Pinilla volvió a congregar a jóvenes y adultos en una tarde de mayo para disfrutar de una jornada de atletismo festiva cargada de ilusión y alegría a partes iguales. Antonio García/Bykofoto
Las sonrisas de los más pequeños llenan Pinilla en la 27ª edición del Promesicas
Alrededor de 600 incipientes atletas participaron en el tradicional evento organizado por el club La Salle
Un síntoma de que el verano se acerca en Teruel es el Cross Promesicas, pues, generalmente, el buen tiempo se deja ver para acompañar la velada. En esta ocasión el Promesicas se estaba haciendo esperar, ya que se celebró más tarde de lo habitual, pero al fin llegó. Así pues, durante la tarde de ayer tuvo lugar la vigesimoséptima edición de la prueba en la que los principales protagonistas son los niños. Un total de 587 atletas incipientes tomaron el césped de Pinilla una vez más para hacerlo lucir un ambiente espectacular. Todos ellos estuvieron acompañados por el medio centenar de miembros del Club La Salle Caja Rural de Teruel, club organizador del evento junto con el Ayuntamiento de Teruel, que velaron porque todo saliera según lo previsto, y por los padres y madres de los deportistas que llenaron las gradas de Pinilla. Las cifras de participación fueron inferiores a las de otros años, tal y como tenía previsto la organización, por las complicadas fechas en las que se celebraba el evento, y es que coincidió con plena época de comuniones que afectan precisamente a los niños de las edades que participan en dicho evento.
El Cross Promesicas generalmente suele celebrarse a finales de abril, sin embargo, en esta edición se ha pospuesto hasta finales de mayo. De la misma manera, y debido al clima ya más cálido, también se cambió el horario, pues en lugar de celebrarse a primera hora de la tarde como en otras ediciones se celebró a partir de las 18:00 horas.
Antes de que el reloj diese en punto, muchos de los participantes comenzaron a acercarse al estadio de Pinilla para calentar y prepararse de la manera adecuada. Además, estos se vieron beneficiados por los reconocimientos previos a la competición en sí, y es que antes de que diera comienzo el Cross Promesicas la organización quiso reconocer el mérito de algunos atletas turolenses por su buena temporada. Con los honores repartidos y los primeros atletas preparados fue el momento del primer pistoletazo de la tarde. Una tarde que estuvo compuesta por un total de doce carreras, seis para niños y otras tantas para niñas con el objetivo de que solo compitiesen entre sí chicos o chicas nacidos en el mismo año. Las categorías que se establecieron fueron benjamín, aguiluchos y promesicas para chicos y chicas nacidos entre los años 2014 y 2019, ambos inclusive, esto es, entre los cuatro y los diez años, entre segundo curso de Infantil y cuarto de Primaria.
Las primeras en probar el césped de Pinilla fueron las más pequeñas, es decir, las niñas nacidas en 2019. En su caso, al ser las más pequeñas, únicamente dieron una vuelta al circuito que la organización tenía preparado, en total 350 metros. Lo mismo ocurrió con los niños de la misma edad y los niños y las niñas de 2018. Después de las y los más pequeños fue llegando el turno de los más mayores, ya que las pruebas estaban organizadas en orden de edad de los más pequeños a los más mayores.
Así pues, posteriormente llegó el turno de la categoría intermedia, los aguiluchos. Se incrementó el nivel y con ello la dificultad, pues estos tuvieron que dar dos vueltas al circuito, es decir tuvieron que recorrer 600 metros para ver la línea de meta. Estos fueron los niñas y las niñas de 2017 y 2016.
Mientras todo esto sucedía, el coordinador deportivo del Club de Atletismo La Salle, Carlos Casas, con micrófono en mano, era quien se encargaba de amenizar la velada y de indicar al público allí presente lo que iba sucediendo sobre el césped de Pinilla. Además, de la mano de Caja Rural, se iban otorgando varios obsequios a todos los participantes.
Por último, fue el turno de los benjamines, es decir, los niños y las niñas de 2015 y 2014. En su caso tuvieron que dar tres vueltas al circuito, esto es, 850 metros. Ellos y ellas pusieron final a una tarde de carreras en las que reinó la deportividad y la alegría.
Con las carreras finalizadas la atención se centró en en el escenario instalado a un lado del campo, ya que allí tuvo lugar la entrega de premios. Los niños fueron subiendo poco a poco para recibir sus merecidas condecoraciones.
Con ello se dio por finalizada una nueva edición del Promesicas que, aunque contó con menos participación que otros años, ya es una tradición perenne en la localidad de Teruel.
El Cross Promesicas generalmente suele celebrarse a finales de abril, sin embargo, en esta edición se ha pospuesto hasta finales de mayo. De la misma manera, y debido al clima ya más cálido, también se cambió el horario, pues en lugar de celebrarse a primera hora de la tarde como en otras ediciones se celebró a partir de las 18:00 horas.
Antes de que el reloj diese en punto, muchos de los participantes comenzaron a acercarse al estadio de Pinilla para calentar y prepararse de la manera adecuada. Además, estos se vieron beneficiados por los reconocimientos previos a la competición en sí, y es que antes de que diera comienzo el Cross Promesicas la organización quiso reconocer el mérito de algunos atletas turolenses por su buena temporada. Con los honores repartidos y los primeros atletas preparados fue el momento del primer pistoletazo de la tarde. Una tarde que estuvo compuesta por un total de doce carreras, seis para niños y otras tantas para niñas con el objetivo de que solo compitiesen entre sí chicos o chicas nacidos en el mismo año. Las categorías que se establecieron fueron benjamín, aguiluchos y promesicas para chicos y chicas nacidos entre los años 2014 y 2019, ambos inclusive, esto es, entre los cuatro y los diez años, entre segundo curso de Infantil y cuarto de Primaria.
Las primeras en probar el césped de Pinilla fueron las más pequeñas, es decir, las niñas nacidas en 2019. En su caso, al ser las más pequeñas, únicamente dieron una vuelta al circuito que la organización tenía preparado, en total 350 metros. Lo mismo ocurrió con los niños de la misma edad y los niños y las niñas de 2018. Después de las y los más pequeños fue llegando el turno de los más mayores, ya que las pruebas estaban organizadas en orden de edad de los más pequeños a los más mayores.
Así pues, posteriormente llegó el turno de la categoría intermedia, los aguiluchos. Se incrementó el nivel y con ello la dificultad, pues estos tuvieron que dar dos vueltas al circuito, es decir tuvieron que recorrer 600 metros para ver la línea de meta. Estos fueron los niñas y las niñas de 2017 y 2016.
Mientras todo esto sucedía, el coordinador deportivo del Club de Atletismo La Salle, Carlos Casas, con micrófono en mano, era quien se encargaba de amenizar la velada y de indicar al público allí presente lo que iba sucediendo sobre el césped de Pinilla. Además, de la mano de Caja Rural, se iban otorgando varios obsequios a todos los participantes.
Por último, fue el turno de los benjamines, es decir, los niños y las niñas de 2015 y 2014. En su caso tuvieron que dar tres vueltas al circuito, esto es, 850 metros. Ellos y ellas pusieron final a una tarde de carreras en las que reinó la deportividad y la alegría.
Con las carreras finalizadas la atención se centró en en el escenario instalado a un lado del campo, ya que allí tuvo lugar la entrega de premios. Los niños fueron subiendo poco a poco para recibir sus merecidas condecoraciones.
Con ello se dio por finalizada una nueva edición del Promesicas que, aunque contó con menos participación que otros años, ya es una tradición perenne en la localidad de Teruel.
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