Éxito absoluto en la 26ª edición del Cross Promesicas

No hay mejor plan para un día festivo como el 1 de mayo, día del trabajador, que el Cross Promesicas. La vigesimosexta edición del Cross Promesicas se celebró en la tarde de ayer con alrededor de 750 participantes, casi 150 más que el año anterior, motivo por el cual, el campo de Pinilla, que servía otro año más de escenario para tal evento, lució un ambiente de gala para acompañar a los pequeños y pequeñas de los distintos colegios de la provincia en las ya tradicionales jornadas deportivas en las que ellos y ellas serían los y las protagonistas.

Alrededor de las 16:00 horas de la tarde daba comienzo el evento, por lo que muchos comenzaron a acercarse al estadio unos minutos antes de que el reloj diese en punto para empezar a llenar de color el estadio de Pinilla. Con todo preparado por parte del Club La Salle Caja Rural de Teruel y con los más rezagados dispuestos, dio comienzo el cross. Las primeras en tomar partida y probar el césped de Pinilla fueron las niñas de 2018, en su caso, al tratarse de las más pequeñas, únicamente dieron una vuelta al circuito que la organización tenía preparado. Lo mismo ocurrió con  los niños de 2018 y las niñas y los niños de 2017. De esta manera, los más pequeños fueron los que inauguraron el Cross Promesicas. Este sería el guion establecido, ya que las carreras irían de las categorías de los más pequeños a los más grandes. 

Posteriormente, le llegó el turno a los niños y niñas nacidos en 2016. En su caso, la cosa se ponía algo más difícil, ya que tendrían que completar dos vueltas al circuito. Lo mismo que los niños y niñas de 2015, que también veían incrementada la dificultad en sus respectivas carreras. 

Mientras todo esto sucedía, un miembro de la organización, con micrófono en mano, era quien se encargaba de amenizar la velada y de indicar al público allí presente lo que iba sucediendo sobre el césped de Pinilla. 
Además, de la mano de Caja Rural, se iban otorgando varios obsequios a algunos de los participantes. Previamente, se había hecho un sorteo de manera que, el obsequio se le daba al participante que llegaba en la posición que había salido en el sorteo. 

Por último, tomaron partida los más mayores. Los nacidos y las nacidas en 2014 y 2013 pusieron el punto y final a las doce carreras programadas, con una distancia todavía mayor, ya que, en su caso, tenían que dar tres vueltas al circuito. 

Durante todas las carreras reinó la alegría, la ilusión y, por encima de todo, la deportividad. Todos los niños mostraron un comportamiento ejemplar con sus compañeros y compitieron de la forma más honesta para regocijo del público que no paró de animar ni de alentar. 

Con las carreras terminadas, alrededor de las 18:15 horas llegó el momento de la entrega de premios. En ese instante, la atención se centró en el escenario instalado a un lado del campo, donde los niños fueron subiendo poco a poco para recibir sus condecoraciones, que fueron entregadas por la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, y la concejala de Deportes Nuria Tregón. Los tres primeros recibieron un trofeo y del cuarto al décimo recibieron una medalla. No obstante, los demás participantes también fueron reconocidos por su esfuerzo, ya que la organización repartió a cada uno de los corredores una bolsa con una botella de agua, una manzana y un diploma que decía: “¡Enhorabuena! Has llegado a meta y lo has conseguido con tu esfuerzo. Eso es lo más importante en el deporte y en la vida. Sigue siempre practicando deporte. Te ayudará a ser mejor”.

Esta entrega de premios fue el colofón a la vigesimosexta edición del Cross Promesicas que, como cada año, volvió a rescatar el espíritu del atletismo y en la que volvieron a brillar los más pequeños.

Al término del evento, uno de los principales responsables de la organización de este cross, Carlos Casas, valoró positivamente las jornadas: Ha sido un éxito, ha habido más gente que el año pasado, nos ha acompañado el tiempo estupendamente y ha habido muy buen ambiente”, comentó para después continuar destacando el motivo principal por el que año tras año se celebran estas jornadas: “De lo que se trata es de que los chicos corran y se lo pasen bien. A mi lo que más me ha gustado es que he visto a un montón de niños y niñas corriendo mientras se reían, por lo que se lo estaban pasando bien, que es lo que buscamos”. 

Por último, Carlos Casas también quiso acordarse de todos y cada uno de los miembros que hacen posible que esto salga adelante: “Hay una maquinaria para que esto funcione. Primero los colegios, porque reparten los dorsales y nos quitan una tarea tremenda, y luego más de cincuenta colaboradores del Club La Salle Caja Rural de Teruel, que esta mañana en dos horas han sido capaces de hacer todo y preparar todas las bolsas. Todo va con una gran ilusión por parte de los colaboradores”, indicó.