Punto valioso para el Teruel en un duelo intenso pero con poco fútbol (1-1)

Pese a que son pocos los kilómetros que distan entre Teruel y Sagunto, el desplazamiento no iba a ser nada sencillo para los rojillos, que ayer vistieron de azul. Pese a ello, el CD Teruel fue capaz de rehacerse al gol inicial de los locales para salir con algo de provecho de un campo muy complicado. Tras un duelo marcado por la intensidad en el que el fútbol brilló por su ausencia, el cuadro turolense cayó de la primera posición, pero mantuvo las buenas sensaciones lejos de Pinilla.

Víctor Bravo optó por salvaguardarse las espaldas con una defensa de cinco para hacer frente a los ataques directos que desde los primeros compases iba a proponer el cuadro local. De hecho, Taliby tuvo que intervenir cuando tan solo habían transcurrido tres minutos de juego. El guardameta dio muestras de su seguridad atajando un disparo duro en la primera aproximación del Saguntino, que salió envalentonado para plantarle cara al todavía líder.

El bloque rojillo fue capaz de contener las primeras intentonas locales para empezar paulatinamente a hacerse hueco sobre el césped artificial del Nou Camp de Morverdre. Sin embargo, fueron los que ayer vestían de rojo los que lideraron los ataques durante los primeros veinte minutos de juego. Emaná, incansable como de costumbre, no hizo más que pelearse con los centrales del cuadro valenciano para tratar de sacar provecho de alguno de los envíos largos procedentes de su campo.

No marchaban las cosas como debían y el Atlético Saguntino aprovechó sus bazas. A la media hora de partido, el conjunto local se encontró con dos saques de esquina consecutivos y en uno de ellos abrió la lata. El área pequeña se convirtió en un ring de batalla, lo que despistó a un Taliby que no estuvo acertado en el lanzamiento directo desde el córner. 
Si hasta el momento el duelo estaba siendo complicado para los turolenses, la desventaja ponía más cuesta arriba el triunfo.

Y en esa situación es en la que  más cómodo se encuentra el bloque de Víctor Bravo, tal y como demostró tan solo seis minutos después de encajar el primero de la mañana. Entre Guille Andrés y Emaná fueron capaces de hacer llegar el esférico los dominios saguntinos y el 9 turolense la mandó a guardar sin contemplaciones para poner el empate a diez minutos del descanso.
El CD Teruel subió filas y encerró a los locales en su propio campo, pero con el tiempo cumplido, el colegiado indicó el camino hacia los vestuarios con las tablas en el electrónico.

El regreso del entretiempo se produjo sin cambios por ninguno de los bandos para afrontar una segunda parte en la que la intensidad estaba más que asegurada.

Así lo hicieron notar los dos equipos en los primeros minutos del segundo tiempo. Las faltas e interrupciones le robaron el protagonismo al balón, pero el conjunto turolense fue ganando metros, al igual que en el primer tiempo, y logró inquietar algo a los saguntinos. Víctor Bravo optó entonces por darles entrada a Lucho y a Villa para tratar de encontrar el segundo tanto de la jornada dominical.
Sin embargo, las ocasiones siguieron resistiéndose con el duelo adentrándose en la recta final. Las gargantas turolenses apretaron para que los de Víctor Bravo se llevasen los tres puntos del Nou Camp de Morverdre. De hecho, fueron lo más destacado de una segunda mitad en la que se practicó un deporte lejano al fútbol.

El cuadro rojillo volvió a tomar la iniciativa durante la fase final del duelo, pero ambos entrenadores parecían conformarse con el empate. El Saguntino tiró de casta para tratar de quedarse con el triunfo, pero la defensa de los turolenses se hizo fuerte para conservar un punto de su visita a un campo complicado en el que los locales todavía no ha perdido ni un solo partido.

El reparto de puntos se hizo efectivo con el pitido final y valencianos y turolenses enfilaron el camino hacia los vestuarios con la sensación de haber cumplido en una soleada mañana de domingo en la que el juego estuvo muy condicionado por las dimensiones del terreno de juego.  El partido acabó con deportividad, ya que los cientos de seguidores del conjunto rojillo que se desplazaron hasta territorio saguntino despidieron tanto a los suyos como a sus oponentes con una gran ovación en una demostración de grandeza.