Un calendario para los turolenses cuyo año vital comienza en el mes de julio
Terueligráfica edita un almanaque vaquillero con ilustraciones de seis artistas de la provinciaEl calendario gregoriano se usa en todo el mundo para aclararnos con las fechas en la cosa globalizada, aunque otras culturas como la china, la islámica o la hindú llevan sus propias cuentas cooficiales. Especialmente sugerente fue el republicano francés, con sus meses de Vendimiario, Brumario, Nivoso, Ventoso o Germinal, pero solo duró doce años hasta que se lo cargó Napoleón. Y como los jacobinos dieron en llamar Mesidor al comienzo del verano, y no Vaquillil, a partir de ahora Teruel tendrá su propio calendario autóctono, uno que llevan los turolenses en la cabeza desde hace décadas y que Terueligráfica ha pasado al papel. Con sus doce meses, de 30 o 31 días según los nudillos y su febrero de 28 días menos cuando tocan Olimpiadas. Pero cuyo año vital arranca en julio, mes de la Vaquilla, y termina en junio, cuando se empiezan a descontar los días para un nuevo comienzo.
Fito Rodríguez y Pascual Mateo, de la imprenta turolense Terueligráfica, presentaron ayer el calendario que hoy ya puede adquirirse, por 10 euros, en el quiosco de la plaza del Torico, en el del hospital Obispo Polanco y en el restaurante Green Planet de Teruel. Además de la contar con la peculiaridad de que va de julio a junio, y no de enero a diciembre, lo hace especial el hecho de que va ilustrado por seis artistas de la provincia de muy diferentes estilos, edades y formación, que recrean diferentes momentos de la fiesta de la Vaquilla.
Así, Toni Alcaine dedica su lámina a los conciertos del viernes y el sábado, Alicia Blasco tiene el privilegio de dejar su impronta en la puesta del pañuelico, Pascual Mateo refleja el espíritu de las peñas en la calle, Elena Castillo recrea el momento de la Merienda en la plaza de toros, Juan Iranzo ilustra a través de su escultura el toro ensogado y Helena Romeu se encarga de dar color -un poco oscuro, es inevitable- al momento de quitar el pañuelo del cuello del Torico.
Láminas en gran formato
Cada ilustración acompaña a dos de los meses y además se reproduce en el anverso de seis de las páginas, en gran formato, para quien desee conservar las láminas, que por sí solas bien valen diez euros cada una. El proyecto llevaba bullendo en la cabeza de Fito Rodríguez desde hace varios años, y se ha decidido a lanzarlo en este porque ya se hacen bola dos años sin Vaquilla como es debido, y porque son más necesarias que nunca las actividades que reactiven la industria artística de Teruel. “Queremos que esta iniciativa sirva para echar una mano a la gente de la cultura, en este caso a los ilustradores, que durante la pandemia nos han alegrado el día a través de las redes sociales, sin cobrar un duro, y ahora ha llegado el momento de acordarnos de ellos”, explicó Rodríguez.
El proyecto nace con vocación de continuidad. Por el momento se ha lanzado una primera edición de 500 ejemplares, que se ampliará si se vende por completo. “Y si la idea cuaja medianamente bien volveremos a repetir la experiencia el año que viene, de forma que se vean reflejadas también otras modalidades artísticas, ilustradores muy jóvenes u otras ideas que ya estamos teniendo”.
Terueligráfica ha querido dedicar la primera edición del calendario vaquillero “a Falaguera, a Nonito y a todos los que se han ido”. El Ayuntamiento de Teruel ha colaborado en la publicación de la primera edición del calendario vaquillero de Terueligráfica, y en su nombre Javier Domingo, concejal de Fiestas, aseguró que él es “uno de los que cuentan los días que faltan para la siguiente Vaquilla desde el mismo momento que termina”. Según Domingo, “
Seis artistas, seis
Alicia Blasco, la artista más joven de cuantos participan en el calendario, está a punto de terminar su grado en Bellas Artes aunque ya ha publicado en algunos medios, como el fancine Teruel Mutante. “He querido representar, más que el acto de la puesta del pañuelico, la importancia de la gente que ayuda a colocarlo en el momento de subir”, explicó ayer. No falta el guiño reivindicativo con una mujer colocando el rojo al Torico, “que no suele ser lo habitual”.
Por su parte Pascual Mateo, que además de uno de los ilustradores es compañero de Fito Rodríguez en Terueligráfica, refleja el espíritu de las peñas vaquilleras a través de una ilustración con numerosos huevos de pascua que recorrer con la mirada. La lámina recuerda al Jardín de las Delicias y contiene numerosos elementos propios de la fiesta con los que, en mayor o menor número, todos los turolenses se identificarán.
Elena Castillo aplica su inconfundible estilo a la escena de la Merienda, “que me encanta porque es el único momento de la fiesta en la que tienes a toda la familia y a todos los amigos controlados. Ese ratico de tenerlos a todos cerca, que ves a tu grupo, a tu gente y te sientes más arropado, me gusta mucho”. La ilustración se centra en la grada del coso taurino, “en ese momento me da un poco igual lo que ocurre dentro de la plaza, como a casi todos los que van a la Merienda”.
Castillo auguró una buena acogida a la iniciativa del calendario vaquillero, “porque en Teruel la gente está a muerte con la fiesta y más ahora, que la echamos tanto de menos. Creo que funcionará este año y todos los años que se haga”.
Toni Alcaine, otro de los ilustradores que ayer acudieron a la presentación del calendario y que después, por la tarde en el Jardín de San Pedro, firmaron ejemplares del mismo, explicó que su ilustración se basa en los conciertos “porque es una parte en la que he participado bastante, desde arriba del escenario. Representa ese desmelene de los conciertos, que son una excusa muy buena para estar con los amigos y gozarla a muerte cuando nadie te mira, porque está todo el mundo igual”.
Por su parte el cellano Juan Iranzo, conocido sobre todo por su producción artística en torno al mundo de la tauromaquia, tanto en el campo de la ilustración como por el de la escultura, opta por la segunda para representar el tradicional toro ensogado. Una ilustración basada en un volumen construido con materiales de reciclaje representa el Ángel turolense ataviado de vaquillero y tensando la baga para que el toro discurra sin percances.
Helena Romeu, la sexta artista que participa en el proyecto, tira de blancos sobre azules que recuerda a las viejas cianotipias y el poso nostálgico que sugieren, para representan el momento dulce y esperanzador del final de la fiesta y el comienzo del nuevo año turolense. Hora de hacer balance, crear nuevos buenos propósitos y empezar a descontar de nuevo los días que restan para la próxima Vaquilla.
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