choque con el Sestao River por 1-0 y mantiene de esta manera sus opciones de conseguir la salvación al final de la temporada. El partido se caracterizó por su poco fútbol, ya que ninguno de los dos equipos ofreció su imagen habitual. El acierto fue lo que decantó el choque y este favoreció al club rojillo, pues Víctor Sanchís acertó la más clara que tuvo el equipo con un remate certero a la red ante el que poco o nada pudo hacer Sergi Puig.
Antes de que el partido diera comienzo ya había sorpresas, y es que Raúl Jardiel presentó un once inesperado por sus novedades. En portería salió el de siempre, Taliby Konaté, pero en el resto de líneas optó por innovar. En defensa salió con cuatro hombres, Julen regresó al lateral izquierdo que venía ocupando Arnau Gaixas, Cabetas volvió al centro de la zaga después de varios partidos sin jugar, Sierra, como es habitual, fue su acompañante y Víctor Sanchís también regresó al costado derecho. En el centro del campo al habitual Nacho Castillo se le sumó Facu García en el doble pivote. Las bandas fueron para Borja Martínez y Aitor Pascual, que doblaba el lateral. En esta ocasión la punta de lanza la completó con dos efectivos, y es que a Guillem Naranjo se le sumó un Jorge Alastuey algo más liberado para apoyar al ariete desde segunda línea.
Pese a que en la rueda de prensa previa al partido Raúl Jardiel se mostró algo cauto, lo cierto es que, con este once, Jardiel mandaba un mensaje claro, y es que con tantos hombres de ataque dejaba muy a las claras sus intenciones de salir al por todas desde el inicio.
La apuesta novedosa de Jardiel a punto estuvo de saltarle por los aires en los primeros instantes de juego, y es que antes de el partido llegase a su primer minuto de juego los visitantes pusieron a prueba la velocidad de Cabetas con un balón a la espalda del central y fue necesaria la intervención de Taliby para que no llegara el primero de la tarde.
Con el transcurrir del tiempo, y algo más recuperados después del primer susto, los hombres de Jardiel comenzaron a sentirse más cómodos y, con ello, llegaron las primeras aproximaciones al área rival, aunque sin demasiada peligrosidad. Las transiciones en tres cuartos de campo les permitían mirar hacia delante, pero faltaba el último pase, lo que despertaba las lamentaciones en el siempre respetable público.
Entre tanto, el Sestao suscitó la polémica superado ya el minuto veinte de partido. De un disparo de segunda línea salió la posibilidad de un penalti favorable a los verdinegros cuando el balón impactó en las manos de un jugador local, no obstante, el árbitro interpretó que estaban pegadas al cuerpo y la jugada continuó para decontento de la grada visitante.
Los visitantes no se rendían ante las transiciones turolenses y buscaban con ahinco la suya, pero, por destino o por casualidad, el fútbol sonrió primero a los de Jardiel. Corría el minuto 31 cuando una jugada a balón parado acabó desencando la alegría turolense.
Borja Martínez botó un córner con mucho peligro que fue rechazado en primera instancia. Sin embargo, la pelota cayó en los pies de Cabetas que volvió a meter el balón a la olla habilitando a Víctor Sanchís. El lateral no se lo pensó y remató el esférico al interior de la meta rival sin que Sergi Puig pudiera hacer nada.
Aunque a nivel ofensivo los engranajes del CD Teruel parecían funcionar algo más, lo cierto es que los rayados consiguieron sacarle los colores a los locales en el aspecto defensivo en alguna que ocasión, y es que, después del tanto, los de Aitor Calle tuvieron tres internadas seguidas por el costado izquierdo que hicieron temblar a la afición rojilla. Dichas ocasiones no llegaron a nada más y los jugadores enfilaron el tunel de vestuarios con las cosas como estaban.
Algo debió detectar Jardiel que, tras el receso, decidió mover el banquillo. Borja Romero entró por Jorge Alastuey, aunque no retrasó su posición y continuó ejerciendo el rol de mediapunta, y Fran Carmona entró por Isma Sierra, que ya estaba apercibido.
El juego continuó cerniéndose sobre la misma portería, pero en esta ocasión la defendía el CD Teruel, y es que en este inicio de la segunda mitad los de Aitor Calle reclamaron la posesión del balón y se lanzaron al ataque. Así, los rojillos se vieron obligados a retrasar su posición y cerrar todos los huecos posibles.
Las malas noticias nunca vienen solas, y es que en ese preciso instante de mayor dominio verdiblanco, Sanchís sintió un pinchazo en la parte de atrás de su muslo y tuvo que ser sustituido. Entró en su lugar Aparicio y Aitor Pascual retrasó su posición. Aitor Calle aprovechó este momento para hacer también sus cambios. Se marcharon Aranzabe y Gete y dieron entrada Armando y Kake.
Pese al dominio visitante, estos no eran capaces de generar peligro a los rojillos y ello despertó cierto nerviosismo que desencadenó en un juego más físico y de mayor contacto. El árbitro quiso poner solución por la vía rápida y apercibió a Facu por parte de los rojillos e Ibai Sanz por parte de los verdinegros.
Mientras el partido adquiría calor, Raúl Jardiel seguía centrado en el juego. En este sentido, cavilaba desde la banda opciones para poder acabar con el dominio de los visitantes. Optó por sustituir a un magullado Guillem Naranjo y dar entrada a Toni Gabarre en busca de algo diferencial, pues su gran juego de espaladas podría valerles ahora que el CD Teruel se veía forzado a ejercer un juego más directo. Poco después de salir este fue protagonista en una gran combinación turolense que acabó cerca del área que defendía el Sestao, pero de nuevo falló el último pase.
Parte de este plan fue también su siguiente movimiento, aunque este fue algo más amarrategui, y es que Raúl decidió dar entrada a Arnau Gaixas para que formara parte de la línea defensiva, que ahora pasaba a estar compuesta por cinco hombres, y sentó en el banquillo a Facu García. Si con su planteamiento inicial Raúl demostró claras intenciones de ir a por el gol con un once ofensivo, ahora demostraba su intención de querer sujetar el tanto que los mantenía por delante contra viento y marea.
Pese al planteamiento más defensivo en estos últimos minutos de juego, el CDâÂÂÂÂTeruel no dudó en lanzarse hacia delante cuando pudo. Las contras se convirtieron en su mejor aliado y a punto estuvo de llegar el segundo en una de ellas. Aparicio puso un centro desde el costado derecho y Gabarre empalmó la pelota, aunque con más fe que eficacia, pues mandó el esférico varios metros por encima de la portería que defendía Sergi Puig.
Empujados por su gente, los rojillos incrementaron el número de contrataques, mientras AitorCalle veía como su plan fracasaba, pues ni con los últimos cambios, habían entrado Ibai Sanz y Mirapeix por Jaso y Garai, su equipo era capaz de hacer daño a los locales.
Esto cambió radicalmente en los últimos cinco minutos de juego, pues los del Sestao arrinconaron a los rojillos que se defendían como gato panza arriba. Así pues, con el corazón en un puño llegó el partido a su fin. El CD Teruel lograba la victoria y el público clamaba al cielo el grito de “sí se puede”.
Antes de que el partido diera comienzo ya había sorpresas, y es que Raúl Jardiel presentó un once inesperado por sus novedades. En portería salió el de siempre, Taliby Konaté, pero en el resto de líneas optó por innovar. En defensa salió con cuatro hombres, Julen regresó al lateral izquierdo que venía ocupando Arnau Gaixas, Cabetas volvió al centro de la zaga después de varios partidos sin jugar, Sierra, como es habitual, fue su acompañante y Víctor Sanchís también regresó al costado derecho. En el centro del campo al habitual Nacho Castillo se le sumó Facu García en el doble pivote. Las bandas fueron para Borja Martínez y Aitor Pascual, que doblaba el lateral. En esta ocasión la punta de lanza la completó con dos efectivos, y es que a Guillem Naranjo se le sumó un Jorge Alastuey algo más liberado para apoyar al ariete desde segunda línea.
Pese a que en la rueda de prensa previa al partido Raúl Jardiel se mostró algo cauto, lo cierto es que, con este once, Jardiel mandaba un mensaje claro, y es que con tantos hombres de ataque dejaba muy a las claras sus intenciones de salir al por todas desde el inicio.
La apuesta novedosa de Jardiel a punto estuvo de saltarle por los aires en los primeros instantes de juego, y es que antes de el partido llegase a su primer minuto de juego los visitantes pusieron a prueba la velocidad de Cabetas con un balón a la espalda del central y fue necesaria la intervención de Taliby para que no llegara el primero de la tarde.
Con el transcurrir del tiempo, y algo más recuperados después del primer susto, los hombres de Jardiel comenzaron a sentirse más cómodos y, con ello, llegaron las primeras aproximaciones al área rival, aunque sin demasiada peligrosidad. Las transiciones en tres cuartos de campo les permitían mirar hacia delante, pero faltaba el último pase, lo que despertaba las lamentaciones en el siempre respetable público.
Entre tanto, el Sestao suscitó la polémica superado ya el minuto veinte de partido. De un disparo de segunda línea salió la posibilidad de un penalti favorable a los verdinegros cuando el balón impactó en las manos de un jugador local, no obstante, el árbitro interpretó que estaban pegadas al cuerpo y la jugada continuó para decontento de la grada visitante.
Los visitantes no se rendían ante las transiciones turolenses y buscaban con ahinco la suya, pero, por destino o por casualidad, el fútbol sonrió primero a los de Jardiel. Corría el minuto 31 cuando una jugada a balón parado acabó desencando la alegría turolense.
Borja Martínez botó un córner con mucho peligro que fue rechazado en primera instancia. Sin embargo, la pelota cayó en los pies de Cabetas que volvió a meter el balón a la olla habilitando a Víctor Sanchís. El lateral no se lo pensó y remató el esférico al interior de la meta rival sin que Sergi Puig pudiera hacer nada.
Aunque a nivel ofensivo los engranajes del CD Teruel parecían funcionar algo más, lo cierto es que los rayados consiguieron sacarle los colores a los locales en el aspecto defensivo en alguna que ocasión, y es que, después del tanto, los de Aitor Calle tuvieron tres internadas seguidas por el costado izquierdo que hicieron temblar a la afición rojilla. Dichas ocasiones no llegaron a nada más y los jugadores enfilaron el tunel de vestuarios con las cosas como estaban.
Algo debió detectar Jardiel que, tras el receso, decidió mover el banquillo. Borja Romero entró por Jorge Alastuey, aunque no retrasó su posición y continuó ejerciendo el rol de mediapunta, y Fran Carmona entró por Isma Sierra, que ya estaba apercibido.
El juego continuó cerniéndose sobre la misma portería, pero en esta ocasión la defendía el CD Teruel, y es que en este inicio de la segunda mitad los de Aitor Calle reclamaron la posesión del balón y se lanzaron al ataque. Así, los rojillos se vieron obligados a retrasar su posición y cerrar todos los huecos posibles.
Las malas noticias nunca vienen solas, y es que en ese preciso instante de mayor dominio verdiblanco, Sanchís sintió un pinchazo en la parte de atrás de su muslo y tuvo que ser sustituido. Entró en su lugar Aparicio y Aitor Pascual retrasó su posición. Aitor Calle aprovechó este momento para hacer también sus cambios. Se marcharon Aranzabe y Gete y dieron entrada Armando y Kake.
Pese al dominio visitante, estos no eran capaces de generar peligro a los rojillos y ello despertó cierto nerviosismo que desencadenó en un juego más físico y de mayor contacto. El árbitro quiso poner solución por la vía rápida y apercibió a Facu por parte de los rojillos e Ibai Sanz por parte de los verdinegros.
Mientras el partido adquiría calor, Raúl Jardiel seguía centrado en el juego. En este sentido, cavilaba desde la banda opciones para poder acabar con el dominio de los visitantes. Optó por sustituir a un magullado Guillem Naranjo y dar entrada a Toni Gabarre en busca de algo diferencial, pues su gran juego de espaladas podría valerles ahora que el CD Teruel se veía forzado a ejercer un juego más directo. Poco después de salir este fue protagonista en una gran combinación turolense que acabó cerca del área que defendía el Sestao, pero de nuevo falló el último pase.
Parte de este plan fue también su siguiente movimiento, aunque este fue algo más amarrategui, y es que Raúl decidió dar entrada a Arnau Gaixas para que formara parte de la línea defensiva, que ahora pasaba a estar compuesta por cinco hombres, y sentó en el banquillo a Facu García. Si con su planteamiento inicial Raúl demostró claras intenciones de ir a por el gol con un once ofensivo, ahora demostraba su intención de querer sujetar el tanto que los mantenía por delante contra viento y marea.
Pese al planteamiento más defensivo en estos últimos minutos de juego, el CDâÂÂÂÂTeruel no dudó en lanzarse hacia delante cuando pudo. Las contras se convirtieron en su mejor aliado y a punto estuvo de llegar el segundo en una de ellas. Aparicio puso un centro desde el costado derecho y Gabarre empalmó la pelota, aunque con más fe que eficacia, pues mandó el esférico varios metros por encima de la portería que defendía Sergi Puig.
Empujados por su gente, los rojillos incrementaron el número de contrataques, mientras AitorCalle veía como su plan fracasaba, pues ni con los últimos cambios, habían entrado Ibai Sanz y Mirapeix por Jaso y Garai, su equipo era capaz de hacer daño a los locales.
Esto cambió radicalmente en los últimos cinco minutos de juego, pues los del Sestao arrinconaron a los rojillos que se defendían como gato panza arriba. Así pues, con el corazón en un puño llegó el partido a su fin. El CD Teruel lograba la victoria y el público clamaba al cielo el grito de “sí se puede”.
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