Víctor Sanchís se prepara para golpear un balón durante la primera parte del duelo. Noelia Ortiz
El CD Teruel conquista un punto poco vistoso, pero bastante reconfortante en Terrassa (0-0)
El bloque rojillo suma otra portería a cero para seguir en lo más alto al término de la primera vuelta
Fiel a su estilo el CD Teruel cerró el último partido de la primera vuelta manteniendo su portería a cero y consiguiendo un trabajado y esforzado empate en el reestrenado feudo del Terrassa FC. Tras una salida muy fuerte de los locales, los turolenses dominaron más durante todo un choque muy trabado y poco vistoso para el espectador, pues ninguno de los dos equipos fue capaz de chutar entre palos durante los noventa minutos.
Bajo un ambiente festivo, con una grada muy llena y después de año y medio desterrado en Ca n’Anglada, el conjunto catalán regresaba a su remozado estadio para medirse al líder de grupo, un Teruel que saltó al césped del Olímpic tan concentrado y aguerrido como en tantas ocasiones, consiguiendo llegar muy rápido a los dominios del meta local Marcos principalmente gracias a un activo Emaná.
El Terrassa no se amilanó y jugando de tú a tú, tomando ciertos riesgos, antes de cumplirse el diez tuvo una ocasión cuando Jaouad realizó una veloz diagonal y David Jiménez remató fuera de palos por poco. Para los catalanes el partido era un reto y una fiesta, y quizás por eso durante muchos minutos la igualdad marcó el juego, siempre con mucho contacto físico entre dos contendientes con las fuerzas intactas y no pocas enganchadas que calentaron a una grada ya de por sí animada en esta cita.
Así, superado el cuarto de hora, la parroquia local se ponía en pie cuando Aythami recortaba y disparaba con mucho peligro, pero la pelota terminaba en la esquina tras tocar en un defensor y rozar el larguero de un Taliby al que se le acumuló el trabajo entre tramo de partido. Superada la media hora, la fe de los Jordi López en sus posibilidades era tanta que tenía que ser el entrenador quien frenara sus excesos de optimismo, porque el Terrassa acechaba de manera regular con un activo Aythami y sin embargo su banquillo no olvidaba todo el scouting hecho durante la semana con respecto a un rival tan duro como el Teruel, capaz de ganarte con muy poco. De hecho, en la parte final de la primera mitad los de Víctor Bravo recuperaron la posesión y a través del toque desgastaron a un rival que ya no llegaba a los balones divididos de igual manera que antes.
En el reinicio, tras el paso por los vestuarios no se vio a un Terrassa tras activo como en la primera, pues el Teruel siguió marcando el tempo de partido y jugando de una manera tan cómoda como práctica. A los de Jordi López se les fue acabando la gasolina y los cambios de su entrenador así lo indicaron, protegiendo a efectivos con tarjeta o sustituyendo a su mejor baza ofensiva, un Aythami que se fue sin aliento del terreno de juego. Por su parte el once de Víctor Bravo, siempre fiel a su correoso estilo, no perdió en ningún momento la compostura y no se ruborizó cuando ante determinadas jugadas o situaciones empotró el autobús en torno a Taliby. El Teruel tiene la máxima de no encajar goles y su rival era cada vez más consciente de que esa es una regla innegociable, porque incluso cuando en la parte final se fue arriba de forma descarada, de hecho en el minuto 84 tras un pase de Carlos Martínez el atacante Servetti tuvo la más clara del día y tampoco fue entre palos, estuvo a punto de pagarlo muy cara pues el Teruel montó una contra tan peligrosa que enmudeció a la grada. Eso sí, la jugada quedó en nada y al igual que su oponente no llegó a disparar entre palos en todo el encuentro.
Con eso y con todo, el duelo terminó de la misma manera que había empezado. Por lo que el CD Teruel sacó un punto poco vistoso pero igual de válido para seguir en lo alto de la clasificación una semana más y cerrar una primera vuelta de un nivel supremo
Bajo un ambiente festivo, con una grada muy llena y después de año y medio desterrado en Ca n’Anglada, el conjunto catalán regresaba a su remozado estadio para medirse al líder de grupo, un Teruel que saltó al césped del Olímpic tan concentrado y aguerrido como en tantas ocasiones, consiguiendo llegar muy rápido a los dominios del meta local Marcos principalmente gracias a un activo Emaná.
El Terrassa no se amilanó y jugando de tú a tú, tomando ciertos riesgos, antes de cumplirse el diez tuvo una ocasión cuando Jaouad realizó una veloz diagonal y David Jiménez remató fuera de palos por poco. Para los catalanes el partido era un reto y una fiesta, y quizás por eso durante muchos minutos la igualdad marcó el juego, siempre con mucho contacto físico entre dos contendientes con las fuerzas intactas y no pocas enganchadas que calentaron a una grada ya de por sí animada en esta cita.
Así, superado el cuarto de hora, la parroquia local se ponía en pie cuando Aythami recortaba y disparaba con mucho peligro, pero la pelota terminaba en la esquina tras tocar en un defensor y rozar el larguero de un Taliby al que se le acumuló el trabajo entre tramo de partido. Superada la media hora, la fe de los Jordi López en sus posibilidades era tanta que tenía que ser el entrenador quien frenara sus excesos de optimismo, porque el Terrassa acechaba de manera regular con un activo Aythami y sin embargo su banquillo no olvidaba todo el scouting hecho durante la semana con respecto a un rival tan duro como el Teruel, capaz de ganarte con muy poco. De hecho, en la parte final de la primera mitad los de Víctor Bravo recuperaron la posesión y a través del toque desgastaron a un rival que ya no llegaba a los balones divididos de igual manera que antes.
En el reinicio, tras el paso por los vestuarios no se vio a un Terrassa tras activo como en la primera, pues el Teruel siguió marcando el tempo de partido y jugando de una manera tan cómoda como práctica. A los de Jordi López se les fue acabando la gasolina y los cambios de su entrenador así lo indicaron, protegiendo a efectivos con tarjeta o sustituyendo a su mejor baza ofensiva, un Aythami que se fue sin aliento del terreno de juego. Por su parte el once de Víctor Bravo, siempre fiel a su correoso estilo, no perdió en ningún momento la compostura y no se ruborizó cuando ante determinadas jugadas o situaciones empotró el autobús en torno a Taliby. El Teruel tiene la máxima de no encajar goles y su rival era cada vez más consciente de que esa es una regla innegociable, porque incluso cuando en la parte final se fue arriba de forma descarada, de hecho en el minuto 84 tras un pase de Carlos Martínez el atacante Servetti tuvo la más clara del día y tampoco fue entre palos, estuvo a punto de pagarlo muy cara pues el Teruel montó una contra tan peligrosa que enmudeció a la grada. Eso sí, la jugada quedó en nada y al igual que su oponente no llegó a disparar entre palos en todo el encuentro.
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