Nacho Castillo pelea un balón ante la insistencia de un rival del Rayo Majadahonda. CD Teruel
El triunfo se le resiste a un CD Teruel dominador, pero carente de acierto (0-0)
Los rojillos desaprovechan varias ocasiones manifiestas a pesar de completar una notable mejoría ante el Rayo Majadahonda
La buena imagen, el dominio y las ocasiones manifiestas de las que dispuso el CD Teruel no fueron suficiente para hacerse con el primer triunfo de la temporada este sábado ante el Rayo Majadahonda. Los de Víctor Bravo fueron capaces de ganarle la batalla táctica a su rival durante buena parte del encuentro, pero el gol se les volvió a resistir y tuvieron que conformarse con un empate que, por momentos, incluso llegó a peligrar.
Solo dos minutos tuvieron que pasar para que Taliby tuviese que intervenir. El guardameta almeriense se estiró para evitar el primer tanto local, a la salida de un saque de esquina. El balón parado volvía a generar ciertos problemas a la escuadra de Víctor Bravo, que no se dejaba intimidar y trataba de responder con los mismos argumentos, con un par de faltas próximas al círculo central que no terminaron en gol por unos pocos centímetros. Ambos equipos parecían conscientes de la importancia que podía tener el encuentro y trataban de tantearse durante los compases iniciales. En esa muestra de intenciones, el CD Teruel quería mostrar valentía a través de una asfixiante presión que apenas dejaba respirar a los majariegos. Su propuesta obligaba al cuadro local a bombear balones para salir de atrás, lo que significaba que el plan de Víctor Bravo estaba saliendo a la perfección, cuando se llegaba al minuto quince de contienda con el empate a cero inicial, pero con el cuadro rojillo mostrando una imagen mucho más sólida que su rival. De hecho, los aragoneses contaron con un par de acercamientos peligrosos que bien pudieron suponer el primer tanto de la velada, de no ser porque el balón se marchó algunos metros por encima de la portería salvaguardada por Dani Martín.
El ataque turolense generaba mucho más peligro que el majariego, aunque fue el conjunto local el que pudo estrenar el marcador justo antes de alcanzar la media hora de partido. Era el CD Teruel el que podía causarle problemas al Rayo Majadahonda a través de un saque de esquina. Sin embargo, fueron los chicos de Carlos Cura los que aprovecharon para despejar el envío al área y salir al contragolpe. Markus Anderson hizo servir su velocidad para plantarse en el área de Taliby, con su compañero Rubén Enri completamente solo al otro lado del área. El gol estaba cantado, pero entonces apareció un Jorge Alastuey providencial en defensa para cortar el ataque y salvar a los suyos de un gol que hubiera resultado injusto después de lo visto sobre el verde de Cerro del Espino en el primer tercio del choque.
Sin embargo, en el último cuarto de hora de la primera mitad, el bloque turolense permitió a su rival tomar algo de protagonismo. Los madrileños probaron con un par de disparos lejanos a Taliby, pero el cancerbero rojillo respondió sin demasiados problemas. Rubén Torres se convirtió en una pesadilla para Julen, que pudo sostener con dificultad al talentoso jugador local, aunque apenas pudo apoyar en ataque a un Borja Martínez demasiado aislado en el costado derecho.
De hecho, la gran mayoría de ataques del cuadro de Víctor Bravo llegó por el costado opuesto, donde Alastuey y Ahn variaban su posición para hacerle la vida imposible a los defensores majariegos. Esa dupla fue la mejor de un primer tiempo que concluyó del mismo modo que había comenzado, con un centro lateral que obligó a trabajar a Taliby para mantener las tablas en el electrónico.
Sin embargo, la ambición rojilla se había disparado tras el interludio. Un buen envío a la espalda de la defensa era recogido por Ahn en zona de peligro. El surcoreano lograba zafarse de su par con una potente cabalgada y su disparo con el exterior se marchaba desviado tras tocar en un defensor del Rayo Majadahonda. Eran, sin ningún tipo de duda, los mejores minutos para los de Víctor Bravo.
Y entonces, el fútbol volvió a demostrar que no es un deporte de justicia. El Rayo Majadahonda ganó metros y se plantó en el área rojilla con un envío lateral que la defensa no logró despejar. El balón le cayó a Rubén Enri y el tiempo se detuvo en el Cerro del Espino. El delantero se tiró al suelo para conectar un remate que superó a Taliby, pero que se encontró con el larguero. La fortuna se alió con los turolenses, que, en un visto y no visto, pasaron de ser dominadores del encuentro a estar completamente sometidos por las ofensivas madrileñas. El panorama cambió por completo en cuestión de diez minutos, con treinta por delante para que alguno de los dos contendientes deshiciese la igualada. Los locales habían logrado anular por completo el buen arranque de los visitantes y ahora manejaban el balón a su antojo, con un CD Teruel más recogido que se estaba salvando de encajar el primero por muy poco.
Aparicio probó fortuna desde la frontal, pero su disparo tomó demasiada altura y el marcador no se movió. En la siguiente que le cayó, el zaragozano tuvo en sus botas la primera victoria del curso. El 10 del bloque rojillo se quedó solo frente a Dani Martín y trató de ajustar su disparo al palo largo. El esférico se marchó desviado y Aparicio, cabizbajo. Ahí estuvieron los tres puntos.
Los turolenses llegaban mejor al minuto noventa y el cuarto árbitro mostraba en el cartelón los cinco minutos de tiempo añadido. No obstante, las últimas aproximaciones fueron para el bando local, que todavía obligó a trabajar a Taliby antes de que el colegiado señalase el camino hacia los vestuarios y los turolenses sumasen su tercer empate en lo que va de temporada.
Los turolenses saltaban al césped del Cerro del Espino con camiseta roja y pantalón blanco. Con esa indumentaria, el cuadro de Pinilla pretendía sumar los primeros tres puntos de la temporada. Víctor Bravo volvía a sorprender en cierto modo con su once inicial. En esta ocasión, Ahn y Alastuey fueron rotando en la demarcación de segundo delantero, mientras que Borja Romero acompañó a Fran Castillo en el centro de la cancha. Sin embargo, el inicio de partido fue movido para el equipo rojillo.#RayoMajadahondaTeruel | ðÂÂÂÂÂÂðÂÂÂÂÂÂð¡ðÂÂÂÂÂÂðÂÂÂÂÂÂ
— Primera Federación (@Primera_RFEF) September 30, 2023
¡Empate sin goles en el Cerro del Espino!#PrimeraFederación pic.twitter.com/R1EWpQcqor
Solo dos minutos tuvieron que pasar para que Taliby tuviese que intervenir. El guardameta almeriense se estiró para evitar el primer tanto local, a la salida de un saque de esquina. El balón parado volvía a generar ciertos problemas a la escuadra de Víctor Bravo, que no se dejaba intimidar y trataba de responder con los mismos argumentos, con un par de faltas próximas al círculo central que no terminaron en gol por unos pocos centímetros. Ambos equipos parecían conscientes de la importancia que podía tener el encuentro y trataban de tantearse durante los compases iniciales. En esa muestra de intenciones, el CD Teruel quería mostrar valentía a través de una asfixiante presión que apenas dejaba respirar a los majariegos. Su propuesta obligaba al cuadro local a bombear balones para salir de atrás, lo que significaba que el plan de Víctor Bravo estaba saliendo a la perfección, cuando se llegaba al minuto quince de contienda con el empate a cero inicial, pero con el cuadro rojillo mostrando una imagen mucho más sólida que su rival. De hecho, los aragoneses contaron con un par de acercamientos peligrosos que bien pudieron suponer el primer tanto de la velada, de no ser porque el balón se marchó algunos metros por encima de la portería salvaguardada por Dani Martín.
El ataque turolense generaba mucho más peligro que el majariego, aunque fue el conjunto local el que pudo estrenar el marcador justo antes de alcanzar la media hora de partido. Era el CD Teruel el que podía causarle problemas al Rayo Majadahonda a través de un saque de esquina. Sin embargo, fueron los chicos de Carlos Cura los que aprovecharon para despejar el envío al área y salir al contragolpe. Markus Anderson hizo servir su velocidad para plantarse en el área de Taliby, con su compañero Rubén Enri completamente solo al otro lado del área. El gol estaba cantado, pero entonces apareció un Jorge Alastuey providencial en defensa para cortar el ataque y salvar a los suyos de un gol que hubiera resultado injusto después de lo visto sobre el verde de Cerro del Espino en el primer tercio del choque.
Sin embargo, en el último cuarto de hora de la primera mitad, el bloque turolense permitió a su rival tomar algo de protagonismo. Los madrileños probaron con un par de disparos lejanos a Taliby, pero el cancerbero rojillo respondió sin demasiados problemas. Rubén Torres se convirtió en una pesadilla para Julen, que pudo sostener con dificultad al talentoso jugador local, aunque apenas pudo apoyar en ataque a un Borja Martínez demasiado aislado en el costado derecho.
De hecho, la gran mayoría de ataques del cuadro de Víctor Bravo llegó por el costado opuesto, donde Alastuey y Ahn variaban su posición para hacerle la vida imposible a los defensores majariegos. Esa dupla fue la mejor de un primer tiempo que concluyó del mismo modo que había comenzado, con un centro lateral que obligó a trabajar a Taliby para mantener las tablas en el electrónico.
Tras el paso por vestuarios
El descanso sirvió para reajustar el plan de juego y dar entrada a Rubén Correia para suplir a un Julen que había sufrido más de la cuenta durante la primera mitad. Con esa variación en el once, el CD Teruel volvió salir a presionar alto a su rival para dejar en el olvido el bajón de intensidad del último cuarto de hora. Y a punto estuvo de encontrar premio a los cinco minutos de juego. En una acción a balón parado de pizarra, Jorge Alastuey encontró a Borja Martínez en el interior del área, pero el extremo no atinó a conectar de lleno con el balón y el portero local arruinó la gran acción turolense.Sin embargo, la ambición rojilla se había disparado tras el interludio. Un buen envío a la espalda de la defensa era recogido por Ahn en zona de peligro. El surcoreano lograba zafarse de su par con una potente cabalgada y su disparo con el exterior se marchaba desviado tras tocar en un defensor del Rayo Majadahonda. Eran, sin ningún tipo de duda, los mejores minutos para los de Víctor Bravo.
Y entonces, el fútbol volvió a demostrar que no es un deporte de justicia. El Rayo Majadahonda ganó metros y se plantó en el área rojilla con un envío lateral que la defensa no logró despejar. El balón le cayó a Rubén Enri y el tiempo se detuvo en el Cerro del Espino. El delantero se tiró al suelo para conectar un remate que superó a Taliby, pero que se encontró con el larguero. La fortuna se alió con los turolenses, que, en un visto y no visto, pasaron de ser dominadores del encuentro a estar completamente sometidos por las ofensivas madrileñas. El panorama cambió por completo en cuestión de diez minutos, con treinta por delante para que alguno de los dos contendientes deshiciese la igualada. Los locales habían logrado anular por completo el buen arranque de los visitantes y ahora manejaban el balón a su antojo, con un CD Teruel más recogido que se estaba salvando de encajar el primero por muy poco.
Mejoría para la recta final
La situación era preocupante por momentos, así que Víctor Bravo trató de reenganchar a los suyos al partido con una triple sustitución en el minuto 72. El técnico zaragozano dio entrada a Aparicio, Víctor Sanchís y Facu García para retirar a Borja Romero, Borja Martínez y Ahn. Viendo que su ataque había dejado de provocar peligro a sus rivales, el jefe del banquillo turolense optó por fortalecerse en defensa. Sanchís pasó a jugar como tercer central y el CD Teruel mejoró con diez minutos por delante.Aparicio probó fortuna desde la frontal, pero su disparo tomó demasiada altura y el marcador no se movió. En la siguiente que le cayó, el zaragozano tuvo en sus botas la primera victoria del curso. El 10 del bloque rojillo se quedó solo frente a Dani Martín y trató de ajustar su disparo al palo largo. El esférico se marchó desviado y Aparicio, cabizbajo. Ahí estuvieron los tres puntos.
Los turolenses llegaban mejor al minuto noventa y el cuarto árbitro mostraba en el cartelón los cinco minutos de tiempo añadido. No obstante, las últimas aproximaciones fueron para el bando local, que todavía obligó a trabajar a Taliby antes de que el colegiado señalase el camino hacia los vestuarios y los turolenses sumasen su tercer empate en lo que va de temporada.
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