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La afición turolense se vuelca para acompañar a sus equipos en toda la provincia La afición turolense se vuelca para acompañar a sus equipos en toda la provincia
Aguanieve en Alcañiz este fin de semana en Preferente ante el Magallón; aún así, 600 espectadores. Sara Moreno

La afición turolense se vuelca para acompañar a sus equipos en toda la provincia

El derbi minero y el campo del Alcañiz, ejemplos de fieles hinchadas más allá de la élite

Este domingo, al terminar el derbi de Tercera División entre el Utrillas y el Andorra, en el campo de La Vega se escuchó el Santa Bárbara. A coro, las aficiones de ambos conjuntos entonaron el himno minero después de un empate peleado e intenso, útil para los dos equipos. Es síntoma de vida que late en el campo y en las gradas, y que germina cada vez más fuerte en el deporte turolense, al que los focos de la élite no alumbran pero que brilla con la luz propia de hinchas y atletas.

Cada vez más refulgente, además. Los principales coliseos de la ciudad de Teruel, campo Pinilla y Los Planos, suman 1.500 espectadores cada fin de semana que juegan sus principales equipos, el CD Teruel en Segunda Federación y el Pamesa Teruel en Superliga de voleibol. Pero se viene registrando un crecimiento acelerado e ininterrumpido de asistencia a los principales eventos deportivos en el resto de las grandes cabeceras de la provincia, en algunos casos mucho más allá de lo que determinaría el nivel teórico de las competiciones que acogen.

En efecto, se sabe ya que el regreso del Andorra a la Tercera del fútbol aragonés mueve cada día a no menos de medio millar de aficionados en cada partido del Juan Antonio Endeiza, con picos cercanos a los 800 hinchas. Las asistencias son algo menores en los casos del Calamocha y del Utrillas, pero nunca por debajo de los 200 aficionados que, al fin y al cabo, están entre el cinco y el diez por ciento de sus censos. Es como si a La Romareda acudieran entre 40.000 y 70.000 personas a ver al Real Zaragoza.

Pero incluso una categoría más abajo la fidelidad de las hinchadas está fuera de toda duda. Este domingo caían chuzos de punta, literalmente, en el campo de Santa María, donde el Alcañiz CF recibía al Magallón en jornada en Regional Preferente. Ni la meteorología ni la modestia de ambos contendientes frenó a una afición que cada vez está detrás del equipo en mayor cuantía. Más de 600 espectadores se congregaron en las gradas del feudo bajoaragonés para ver ganar a un equipo invicto en su casa.

El subidón del fútbol sala

El goteo cada vez más incesante y creciente de aficionados al deporte amateur, de base y de formación llega también a categorías inferiores, a las ligas juveniles, a los campeonatos escolares y locales... Y se traslada, en rápido viaje pendular, a deportes accesibles y transversales como el fútbol sala. De gran raigambre y presencia en el Bajo Aragón histórico, la organización cotidiana y cada vez más multitudinaria de maratones y torneos comarcales ha generado una cantera de la que se nutren buen número de equipos, tres de ellos en Tercera División.

Representan a tres municipios, Andorra, Híjar y La Puebla de Híjar, en los que el fútsal es fiesta masiva y horizontal, en la que deportistas y aficionados van de la mano. Tan es así, que el Zafán, por ejemplo, holgado y firme en la categoría, aún debe jugar un partido que tuvo que aplazar hace un par de meses; tal era la asistencia a su pabellón, que la humedad que se formó impedía a los jugadores estar de pie sobre la pista. Fervor de carne y hueso.

Seguidores muy jóvenes

Árbitros, directivos y los propios deportistas atestiguan un fenómeno cada vez más habitual en los terrenos de juego de la provincia: se trata de la presencia de seguidores cada vez más jóvenes que asisten a los partidos por ejemplo del Atlético Teruel en Preferente, a los encuentros de Liga Nacional Juvenil del CD Teruel, también a los torneos amateurs intermunicipales de fútbol sala, y por descontado a las jornadas de atletismo y ciclismo de toda la provincia. Frente a la globalidad de los focos más brillantes del deporte de élite, la cercanía y la humildad del deporte base, accesible para todos.
 

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