Llega la Copa Federación, con Utrillas y Calamocha en busca de la fase final

La temporada 2024-25 en el fútbol aragonés da su pistoletazo de salida este fin de semana con el inicio de la competición oficial en la Copa Federación, una cita esperada por los aficionados al fútbol por la intensidad de los encuentros. En esta fase autonómica, cuatro equipos de la Tercera División aragonesa se preparan para medir sus fuerzas y mostrar su potencial: Calamocha, Caspe, Brea y Utrillas. Estos equipos, que están trabajado duro durante la pretemporada, se enfrentarán en un formato de liguilla a una sola vuelta, donde cada partido será crucial para alcanzar el título, tal y como explica la propia Federación Aragonesa de Fútbol.

La competición se desarrollará en tres intensas jornadas, programadas para los días 18 y 25 de agosto, y el 1 de septiembre. Más allá del propio trofeo de campeón de la Copa RFEF en su Fase Autonómica, el ganador obtendrá el pase para participar en la Fase Nacional, un logro que le permitirá enfrentarse a los campeones de otras territoriales, en un emocionante sorteo que determinará los emparejamientos para la siguiente ronda. Así en la primera jornada, el Calamocha se mide en Jumaya al Caspe el domingo (18:30 horas), mientras que el Brea hará lo propio en Piedrabuena ante el Utrillas (19:30 horas).

Para la semana que viene, el día 25, la segunda jornada de la competición será la que guarde hueco para el derbi de la provincia, un enfrentamiento entre el Utrillas y el Calamocha que se disputará en feudo minero, en La Vega, y que probablemente determinará las opciones de unos y otros para pasar a la fase nacional de la competición. Caspe y Brea jugarán entre sí ese día.

Para el fin de semana que transcurrirá a caballo entre agosto y septiembre, el Calamocha recibirá al Brea mientras que el Utrillas deberá rendir visita al Caspe en sendos complicados enfrentamientos que medirán el nivel de la Tercera División que arrancará una semana más tarde, el primer fin de semana completo del próximo mes de septiembre.

Un test muy útil

Este torneo no solo es una oportunidad para que los equipos prueben su potencial y ajusten sus tácticas de cara a la temporada regular, sino que también es una excelente plataforma para que los jugadores se ganen un lugar destacado en la plantilla. En resumen, la Copa RFEF se presenta como una competición apasionante que, en su fase autonómica, pondrá a prueba la preparación y la ambición de los equipos de Tercera División. Solo uno de ellos logrará alzarse con el título y seguir adelante en la competición nacional, con la vista puesta en alcanzar metas aún mayores a lo largo de la temporada.

Y así lo afrontan los dos representantes turolenses que van a tomar parte, Calamocha y Utrillas, que tienen ambos dos rivales de altura, el Caspe y el recién descendido Brea, en busca del relevo para la SD Ejea; el cuadro cincovillés, ascendido este año a Segunda RFEF, fue el vencedor de la fase aragonesa el año pasado.

Ruta nacional

Calamocha, Utrillas, Caspe y Brea buscarán un título, el de Copa Federación en Aragón, que da acceso a una posterior competición en la que se enfrentan los ganadores de las fases autonómicas correspondientes junto con otros equipos provenientes de la Segunda y la Tercera RFEF. Se configura así una tabla de eliminatorias que dan comienzo en septiembre y terminan con el play-off final ya en noviembre. Así estuvo a punto de hacerlo el Ejea el curso pasado, campeón de la fase aragonesa y que avanzó hasta justo las puertas de esta ronda final; venció al Peña Sport navarro y al Sant Andreu barcelonés antes de caer eliminado ante el Badalona Futur.

Dos aragoneses hubo en la temporada 22-23, el Illueca y el Atlético Monzón. Sólo los zaragozanos lograron avanzar una ronda en fase nacional, con su victoria ante el Anguiano a la que siguió derrota ante el poderoso Real Unión de Irún. Los montisonenses cayeron ante el Izarra. El Ebro alcanzó las semifinales de la competición nacional en 2021, hay que remontarse a 2005 para encontrar al Huesca en la final, y el Binéfar fue, en 1997, el único aragonés que ganó el trofeo, hace ya casi tres décadas.