La gimnasta turolense, Alba Bautista, tras su paso por los Mundiales de Sofía
Alba Bautista: “Creo que voy a conseguir estar en los Juegos de París 2024”
La gimnasta utrillense se coló en dos finales individuales en el Mundial de Sofía tras ocho años de sequía española
El nombre de Alba Bautista se ha colado en la historia nacional de este deporte. La gimnasta nacida en Utrillas maravilló al mundo con sus actuaciones. Bautista destacó tanto con la pelota como con la cinta y logró ser la primera española en disputar una final individual tras ocho años de sequía. La utrillense, que sigue disfrutando como cuando empezó, volverá esta semana a Utrillas para descansar antes de comenzar a preparar nuevos retos ambiciosos, con los Juegos Olímpicos de París en el horizonte.
-¿Cómo empezó en la gimnasia rítmica?
-Empecé a los cuatro años en el Pabellón Municipal de mi pueblo como hobbie. Metieron ese deporte y me quise apuntar porque pensé que me podía gustar.
-De Utrillas llegó a Teruel y a partir de ahí ha seguido evolucionando.
-No recuerdo bien a qué edad me fui a Teruel. Allí fui al Club de Gimnasia Rítmica Teruel. En 2016 me fui al Club Mabel de Benicarló, pero todavía no estaba instalada allí porque iba y venía. En 2017 ya me quedé allí a vivir para formar parte de ese club.
-¿Cómo se compaginan todos esos cambios con la vida de una niña tan joven?
-Desde mi pueblo a Teruel hay unos cincuenta minutos, yo iba todos los lunes, miércoles y viernes. Para mí tener que irme era duro porque no estaba acostumbrada a dejar una parte de mi vida por hacer gimnasia a un nivel que todavía era tan alto, pero como me encantaba lo hacía con mucho gusto.
-En Teruel fueron sus primeras competiciones, ¿verdad?
-Sí. Hacíamos los campeonatos provinciales y autonómicos. Yo también competía a nivel nacional en campeonatos de España con conjuntos de Teruel.
-Su progresión continúa cuando se marcha a Benicarló. ¿Cómo fue ese cambio de vida?
-Yo iba todos los veranos allí. Me gustaba mucho aprender y me apuntaba a los campus del club Mabel porque tenía entrenadoras muy buenas y veía que podía mejorar allí. Decidí irme y eso sí que me supuso un gran cambio porque el nivel de ese club era muy alto y yo no estaba acostumbrada a esa exigencia.
-Por lo que se ha demostrado con el paso de los años, la adaptación se le dio bastante bien.
-Sí. Me vino muy bien. Me costó mucho. Allí había niñas que eran campeonas de España, otras que iban con la Selección española y algunas habían competido internacionalmente. Yo era una niña de un pueblo que iba a allí a aprender y a mejorar, por lo que adaptarme y cogerme a los entrenamientos me costó.
-¿Cuál fue su siguiente paso?
-En 2018 hicimos la temporada de conjuntos en primera categoría y quedamos campeonas de España. Entonces se abrió un nuevo proyecto y Alejandra Quereda, que es la actual seleccionadora, me escogió como componente del equipo nacional individual y me fui a vivir a Valencia.
-Y llegó la pandemia.
-Sí, en 2020 no hicimos prácticamente nada. Estuvimos en casa trabajando. Cuando salimos de la pandemia me becaron en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid y me tocó vivir un nuevo cambio de vida.
-Aunque esté rodeada de grandes deportistas, no sé cuántos habrán hecho un debut en un Mundial como el que ha realizado usted.
-Se puede mejorar muchísimo, pero mis expectativas no estaban para nada a la altura de todo lo que he conseguido. Hacía ocho años que no había una gimnasta individual que se clasificara para una final. Yo he conseguido meterme a dos finales. Como dice la gente, he hecho historia de España. Estoy muy orgullosa.
-Era su primera vez pero parecía que hubiera estado en finales toda su vida. ¿Qué sentía en esos momentos?
-Después de la primera clasificación, que fue la de pelota, me puse a llorar porque no me lo creía. Yo esperaba hacer mis ejercicios bien y quedar lo más arriba posible, pero cuando me metí en esa final de pelota pensé: “Ostras, ¿qué está pasando aquí? Igual sí que soy de las mejores”.
-¿Qué le ha dicho la seleccionadora?
-Todo el equipo está muy contento porque el trabajo ha salido muy bien. Para ellas es un orgullo porque también el trabajo es suyo.
-¿Considera que es una recompensa a todo su esfuerzo?
-Nunca soñaba con llegar a ser de las mejores del mundo, pero sí que quería llegar a algún Mundial y sabía que lo iba a conseguir porque la ilusión que me hace practicar este deporte es increíble. Es algo que ha cambiado mi vida por completo. No me llena tanto nada como la gimnasia. Yo salgo al tapiz y salgo a disfrutar.
-¿Cuál fue el momento que más disfrutó del Mundial?
-No fue ninguna de las dos finales. Lo que más disfruté fue el ejercicio de cinta previo a las finales. Ese ejercicio creo que ha sido el mejor que he hecho en toda mi vida.
-¿Cómo vivió las finales?
-Hace cuatro años fui al Campeonato del Mundo de Sofía a verlo a la grada y tengo fotografías con las gimnastas contra las que he competido ahora. Entonces las estaba viendo y ahora les estoy dando guerra.
-Imagino que algunas de ellas serán sus referentes.
-Totalmente. Toda mi vida he tenido como referentes a las gimnastas italianas y búlgaras. De hecho, lo siguen siendo, pero ahora compartimos tapiz y somos contrincantes y compañeras.
-¿Qué le ha dicho su gente de Utrillas?
-Tenía a todo el pueblo animándome porque he recibido miles de mensajes. Está muy chulo. Creo que voy a llegar al pueblo y voy a parecer una estrella.
-¿Tiene pensado ir pronto hacia allí?
-Sí. Tengo una semana de vacaciones y quiero ir a ver a mi familia. Voy a ir a Utrillas porque necesito un poco de descanso mental y el pueblo siempre viene bien.
-¿Qué es lo que más echa a faltar de Utrillas?
-Mi familia, mis amigos y la rutina del pueblo, que es muy simple pero se echa mucho de menos.
-¿Cómo espera que la reciban?
-Yo siempre quiero tener los pies en la tierra. Me encanta que me feliciten pero tampoco parecer una estrella. Soy la misma chica de siempre, la niña que hacía fútbol y gimnasia en el pueblo. Con que estén los que me quieren, me sobra.
-Aunque mantenga los pies en el suelo, la actuación del Mundial le habrá hecho pensar en objetivos de cara al futuro.
-El año que viene es súper importante porque está la clasificación para los Juegos Olímpicos. Mi objetivo es que desde las primeras competiciones se me vea fuerte y llegar de una forma muy óptima a ese clasificatorio.
-¿Tendremos una turolense en París 2024?
-No te lo puedo asegurar. De verdad, quiero y creo que voy a conseguir estar en los Juegos. Ese es mi objetivo. No voy a parar hasta conseguirlo.
-Ganas no le faltan.
-Si fuera por eso, ya estoy clasificada. Todo lo hago con ilusión y disfruto haciéndolo. Sigo luchando por mi sueño. Si no es en 2024, será en 2028. La Bauti va a dar mucha guerra.
-¿Cómo empezó en la gimnasia rítmica?
-Empecé a los cuatro años en el Pabellón Municipal de mi pueblo como hobbie. Metieron ese deporte y me quise apuntar porque pensé que me podía gustar.
-De Utrillas llegó a Teruel y a partir de ahí ha seguido evolucionando.
-No recuerdo bien a qué edad me fui a Teruel. Allí fui al Club de Gimnasia Rítmica Teruel. En 2016 me fui al Club Mabel de Benicarló, pero todavía no estaba instalada allí porque iba y venía. En 2017 ya me quedé allí a vivir para formar parte de ese club.
-¿Cómo se compaginan todos esos cambios con la vida de una niña tan joven?
-Desde mi pueblo a Teruel hay unos cincuenta minutos, yo iba todos los lunes, miércoles y viernes. Para mí tener que irme era duro porque no estaba acostumbrada a dejar una parte de mi vida por hacer gimnasia a un nivel que todavía era tan alto, pero como me encantaba lo hacía con mucho gusto.
-En Teruel fueron sus primeras competiciones, ¿verdad?
-Sí. Hacíamos los campeonatos provinciales y autonómicos. Yo también competía a nivel nacional en campeonatos de España con conjuntos de Teruel.
-Su progresión continúa cuando se marcha a Benicarló. ¿Cómo fue ese cambio de vida?
-Yo iba todos los veranos allí. Me gustaba mucho aprender y me apuntaba a los campus del club Mabel porque tenía entrenadoras muy buenas y veía que podía mejorar allí. Decidí irme y eso sí que me supuso un gran cambio porque el nivel de ese club era muy alto y yo no estaba acostumbrada a esa exigencia.
-Por lo que se ha demostrado con el paso de los años, la adaptación se le dio bastante bien.
-Sí. Me vino muy bien. Me costó mucho. Allí había niñas que eran campeonas de España, otras que iban con la Selección española y algunas habían competido internacionalmente. Yo era una niña de un pueblo que iba a allí a aprender y a mejorar, por lo que adaptarme y cogerme a los entrenamientos me costó.
-¿Cuál fue su siguiente paso?
-En 2018 hicimos la temporada de conjuntos en primera categoría y quedamos campeonas de España. Entonces se abrió un nuevo proyecto y Alejandra Quereda, que es la actual seleccionadora, me escogió como componente del equipo nacional individual y me fui a vivir a Valencia.
-Y llegó la pandemia.
-Sí, en 2020 no hicimos prácticamente nada. Estuvimos en casa trabajando. Cuando salimos de la pandemia me becaron en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid y me tocó vivir un nuevo cambio de vida.
-Aunque esté rodeada de grandes deportistas, no sé cuántos habrán hecho un debut en un Mundial como el que ha realizado usted.
-Se puede mejorar muchísimo, pero mis expectativas no estaban para nada a la altura de todo lo que he conseguido. Hacía ocho años que no había una gimnasta individual que se clasificara para una final. Yo he conseguido meterme a dos finales. Como dice la gente, he hecho historia de España. Estoy muy orgullosa.
-Era su primera vez pero parecía que hubiera estado en finales toda su vida. ¿Qué sentía en esos momentos?
-Después de la primera clasificación, que fue la de pelota, me puse a llorar porque no me lo creía. Yo esperaba hacer mis ejercicios bien y quedar lo más arriba posible, pero cuando me metí en esa final de pelota pensé: “Ostras, ¿qué está pasando aquí? Igual sí que soy de las mejores”.
-¿Qué le ha dicho la seleccionadora?
-Todo el equipo está muy contento porque el trabajo ha salido muy bien. Para ellas es un orgullo porque también el trabajo es suyo.
-¿Considera que es una recompensa a todo su esfuerzo?
-Nunca soñaba con llegar a ser de las mejores del mundo, pero sí que quería llegar a algún Mundial y sabía que lo iba a conseguir porque la ilusión que me hace practicar este deporte es increíble. Es algo que ha cambiado mi vida por completo. No me llena tanto nada como la gimnasia. Yo salgo al tapiz y salgo a disfrutar.
-¿Cuál fue el momento que más disfrutó del Mundial?
-No fue ninguna de las dos finales. Lo que más disfruté fue el ejercicio de cinta previo a las finales. Ese ejercicio creo que ha sido el mejor que he hecho en toda mi vida.
-¿Cómo vivió las finales?
-Hace cuatro años fui al Campeonato del Mundo de Sofía a verlo a la grada y tengo fotografías con las gimnastas contra las que he competido ahora. Entonces las estaba viendo y ahora les estoy dando guerra.
-Imagino que algunas de ellas serán sus referentes.
-Totalmente. Toda mi vida he tenido como referentes a las gimnastas italianas y búlgaras. De hecho, lo siguen siendo, pero ahora compartimos tapiz y somos contrincantes y compañeras.
-¿Qué le ha dicho su gente de Utrillas?
-Tenía a todo el pueblo animándome porque he recibido miles de mensajes. Está muy chulo. Creo que voy a llegar al pueblo y voy a parecer una estrella.
-¿Tiene pensado ir pronto hacia allí?
-Sí. Tengo una semana de vacaciones y quiero ir a ver a mi familia. Voy a ir a Utrillas porque necesito un poco de descanso mental y el pueblo siempre viene bien.
-¿Qué es lo que más echa a faltar de Utrillas?
-Mi familia, mis amigos y la rutina del pueblo, que es muy simple pero se echa mucho de menos.
-¿Cómo espera que la reciban?
-Yo siempre quiero tener los pies en la tierra. Me encanta que me feliciten pero tampoco parecer una estrella. Soy la misma chica de siempre, la niña que hacía fútbol y gimnasia en el pueblo. Con que estén los que me quieren, me sobra.
-Aunque mantenga los pies en el suelo, la actuación del Mundial le habrá hecho pensar en objetivos de cara al futuro.
-El año que viene es súper importante porque está la clasificación para los Juegos Olímpicos. Mi objetivo es que desde las primeras competiciones se me vea fuerte y llegar de una forma muy óptima a ese clasificatorio.
-¿Tendremos una turolense en París 2024?
-No te lo puedo asegurar. De verdad, quiero y creo que voy a conseguir estar en los Juegos. Ese es mi objetivo. No voy a parar hasta conseguirlo.
-Ganas no le faltan.
-Si fuera por eso, ya estoy clasificada. Todo lo hago con ilusión y disfruto haciéndolo. Sigo luchando por mi sueño. Si no es en 2024, será en 2028. La Bauti va a dar mucha guerra.
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