Síguenos
El CD Teruel crece pero no culmina y arranca la liga con un empate al final (1-1) El CD Teruel crece pero no culmina y arranca la liga con un empate al final (1-1)
El filial vitoriano opuso resistencia, buen fondo físico y fundamentos colectivos para dificultar al CD Teruel. Bykofoto/Antonio García

El CD Teruel crece pero no culmina y arranca la liga con un empate al final (1-1)

El equipo se sobrepone al fallo de Taliby que da origen al gol del Alavés B, y roza la remontada
banner click 236 banner 236

El CD Teruel mostró signos reales y tangibles de mejoría, auspiciada por el simple hecho de que hubo ya una buena base de titulares conviviendo en el once inicial en sus posiciones correctas. El empate de Pinilla, la primera jornada del regreso a la Segunda Federación, en realidad fue el primer partido de preparación real para el entrenador Unai Mendia, porque ha sido el primer envite en el que contaba con la plantilla completa. En absoluto se queja el guipuzcoano, de hecho poco dado a las excusas, bien al contrario:ˆ“preferimos cerrar la plantilla con los jugadores que hemos querido. Pudimos tenerla completa en la primera semana de pretemporada. Hemos elegido esperar y tener los perfiles que necesitamos. Estoy contento”, dijo al terminar el uno a uno frente al Alavés B.

Y no le faltan motivos. La primera que sale de este inicio de temporada es que el Teruel, ya con pinta de titular a pesar de la baja de Parra, se viste con un traje muy similar al de Jardiel en Primera RFEF. Cuatro atrás, tres anclando el centro del campo, dos bien abiertos a banda y Peru para cazar los goles. Incluso ver a Taliby en portería de nuevo ayudaba a dejar esa sensación de regreso a antes de verano. Sin embargo ocurre que el traje se parece, pero las costuras están en otros sitios. Aquí vale un inciso; el Teruel de este año es equipo de pie fino. Jugón, dicho sea esto sin otra intención que la meramente descriptiva.

Si eso es bueno o malo, se verá con el tiempo y los resultados. Yˆla cremallera del traje... Le Normand no tiene que ver nada con lo del año pasado. Probablemente con nada que haya visto Pinilla en su historia. El francés sólo tiene interruptor para jugar. No sabe de esquemas, ni de perfiles, ni de dibujos tácticos. Él detecta el espacio que quiere ocupar, compone la jugada que necesita y ejecuta, bien descargando a banda, bien buscando puerta rival. No especula. De su pie nacieron las mejores del Teruel en los mejores minutos del equipo en la primera parte, que fueron bastantes más que los de su rival. El primer cuarto de hora, por ejemplo, en el que Peru ya tuvo una buena de cabeza servida por Serrano. Al asturiano lo había habilitado el francés para ponerla en el área.

Combinaciones brillantes

Los minutos del ecuador del primer acto como segundo ejemplo. De ahí surgió un tiralíneas entre Le Normand y Peru que Moha no acertó a mandar a la caja, Poco antes Le Normand cometió un error, el único de su labor atacante;ˆfiltró una bola al área algo rápida cuando la contra exigía quizá un segundo de espera a la incorporación de Peru. Perdonable;ˆal filo de la media hora generó otras dos, un disparo suyo que salió fuera por poco, y otra tras un robo a la defensa alavesista, Peru la pegó mordida.

Ocurre que el rival salió respondón, y serio también. Desde los primeros minutos. Lo de Le Normand lo detectó rápido, y lo desactivó bastantes fases del duelo en las que gobernó desde las líneas juntas y un poderoso físico, superior al del once local. Cuando se terminó el segundo fogonazo del francés, cuando restaban diez para el descanso, decidió el visitante dar un paso adelante. Contó además con una ayuda conocida en Teruel, no corregida en este mercado de fichajes. El club rojillo, ahora en Segunda como el año pasado en Primera, tiende a ser incapaz de dominar las áreas.

Empezando por la suya. Y aquí toca hablar de Taliby. Ya dio muestras, pasado el primer cuarto de hora, de que la bola le iba más rápida y húmeda de lo que querría. Un resbalón suyo organizó el primer susto en la zaga. En el 22, su media salida habilitó al extremo rival para generar un doble disparo que pegó en los tres palos de la portería mudéjar. Y la tercera, una falta lejana pero venenosa, bota en área pequeña y encuentra el pecho duro del guineano, que no supo blocar ni despejar;ˆdejó la bola muerta a cinco metros y ahí el filial babazorro no perdonó. Golpe duro a un equipo que sigue siendo frágil, tiene mimbres, buenas maneras, pero presenta déficit en posiciones clave de su once.

Empuje a lomos de Pelayo

Desde el gol visitante hasta el descanso, otra lección que debe aprender el Teruel, que pareció tardar en reaccionar. De hecho, no lo hizo antes del descanso, y tardó todavía varios minutos en despertar tras la reanudación. Volvó a encender su interruptor Le Normand, que habilitó un par de veces a Iván para que preparase desde la izquierda un par de centros demasiado tímidos. Pero para la hora de partido la puesta en escena del Alavés B era ya la de un bloque serio dispuesto a dejar pasar el tiempo y la vida hasta la victoria a base de pulmones y mucho orden.

Sin embargo, en el banquillo rojillo asemeja que habita un entrenador que sabe meter el bisturí. No tardó Unai en mover rápido el avispero, resetear el centro del campo con la entrada de Caro y ver qué pasa con Pelayo Morilla, ese asturiano que apuntaba a la éltite hasta que las rodillas le dijeron que no. Se colocó en la izquierda, y prácticamente todo lo que pasó en el partido a partir de ese instante fue lo que dijo él. Lo primero, bicicleta y balón repleto de cicuta al centro del área pequeña. No hubo rematador, pero sí sello de que en el campo había un nuevo hecho diferencial.

La segunda del ex sportinguista era un zig-zag lleno de mala intención, de fuera hacia adentro; lo que tiene realmente Pelayo es una visión intensa y un arranque veloz y rompedor que asegurarán, si el físico aguanta, ventajas importantes en esta categoría que se decide en pequeños espacios. Su tercera diablura ya mereció ser gol, se la sacó un rival bajo palos cuando Pinilla ya celebraba el empate. Para entonces Unai había colocado ya toda la madera que tenía en el banquillo. Puede mirar allí y encontrar soluciones para partidos que se atascan o que vienen torcidos como el del domingo.

Cervera se coló en los espacios grises de la línea de mediapuntas, y Alomar estuvo también rápido en enchufarse al encuentro en el cuarto de hora de que dispuso. Ambos pergeñaron el gol del empate; conviene no perderse el toque del catalán, una caricia suave que eliminó de un plumazo todo el entramado defensivo del filial vitoriano. Encontró a Alomar, solo, ya dentro del área. Ni se aceleró, ni se trabó, simplemente se la colocó a Pelayo para recompensarle los primeros servicios prestados a la causa rojilla. Hasta el final, casi diez minutos en los que el Alavés pudo volver a pegar pero que, sobre todo, le dieron al Teruel, con Peru de protagonista, para rozar la remontada. Empate, por lo demás, justo. Y no negativo, aunque para tomar nota. 

El redactor recomienda