Emaná disputa un balón con dos rivales del Mallorca B. @RCDMallorcaBase
El CD Teruel suma un triunfo de campeón en Mallorca (0-1)
Un gol de Cabetas a falta de cinco minutos para la conclusión le da al equipo la cuarta victoria consecutiva
El CD Teruel tiene mimbres de campeón. En un partido dominado durante buena parte por el Mallorca B, el equipo turolense logró encontrar la fórmula para ir ganando terreno a su rival y terminó encontrando premio a su insistencia. Un gol de Cabetas tras una falta lateral a cinco minutos de la conclusión daba al equipo de Víctor Bravo su cuarto triunfo consecutivo, un triunfo de campeón.
Para afrontar un duelo más complicado sobre el césped de lo que podía parecer sobre el papel, Víctor Bravo optaba por un once similar al del último encuentro frente al Ibiza Islas Pitiusas. Las ausencias de Carbonell y de Guille Andrés obligaban al técnico rojillo a formar la dupla de ataque con Emaná y Villa. Por las bandas, Aparicio y Kevin Lacruz partían de inicio junto a Fran Tena y Marc Manchón, que volvía a ganarle la partida de la titularidad a Borja Romero en el centro. Los dos de la medular estaban protegidos atrás por Fran Carmona y Cabetas, a los que les tocó correr más de la cuenta para anular las internadas de Diabaté, delantero mallorquinista. Hermelo por la izquierda y Víctor Sanchís por la derecha, con Taliby en meta, terminaban de conformar el equipo titular para tratar de hacerse con los tres puntos en Mallorca.
Empezaba el duelo con la iniciativa del filial bermellón, que quería sorprender por segunda semana consecutiva a uno de los grandes de la categoría tras vencer al Espanyol B la semana pasada. Los turolenses, que vestían de azul, aguardaban sus oportunidades cerrados en su propio campo en unos primeros minutos que servían de toma de contacto.No llegaba con demasiado peligro el Mallorca B, por lo que el bloque de Víctor Bravo decidía empezar a tomar el protagonismo pasado el primer cuarto de hora de encuentro. Un par de llegadas por banda y una lluvia de balones en busca de Emaná ponían en alerta a la defensa local, que sabía que el Teruel podía sacar rédito de la nada.
Sin embargo, la posesión pronto iba a volver a los dominios del conjunto balear, que desde el minuto treinta y hasta el descanso iba a hacer trabajar a la zaga turolense. Un balón en largo en busca de la velocidad de Diabaté hacía salir de su área a Taliby para ahuyentar el peligro. Pero esa no fue la única vez en la que tuvo que trabajar el portero del CD Teruel, ya que los insulares dispusieron de una acción peligrosa a balón parado e intentaron sorprender, en otra ocasión, con un disparo lejano antes del entretiempo.
Los visitantes volvieron a mostrar solidez defensiva para evitar marcharse por detrás en el marcador y buscaron sus opciones desde la esquina. Un córner cerrado que se paseó por el área mallorquinista fue la ocasión más clara para los turolenses antes de pasar por los vestuarios.
Como ya sucedió ante el Alzira y ante el Ibiza Islas Pitiusas, el descanso permitía reajustar el planteamiento en busca de los tres puntos. Nada más salir dejaba claras sus intenciones el equipo aragonés, con una ocasión manifiesta en la que Emaná no lograba definir entre los tres palos. Villa también lo intentaba un minuto después con un disparo con la zurda a pase de su compañero en el ataque, pero el portero rival se adueñaba del esférico sin demasiados problemas. El CD Teruel parecía otro equipo distinto al de la primera mitad en un arranque eléctrico. No obstante, con el paso de los minutos, el conjunto bermellón volvía a hacerse fuerte en su campo e iba ganando metros.
Un acercamiento por banda derecha, que terminó con un disparo tocando en el lateral de la red turolense, metía el miedo en el cuerpo a los de azul, por lo que Víctor Bravo echaba mano del banquillo para buscar soluciones. Julen y Moha ingresaban al verde para aportar frescura al equipo. De hecho, el ex del Numancia protagonizaba, pocos minutos después de su entrada, una de las mejores acciones del bando turolense. Una buena combinación por el costado diestro terminaba sin premio, pero dejaba entrever que el equipo tenía la fórmula para perforar la portería balear en la recta final de partido.
De tal manera, los quince últimos minutos se iban a convertir en un asedio por parte del CD Teruel. En el 74, Borja Romero probaba fortuna desde fuera del área, obligando a volar a Álex Quevedo, portero del Mallorca B. Tras la parada, dos saques de esquina consecutivos ponían de manifiesto que el conjunto de Víctor Bravo quería sumar el cuarto triunfo consecutivo, aunque el gol seguía resistiéndose.
El filial del Mallorca estaba muy bien plantado y era sabedor de que sacar un punto ante el líder siempre es un buen resultado. Así, los bermellones parecían conformarse con el empate a cero, mientras los azulones buscaban desequilibrar la balanza por medio de balones laterales desde la banda derecha que solo encontraban la cabeza de Emaná en posiciones complicadas.
Precisamente desde el costado derecho llegaba la acción que iba a cambiar el desenlace del partido. Moha volvía a demostrar su calidad con un recorte que obligaba a la defensa a detenerlo en forma de falta. Borja Romero, que había entrado en el segundo tiempo, era el encargado de poner el balón al área tras indicarle al resto de sus compañeros la jugada a ejecutar. El balón, colgado al segundo palo, encontraba tras un primer remate de Fran Tena, la cabeza de Cabetas que, con algo de fortuna, volvía a perforar la portería del Mallorca B, al igual que hizo en el partido de ida. El capitán se deslizaba de rodillas para celebrar un tanto que podía suponer mucho más que tres puntos. La insistencia del CD Teruel había encontrado, por fin, premio a falta de cinco minutos para la conclusión.
Tras el gol tocaba defender. Víctor Bravo daba entrada a Carlos Javier para aguantar la mínima renta en unos minutos finales que prometían ser de infarto. El Mallorca B apretaba, pero el CD Teruel no bajaba el pie del acelerador y mantenía la intensidad mostrada durante todo el encuentro, pero sobre todo en la segunda mitad. Los turolenses acariciaban la cuarta victoria consecutiva, pero el minutero parecía no avanzar cuando ya se sobrepasaba el tiempo reglamentario.
El equipo no salía de su campo, pero se defendía con uñas y dientes para mantener la ventaja de cinco puntos sobre el Valencia Mestalla en lo alto de la clasificación. El triunfo se hacía efectivo con el pitido final y el CD Teruel lograba un nuevo triunfo de campeón, aprovechando una acción a balón parado a cinco minutos del final. La dinámica positiva se prolonga una semana más, y ya van cuatro seguidas.
Para afrontar un duelo más complicado sobre el césped de lo que podía parecer sobre el papel, Víctor Bravo optaba por un once similar al del último encuentro frente al Ibiza Islas Pitiusas. Las ausencias de Carbonell y de Guille Andrés obligaban al técnico rojillo a formar la dupla de ataque con Emaná y Villa. Por las bandas, Aparicio y Kevin Lacruz partían de inicio junto a Fran Tena y Marc Manchón, que volvía a ganarle la partida de la titularidad a Borja Romero en el centro. Los dos de la medular estaban protegidos atrás por Fran Carmona y Cabetas, a los que les tocó correr más de la cuenta para anular las internadas de Diabaté, delantero mallorquinista. Hermelo por la izquierda y Víctor Sanchís por la derecha, con Taliby en meta, terminaban de conformar el equipo titular para tratar de hacerse con los tres puntos en Mallorca.
Empezaba el duelo con la iniciativa del filial bermellón, que quería sorprender por segunda semana consecutiva a uno de los grandes de la categoría tras vencer al Espanyol B la semana pasada. Los turolenses, que vestían de azul, aguardaban sus oportunidades cerrados en su propio campo en unos primeros minutos que servían de toma de contacto.No llegaba con demasiado peligro el Mallorca B, por lo que el bloque de Víctor Bravo decidía empezar a tomar el protagonismo pasado el primer cuarto de hora de encuentro. Un par de llegadas por banda y una lluvia de balones en busca de Emaná ponían en alerta a la defensa local, que sabía que el Teruel podía sacar rédito de la nada.
Sin embargo, la posesión pronto iba a volver a los dominios del conjunto balear, que desde el minuto treinta y hasta el descanso iba a hacer trabajar a la zaga turolense. Un balón en largo en busca de la velocidad de Diabaté hacía salir de su área a Taliby para ahuyentar el peligro. Pero esa no fue la única vez en la que tuvo que trabajar el portero del CD Teruel, ya que los insulares dispusieron de una acción peligrosa a balón parado e intentaron sorprender, en otra ocasión, con un disparo lejano antes del entretiempo.
Los visitantes volvieron a mostrar solidez defensiva para evitar marcharse por detrás en el marcador y buscaron sus opciones desde la esquina. Un córner cerrado que se paseó por el área mallorquinista fue la ocasión más clara para los turolenses antes de pasar por los vestuarios.
Como ya sucedió ante el Alzira y ante el Ibiza Islas Pitiusas, el descanso permitía reajustar el planteamiento en busca de los tres puntos. Nada más salir dejaba claras sus intenciones el equipo aragonés, con una ocasión manifiesta en la que Emaná no lograba definir entre los tres palos. Villa también lo intentaba un minuto después con un disparo con la zurda a pase de su compañero en el ataque, pero el portero rival se adueñaba del esférico sin demasiados problemas. El CD Teruel parecía otro equipo distinto al de la primera mitad en un arranque eléctrico. No obstante, con el paso de los minutos, el conjunto bermellón volvía a hacerse fuerte en su campo e iba ganando metros.
Un acercamiento por banda derecha, que terminó con un disparo tocando en el lateral de la red turolense, metía el miedo en el cuerpo a los de azul, por lo que Víctor Bravo echaba mano del banquillo para buscar soluciones. Julen y Moha ingresaban al verde para aportar frescura al equipo. De hecho, el ex del Numancia protagonizaba, pocos minutos después de su entrada, una de las mejores acciones del bando turolense. Una buena combinación por el costado diestro terminaba sin premio, pero dejaba entrever que el equipo tenía la fórmula para perforar la portería balear en la recta final de partido.
De tal manera, los quince últimos minutos se iban a convertir en un asedio por parte del CD Teruel. En el 74, Borja Romero probaba fortuna desde fuera del área, obligando a volar a Álex Quevedo, portero del Mallorca B. Tras la parada, dos saques de esquina consecutivos ponían de manifiesto que el conjunto de Víctor Bravo quería sumar el cuarto triunfo consecutivo, aunque el gol seguía resistiéndose.
El filial del Mallorca estaba muy bien plantado y era sabedor de que sacar un punto ante el líder siempre es un buen resultado. Así, los bermellones parecían conformarse con el empate a cero, mientras los azulones buscaban desequilibrar la balanza por medio de balones laterales desde la banda derecha que solo encontraban la cabeza de Emaná en posiciones complicadas.
Precisamente desde el costado derecho llegaba la acción que iba a cambiar el desenlace del partido. Moha volvía a demostrar su calidad con un recorte que obligaba a la defensa a detenerlo en forma de falta. Borja Romero, que había entrado en el segundo tiempo, era el encargado de poner el balón al área tras indicarle al resto de sus compañeros la jugada a ejecutar. El balón, colgado al segundo palo, encontraba tras un primer remate de Fran Tena, la cabeza de Cabetas que, con algo de fortuna, volvía a perforar la portería del Mallorca B, al igual que hizo en el partido de ida. El capitán se deslizaba de rodillas para celebrar un tanto que podía suponer mucho más que tres puntos. La insistencia del CD Teruel había encontrado, por fin, premio a falta de cinco minutos para la conclusión.
Tras el gol tocaba defender. Víctor Bravo daba entrada a Carlos Javier para aguantar la mínima renta en unos minutos finales que prometían ser de infarto. El Mallorca B apretaba, pero el CD Teruel no bajaba el pie del acelerador y mantenía la intensidad mostrada durante todo el encuentro, pero sobre todo en la segunda mitad. Los turolenses acariciaban la cuarta victoria consecutiva, pero el minutero parecía no avanzar cuando ya se sobrepasaba el tiempo reglamentario.
El equipo no salía de su campo, pero se defendía con uñas y dientes para mantener la ventaja de cinco puntos sobre el Valencia Mestalla en lo alto de la clasificación. El triunfo se hacía efectivo con el pitido final y el CD Teruel lograba un nuevo triunfo de campeón, aprovechando una acción a balón parado a cinco minutos del final. La dinámica positiva se prolonga una semana más, y ya van cuatro seguidas.
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