El futuro a corto, medio y largo plazo del CD Teruel pasa, en buena parte, por el derbi del domingo ante la SD Tarazona. El equipo tiene ante sí una oportunidad trascendental para conseguir el primer triunfo, no descolgarse en la pelea por la permanencia y salvar el pellejo de Víctor Bravo, que este domingo tras la derrota ante la SD Ponferradina recibió una muestra de apoyo de la junta directiva turolense que lo mantendrá en el cargo, como mínimo, hasta el próximo domingo. Sin embargo, una derrota en Tarazona podría ser el detonante definitivo, ya que el bloque rojillo quedaría colista a cuatro puntos de un rival directo como es el conjunto turiasonense.
La dolorosa derrota frente a la Ponferradina en Pinilla fue difícil de digerir. Las caras de los jugadores al salir del terreno de juego hacían indicar que la situación que se estaba viviendo en el vestuario era mucho más que complicada. Las palabras de Tena en la sala de prensa no hacían más que confirmar las sospechas: “Estamos hundidos. Llevamos tres semanas que no levantamos cabeza”. Víctor Bravo insistía en que tenía “fuerzas” y “energía” para conseguir cambiar la dinámica, ante la atenta mirada de un Ramón Navarro que pocos minutos después calmó las aguas y le mandó un chaleco salvavidas al técnico zaragozano en forma de confianza. “Hay que tomar decisiones que se van a tomar cuando hagan falta. Yo, personalmente, hoy antes presentaría mi dimisión que cesaría al cuerpo técnico”. El presidente había hablado, Víctor Bravo respiraba.
Tras el anuncio de continuidad del técnico, la junta directiva se reunió este lunes por la tarde, como cada semana, para tratar sobre la situación que atraviesa el club. En las oficinas de Pinilla, los miembros del organigrama interno turolense decidieron refrendar la misma postura que el presidente había defendido tan solo unas horas antes y darle así un voto de confianza más a Víctor Bravo, a pesar de que existe diversidad de opiniones respecto al rendimiento que está ofreciendo esta temporada la plantilla bajo su dirección.
Salvado, de momento
Ramón Navarro explicó en la improvisada rueda de prensa que ofreció tras el tropiezo de esta semana que existen muchas “formas de perder” un partido y que este CD Teruel está trabajando bien, por lo que no se iban a tomar medidas en caliente “a las primeras de cambio”.
La junta directiva consideró oportuno echar la vista atrás y no solo tener en cuenta el presente antes de juzgar a Víctor Bravo. “A día de hoy lo que queremos transmitir es plena confianza en lo que tenemos, en valorar qué es lo que han conseguido en estos años”, argumentó Navarro.
Sin embargo, la confianza del club también tiene unos límites y el partido de la SD Tarazona puede entenderse como la primera “bola de partido” que deberá salvar el técnico zaragozano si quiere seguir manteniendo el respaldo total de la directiva.
A pesar de que Ramón Navarro omitió poner una fecha concreta para tomar medidas en caso de que la mala dinámica no cambie y ya se negó a hablar de “ultimátum” antes del duelo ante la Ponferradina, el presidente sí que explicó que la destitución de Víctor Bravo podría llegar si se ve “que ya no damos para más” y que el equipo no lo deja todo sobre el terreno de juego.
Además, varios miembros de la junta directiva coincidieron en que es fundamental que la imagen del equipo también mejore y que el bloque turolense pueda sumar puntos ante los equipos de “su liga” para así tratar de salir del pozo lo antes posible.
La categoría se queda grande
Después de once jornadas, el CD Teruel es el único equipo de toda la categoría que todavía no ha conseguido ganar. Un registro que refuerza otro de los mensajes que lanzó ayer Ramón Navarro en las instalaciones de Pinilla al término del duelo ante la Ponfe: “Quizás esto nos va un poco demasiado grande”.
El presidente reconoció que el club tiene algunas carencias y que el crecimiento, a pasos agigantados, que ha vivido la entidad en los últimos años puede haber resultado contraproducente respecto a lo futbolístico.
Cierto es que sobre el terreno de juego, el equipo mostró dos versiones completamente distintas en el último encuentro: una de ellas fue de equipo de Primera RFEF; la otra, de equipo de categoría inferior.
En la primera mitad, los locales combinaron con acierto, llegaron a la portería rival e incluso merecieron marcharse por delante en el marcador. El gol psicológico de la Ponferradina al filo del descanso lo truncó todo y dio paso a un segundo tiempo indigno de un equipo que quiere pelear por la permanencia. La afición, que animó y estuvo al lado del equipo durante buena parte del compromiso, empezó a exigirle algo más a sus jugadores y al cuerpo técnico con el paso de los minutos.
En ese sentido, Víctor Bravo achaca parte de la culpa de que las cosas no estén saliendo de la manera esperada al rendimiento ofensivo que están teniendo algunos de sus jugadores, ya que sigue esperando que aparezca esa pieza diferencial que diga “aquí estoy yo, soy fundamental y me voy a echar el equipo a las espaldas”, según explicó el técnico zaragozano, una vez más, el pasado domingo.
Dudas acerca de un plan B
En caso de que Víctor Bravo no consiga dar un giro de timón, el club tendrá que ver las opciones que tiene encima de la mesa para afrontar las jornadas que queden por delante, con una situación que puede ser todavía más complicada tanto para los jugadores como para la afición si se ve que la salvación queda demasiado lejos.
La directiva turolense todavía no maneja alternativas para sustituir al entrenador zaragozano, ya que la situación económica que atraviesa el club no es demasiado halagüeña como para empezar a trabajar en un refuerzo para el banquillo antes de tomar una decisión firme respecto al futuro de Víctor Bravo.
No obstante, sí que han sido varios los entrenadores que han empezado a interesarse por la situación que atraviesa el club rojillo con la intención de poder presentarse como sucesores al cargo de Víctor Bravo, en caso de que se diera su marcha.
La situación es algo similar respecto a la llegada de nuevos fichajes que refuercen al equipo durante el mercado de invierno. Aunque el rendimiento de varios jugadores de la plantilla hace pensar que puedan producirse movimientos de salida con la llegada del nuevo año.
En ese sentido, Fran Gracia ya trabaja para intentar encontrar la fórmula que mejore la plantilla en un mercado siempre complicado, disponiendo de una capacidad económica reducida y con un proyecto que se tambalea por momentos debido a los malos resultados. Ardua tarea para el director deportivo.
De tal modo, la confianza de la directiva en Víctor Bravo se debe en buena parte al rendimiento que el técnico ha sido capaz de sacarle a sus jugadores en las tres anteriores temporadas al mando del club, pero también en las dudas que genera un futuro incierto.
Así pues, el preparador aragonés no será el único que se juegue mucho más que tres puntos el próximo domingo en Tarazona. La plantilla rojilla y la entidad turolense también tienen una batalla vital por delante. Todo pasa por ganar allí.
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