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El Pamesa Teruel se lleva el clásico para sumar los tres primeros puntos (3-0) El Pamesa Teruel se lleva el clásico para sumar los tres primeros puntos (3-0)
Los jugadores del Pamesa Teruel celebran uno de los puntos conseguidos. Bykofoto/Antonio García

El Pamesa Teruel se lleva el clásico para sumar los tres primeros puntos (3-0)

La entidad naranja demuestra un dominio inapelable sobre la pista del pabellón de Los Planos
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El Pamesa Teruel Voleibol logró llevarse el clásico del voleibol español ante el Unicaja con un muy buen partido de los jugadores naranjas. Los hombres de Fabián Muraco estuvieron correctos en todas las facetas del juego para castigar a un Unicaja mermado por las lesiones, que solo pudo competir en algún instante del segundo set. El regreso de Turolín, la mascota de la entidad naranja, trajo consigo un buen destino para el equipo que consiguió arrancar la temporada con buen pie y sumar los tres primeros puntos. 

El inicio de la tarde en Los Planos estuvo marcado por el regreso de Turolín, la mascota del Pamesa Teruel. Durante años su labor ha sido importante para mantener alta la moral del equipo y este año volverá a serlo. Así, Turolín fue recibido entre aplausos por el público antes de que diese comienzo el partido. 

Pablo Urchevich fue el encargado de hacer volar la primera bola de la temporada para el Pamesa Teruel. Una bola que Petar reventó acto seguido contra el suelo de Los Planos concediendo el primer punto naranja. Este se encargó también de darle el segundo punto con un bloqueo bien dirigido al que no llegó ningún defensa almeriense. 

Omar Hoyos quiso colocar el tercero de ventaja para los de Muraco pero se atracó de balón y envió su remate fuera. Con ello los verdes se vinieron arriba para lograr otro punto más y conseguir la igualada, aunque Rubén López devolvió la ventaja con otro remate desde el centro de la red. 

Desde el saque Omar castigó dos veces seguidas para confirmar el arranque fulminante de los de Fabián Muraco. Así, en estos primeros instantes de juego los locales se hicieron con una ventaja de tres puntos en el marcador para dejar claro cuáles eran sus intenciones desde el primer momento (6-3).

Este arranque del Pamesa Teruel pilló totalmente desprevenidos a los almerienses, que veían como sus intentos por igualar la contienda quedaban en agua de borrajas. Tanto es así que, con David López sacando el martillo por el centro, el Pamesa Teruel consiguió aumentar todavía más esa ventaja hasta colocar el 10-5 en el luminoso. Un contexto que obligó al técnico de la nave verde a pedir un tiempo muerto urgente con la intención de frenar la avalancha naranja. 

Lejos de conseguirlo, la situación empeoró para los visitantes mientras el público naranja no salia de su asombro, pues este Pamesa Teruel estaba siendo completamente diferente al que se vio en el partido de presentación ante Grupo Herce Soria y que sirvió para que la afición y la plantilla se conocieran. En aquel choque el equipo de Muraco sufrió muchos desajustes y estuvo algo desorganizado en las acciones defensivas, lo que les perjudicó desde el principio, sin embargo, en esta ocasión todos los engranajes funcionaban a la perfección. El bloqueo se elevaba a tiempo para frenar las acometidas rivales, Scarpa levantaba todos los balones y los hombres de ataque estaban finos en el remate. Además, los pocos errores desde el saque les permitían no conceder puntos gratis. Una amalgama de factores que propiciaron que el equipo se marchase a una distancia casi insalvable para el Unicaja, que parecía dejarlo todo para el segundo asalto (20-13). 

En ese instante apretaron los hombres de Pablo Ruiz, que introdujo el primer cambio del partido. No obstante, no pudieron frenar a los guerreros naranjas que una vez habían probado la sangre no había quién pudiera detenerlos. Se acercaron los verdes en el luminoso, pero los de Muraco, ahora con Vildósola sobre la pista, se apresuraron a cerrar el set para evitar sorpresas (25-19). Así, como si de una apisonadora se tratase, los locales no tuvieron piedad para demostrar quién mandaba sobre la pista en esta primera manga. 

En el segundo set los visitantes salieron más enrabietados con la intención de hacerle pagar a los naranjas la humillación que habían vivido durante el primer asalto. Así, aplicaron un juego inteligente para hacerse con los tres primeros puntos del parcial (0-3). No obstante, apareció el jugador número siete para imprimir mayor presión sobre la pista y ayudar a los suyos, y es que el público apretó para desencadenar los errores de los rivales y motivar a los naranjas, que aprovecharon esta situación para devolver la igualada en el luminoso (6-6).

Con todo igualado los puntos se volvieron largos, el intercambio entre los dos equipos era constante y la emoción era la propia de un clásico del voleibol. Esta situación en muchas ocasiones había sido el talón de aquiles del equipo naranja, ya que en los puntos largos solía deshacerse rápido, sin embargo, esta vez era todo lo contrario. Con el público de su lado, los hombres de Fabián Muraco supieron lidiar con la presión para mantener la calma y gestar las jugadas con criterio. Así, consiguieron darle la vuelta al marcador y colocarse por delante en el tanteo por primera vez en este segundo parcial, que estaba más igualado y más emocionante que nunca con un público entregado (17-16).

 Todos los hombres del Pamesa Teruel estaban rindiendo a la perfección, pero había dos que destacaban por su gran labor ofensiva: Omar Hoyos y Petar Hristoskov, pues estos eran los que estaban sosteniendo al equipo con sus golpes en la recta final del parcial. 

Con todo y con eso, el set se encaminaba a su fin con un 21-21 en el luminoso y la incertidumbre de lo que podía ocurrir, pues en ese instante los dos equipos estaban a un nivel muy alto de voleibol. Ante esta tensión los de Muraco supieron manejarse mucho mejor, pues se mostraron más enteros mientras que los visitantes cometieron varios errores seguidos para conceder la ventaja a los locales. Así, con un gran bloqueo por parte de Omar Hoyos, los locales pintaron también el segundo set de naranja (25-21). Este costó más ante el paso que dio el Unicaja, pero lo cierto era que, con el 2-0 y las sensaciones sobre la pista, los turboletas estaban más cerca del triunfo. 

Si los almerienses querían tener alguna opción de sacar algo positivo del partido ante el Pamesa estaban obligados a llevarse el tercer parcial, y con esa idea salieron. Así, se adjudicaron los tres primeros puntos, pero, tal y como había ocurrido en el segundo parcial, los naranjas reaccionaron rápidamente para devolver la igualada al marcador. A ello se le sumó un Petar Hristoskov imperial desde el saque para darle ventaja a su equipo. 

La reacción de los turolenses se pasó de rosca y volvieron a encauzar el partido hacia un dominio aplastante tal y como había ocurrido en el primer set, pues consiguieron labrarse una ventaja de tres puntos que mermaba la confianza de los visitantes (12-9). 

Aunque los naranjas se dejaron tres puntos seguidos, en ningún momento perdieron el factor dominante, pues se rehicieron rápidamente para volver a gobernar el set con puño de hierro. De esta manera, los últimos puntos del equipo entraban fácil. Sin embargo, Muraco transmitía serenidad y cordura desde el banquillo para no cometer errores y cerrar el partido lo antes posible, sin dar lugar a sorpresas y oportunidades que pudieran hacer resurgir a su rival. No se equivocó Muraco en su lectura, pues hacia el final Unicaja volvió a apretar los dientes para devolver el empate y prometer un final emocionante. 

El técnico naranja solicitó un tiempo muerto para volver a meter a sus hombres en el partido y lo consiguió. Los siguientes cinco puntos se dividieron en cuatro para el Pamesa y uno para el Unicaja con lo que los turolenses cerraron el set y el partido por un resultado de 3-0. 

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