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La importancia de los años valle La importancia de los años valle
Las vitrinas del equipo naranja aguardan nuevos títulos en una competición ahora más abierta e igualada. J. L. Torán

La importancia de los años valle

José Luis Torán recuerda los periodos de sufrimiento como claves para el gen naranja campeón

“Si no hubiésemos logrado la permanencia en la 2006-2007, quedamos décimos en liga en el último partido, probablemente nada de lo que pasó después hubiera sucedido”. Con su premio de Honor de la Federación Aragonesa de Voleibol, concedido en la reciente Gala en Zaragoza, José Luis Torán recuerda con claridad, con la lucidez que da el paso del tiempo, algunas de las claves fundamentales de sus cuarenta años de éxito creciente y acelerado al frente del vóley de su ciudad. “Los éxitos y los fracasos se olvidan, pero siempre quedan las personas”, dijo en su discurso. “Esto tengo que resaltarlo, yo puse la cara, pero detrás hubo mucha gente que remó. No me imagino esto sin todos los que me acompañaron”.

En la calidad del material humano que edificó el CV Teruel de las grandes gestas se sostiene un edificio que, además, se fortaleció con la superación de las pruebas y las adversidades; más aún, sin ellas, los títulos no habrían llegado. Lo sabe Torán, recordando esa permanencia apurada hace camino de veinte años. O algunas temporadas antes, en los años noventa, “cuando renunciamos al primer ascenso que la Federación nos ofreció”. Se vieron entonces abrumados por el reto. “Nos lo volvieron a ofrecer, y dijimos que no cometeríamos ese error otra vez”. Son los periodos de sufrimiento, y las temporadas valle, las que encofran los éxitos de los periodos de bonanza.
 

 El CAI Teruel que logró la permanencia in extremis en Superliga en 2007

Por ello el llamado padre del voleibol turolense, que es lo mismo que decir aragonés, tiene muy poca preocupación al respecto de la actual época del club, ahora Pamesa Teruel, en la que los campeonatos son más caros de conseguir. “El voleibol ha cambiado muchísimo, ha evolucionado, los jugadores son auténticos atletas, portentos físicos”, tipos de dos metros con la coordinación de gimnastas que contrastan con el voleibol de hace décadas, más artesanal. “Y ahora la competición en España es más abierta”, resume Torán. Los clásicos como Soria, Almería y Teruel se las tienen que ver con proyectos con poderío, empezando por Guaguas, siguiendo por Valencia y Manacor. Lideran hoy día.

Trabajo, suerte, colectivo

Por eso, en esta fase de la Superliga, en esta reestructuración en la que nuevos nombres con altos presupuestos relegan de momento al club naranja a la clase media de la competición, es el momento de que ciudad, club, instituciones y afición estén más coordinados y conjuntados que nunca, “seguir trabajando como se está haciendo, confiar en Pamesa y tener la máquina afinada para cuando llegue el momento del golpe de suerte”, la musa, ese patrocinio extra, esa chispa que vuelva a colocar a la ciudad en el camino de la gloria. Resistir, persistir e insistir, las cuatro décadas de Torán como referente.
 

Eso sí, en este sentido conviene que el club siga siendo patrimonio colectivo. “No sé si soy el padre del vóley de Teruel”, dice José Luis. “Lo que sí sé es que nuestro hijo es de todos; a partir de la primera Superliga ese sentimiento pasó a ser de toda la ciudad”. Es el alma del gen naranja, que trasciende plantillas, entrenadores y directivos. Es la que permite que el equipo acumule cuatro partidos seguidos ganando para ser, otra vez, el campeón, aunque sea de la clase media. “Estamos en una etapa de transición, tenemos que seguir preparados para cuando vuelva a llegar nuestra oportunidad”. Palabra de padre.

En el origen

En la memoria guarda Torán las tardes de juego en Las Viñas “con un grupo de internos que eran los que jugaban al voleibol”, en los recreos, por las tardes. Eran chicos de Teruel y de otros muchos municipios de la provincia. “Los recuerdo de El Poyo, de Pancrudo”, el CV Teruel como idea provincial.

Por eso el Premio de Honor de la Aragonesa insiste en la necesidad de que se cuide la base, la inversión en deporte formativo, con instalaciones, infraestructuras y también formadores para que sigan saliendo talentos futuros.

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