La tercera victoria seguida del Cella le coloca camino de la zona tranquila en Preferente

La primera misión se consiguió la pasada semana, en Herrera de Los Navarros. Allí el Cella sacó el máximo botín, tres puntos que le colocaban por vez primera en la temporada fuera de las posiciones de descenso a Primera Regional. La segunda meta se alcanzaba este mismo domingo, esta vez en casa, en El Carro. Cambio de horario para el partido, algo más tarde que de costumbre. Mismo hábito, eso sí, respecto a la racha triunfal que llevan los celestes en las últimas jornadas.

Porque el Cella ganó de nuevo a otro rival directo, esta vez el Montecarlo. Los zaragozanos no abandonan su racha negativa, y tampoco pudieron interrumpirla en feudo cellano. Trataron de navegar y subsistir en un partido cerrado y tenso, de máximo respeto y prudencia, que sólo se abrió en los minutos finales, ya cuando las fuerzas flaquean. Y que salió del lado local gracias a un gol de Miguel Ángel Sánchez a falta de un cuarto de hora del final; explosión de júbilo en el campo celeste.

Que se confirmaría con el pitido final; el Cella abrocha tres puntos fundamentales para sellar el tercer triunfo seguido del equipo, doce puntos cosechados de los últimos quince en juego para sumar un total de 25 cuando falta la fase decisiva de esta Regional Preferente. El Cella remó, sale del pozo, y ahora mismo duerme cuatro puntos por encima de los 21 que suman Escalerillas y Cariñena Atlético, los primeros que bajarían. Undécimos, los celestes están incluso por encima de Montecarlo, Morés y Herrera; son ahora los campeones de la lucha por la salvación.

Por su parte, el triunfo obtenido por el Atlético Teruel es, sobre todo, un trabajo coral, de grupo, que contó eso sí con la inspiración de uno de los jefes de la plantilla. Víctor Pérez anotó el domingo los cuatro goles con los que el equipo rojiblanco solventaba la visita complicada, señalada, del San José al Antiguo Federativo. Los zaragozanos son equipo de zona noble, y no bajaron nunca los brazos.

Lo que pasa es que encontraron la versión eficaz y a veces alegre de un equipo turolense que fía su futuro y su destino al abrigo de su afición. Víctor inauguró rápido su cuenta, como le gusta al Atlético, si bien Cea empató también a la velocidad del rayo. El toma y daca de la primera parte acabó con el segundo del ariete local. Y el 3-1 a la hora de partido terminó por encarrilar una goleada que maquilló Diloy casi en el noventa para dejar al Atlético octavo, treinta puntos, nueve por encima del descenso y a tres de la sexta plaza del propio San José.