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Un viaje al corazón de la España interior, de forma documentada y amena Un viaje al corazón de la España interior, de forma documentada y amena
Portada y algunas de las páginas de la ’ Guía Turística de la Celtiberia. Un país imaginado’

Un viaje al corazón de la España interior, de forma documentada y amena

Presentada una guía turística de la Celtiberia, editada por Prames, con la colaboración del IET
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Bajo el epígrafe de Un viaje al corazón de la España Interior, el Museo Provincial de Teruel acogió ayer miércoles la presentación del libro Guía turística de la Celtiberia. Un país imaginado, coordinado por Javier Hernández y editado por Prames, con la colaboración del Instituto de Estudios Turolenses.

La presentación de la obra contó con la presencia Nacho Escuín, director del Instituto de Estudios Turolenses (IET), los autores Chabier de Jaime, que se ha ocupado de la parte de naturaleza y paisaje, el arqueólogo Alberto Gonzalo, y el editor Rafael Yuste.

El libro, de 456 páginas ilustradas con más de 700 imágenes, propone destinos y recorridos por este país imaginario de la Celtiberia está pensando para los viajeros que en sus desplazamientos necesitan contenidos para entender e interpretar lo que ven. Y para ello, en la guía participa un amplio elenco de autores, todos ellos especialistas en la materia que tratan diferentes temas.

La guía está dividida en ocho grandes apartados: geografía, por Ángel Muñoz, natural de la localidad de Bello; naturaleza y paisaje, a cargo del calamochino Chabier de Jaime; arqueología por Alberto Gonzalo; historia por José Luis Corral y Susana Lozano; arte a través de Javier Hernández y Rafael Yuste; etnología con Vicente M.Chueca; de literatura e imaginarios se encarga el poeta y escritor Manuel Martínez Forega; y por último, de personajes y paisanaje, el escritor Carmelo Romero.

Presentación de la guía con varios de los autores, el editor y el director del IET (2º por la izda.), en el Museo de Teruel

Con esta obra ilustrada con fotografías y mapas se busca divulgar el patrimonio natural e histórico-artístico de la zona que comprende el antiguo territorio de los celtíberos, que se reparte entre varias comunidades autónomas españolas y provincias, incluida la de Teruel. “Un territorio que se vertebra en torno a la Cordillera Ibérica”, indica Rafael Yuste, que reúne diez catedrales, unos cuantos monasterios y que ha sido escenario de importantes títulos de la literatura medieval española.

Se trata de un proyecto editado por Prames en el que el IET colabora, gracias a la buena sintonía que hay con la propia editorial, con la que ya se han hecho otros proyectos como Las Minas de Teruel o las guías turísticas de Paseos en familia por Teruel,

Esta publicación la primera guía de Prames, que recoge bajo un mismo título provincias de diferentes comunidades, que en este caso se identifica con la Celtiberia y que se corresponde con la llamada España vaciada pero que a la vez está rodeada de grandes núcleos de población como Valencia, Zaragoza, Madrid, incluso Barcelona o Bilbao. “El objetivo es atraer gente hacia este territorio de la Celtiberia”, explicó Yuste.

“En esta ocasión nos encontramos ante un libro coral en el que diversos expertos en la Celtiberia manifiestan un punto de partida en un territorio que en principio no se delimita geográficamente tan sencillo como podemos imaginar, sino en el que conviven diferentes zonas, comarcas y provincias de nuestra comunidad autónoma y de otras comunidades”, detallaron con motivo de la presentación.

Uno de los apartados escritos por Chabier de Jaime

Para Nacho Escuín, “la Celtiberia es una de las grandes incógnitas vinculadas con nuestro patrimonio donde la provincia de Teruel tiene mucho que decir, por ello entendíamos que puede ser de absoluto interés por parte de todos los turolenses esa participación del IET y esa difusión del legado celtibérico que tenemos dentro de nuestra provincia”. Así, el santuario celtíbero de Peñalba, en Villastar; el mudéjar, las ciudades de Teruel y Albarracín, los recintos amurallados, el el paisaje del chopo cabecero, los pinos y cascadas de la Sierra de Albarracín o la laguna de Gallocanta son solo algunos de los hitos de la provincia de Teruel que recoge la guía, que también habla de los recintos amurallados de Cedrillas, Villel o Peracense. La guía tampoco se olvida de los productos gastronómicos como el Jamón de Teruel.

Cada apartado del libro tiene un texto introductorio general y una propuesta de rutas, “no son tipo senderistas o que se puedan hacer en un día, son invitaciones a que cada uno diseñe su propia ruta”, aclaró Yuste, quien también explicó que se trata de una guía turística “de contenidos, diferente y transversal, sobre un espacio desconocido” para muchos.

Además de presentarse ayer en Teruel y en otras capitales de provincia, también va a haber otras en pequeñas localidades del territorio que forma parte de la Celtiberia. Este sábado se presentará en Gallocanta, dentro de las actividades que se han programado con motivo del Festival de las Grullas.

La sabina albar

Chabier de Jaime, director del Parque Cultural del Chopo Cabecero, ha abordado la parte dedicada al medio natural en esta guía dedicada a la Celtiberia, que no se puede separar sin embargo a la historia y la trayectoria vital de sus habitantes. De Jaime analiza la vegetación y el territorio con unos rasgos singulares pero comunes a las tierras que van desde Burgos, a Soria, Zaragoza, La Rioja, Guadalajara, Cuenca y Teruel.

“Es un territorio que ha marcado el carácter de las personas y viceversa”, comenta este autor, que ayer participó en la presentación que tuvo lugar en el Museo de Teruel.

A pesar de sus condiciones difíciles, la Celtiberia ha sido poblada desde muy antiguo. Con un clima difícil, con inviernos muy prolongados ha acogido a culturas que se basaron en el aprovechamiento de la lana, el hierro, la sal y los bosques. De Jaime pone el acento en cómo este medio ha marcado el carácter de unas gentes que son austeras, que han tenido que buscar solución a los problemas a partir de la cooperación, de establecer normas de ayuda mutua y de aprovechamiento de unos recursos escasos de una forma inteligente. “Es un territorio del que ya habló Heródoto en el siglo V antes de Cristo y al que ya le llamaba la atención la actitud de la gente de estas tierras para la vida espiritual y la transcendencia”, comentó.

Páginas dedicadas al arte mudéjar

En cuanto al paisaje, destacó que debió tener más vegetación, pero que luego fue modificándose precisamente por la mano del hombre. “Ahora nos llama la atención las paisajes abiertos, desforestados y yermos, los páramos tan comunes en toda esta zona, que tienen elementos singulares como la sabina albar”, destacó.

Se trata de una planta propia de ambientes difíciles y climas secos con grandes diferencias térmicas, detalló, que en las tierras de la Celtiberia ha creado un paisaje ganadero, en el que árboles y pastos han fundamentado parte de la economía de los celtíberos y también de los pueblos que vinieron después.

“La sabina representa el carácter austero, tenaz y de resistencia ante la adversidad para poder aprovechar los escasos recursos y que todavía estamos viendo ahora”, comentó De Jaime. “Ante el poco futuro que se ofrece para estas tierras se impone esa resistencia a las rendiciones y la sociedad se revuelve ante este papel que le toca jugar”, dijo. Ese carácter de resistencia y la capacidad de sobrevivir en medios tan austeros une a todas estas provincias.

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