'Tañen furo', el viaje transmedia de Javier Idoipe a través de los sonidos del Pirineo

De los cencerros de la Noche de los Trucos del valle de Chistau a la trasgresión sonora del carnaval de Bielsa; de la sonoridad del belserán al ruido de las hachas y mayencos entre los navateros del Sobrarbe; del crepitar del fuego al son del chiflo y el salterio para Santa Orosia, en Yebra de Basa, a Lo Mon Contemporáneo, remanso creativo en pleno valle de Hecho.

Todo es música, y como tal todo tiene el potencial de evolucionar, de reivindicarse como genuino y de mezclarse y fundirse una y mil veces, incluso -¿por qué no?- con la música electrónica, los sonidos sintéticos y las técnicas más contemporáneas de producción.

Es la filosofía del productor y músico procedente de Estercuel Javier Idoipe, que reune lo mejor de la música vanguardista y del respeto por la tradición en Tañen furo, el documental transmediaque tras un año y medio ha creado la productora zaragozana Freeman Creación Audiovisual.

La producción, a la que puede seguirse la pista a través de www.suenanfuerte.com, comienza ahora un recorrido por festivales de cine -de momento ha sido seleccionado en el Festival Internacional del Canal de Panamá y en el International New York Film Festival, tras lo que intentará ser distribuido a través de las plataformas de televisión.

Un viaje musical

Tañen Furo recoge el viaje de Idoipe por el Pirineo Central, a lo largo de todo un año, en el que ha buscado y grabado los sonidos del territorio con el objetivo de utilizarlo de materia prima musical, mezclándolos con ritmos electronicos y sonidos sintetizados. Ideada por Javier Jiménez, la experiencia ha llevado a Idoipe por 42 localidades y parajes naturales del Pirineo aragonés, con más de 16.000 kilómetros por autovías, carreteras y senderos y un gran equipo técnico y artístico de 70 personas.

El viento en los puertos, las cascadas de agua, los esquilos del ganado, la letanía de un telar tradicional o el timbre de chiflos, salterios, gaitas de boto o zalfonas tradicionales, pero también músicas popualres como el alacay de Ansó, la culereta de Graus, el dance de Santa Oroso o jotas de la vendimia en el Somontano forman parte de la banda sonora de Tañen fuerte, y lo harán de las próximas grabaciones de Javier Idoipe.
 

El título no es un documental al uso, sino que traspasa la barrera transmedia, en el sentido de que se recoge a través de distintos formatos audiovisuales y gráficos: una miniserie de TV, un lrgometraje documental, un stitio web, un disco en soporte digital, fotografía fija, un evento de proyección en videomapping y numerosas publicaciones en redes sociales.

Freeman Creación ha contado con la ayuda del Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza, Diputación de Huesca, Comarca de La Jacetania y la coproducción de Aragón TV. Grabado en 4k con varios equipos de cámara, drones y un importante despliegue de medios para la grabación de sonido, Tañen furo ha contado con la participación además de experimentados músicos aragoneses, como la Orquestina del Fabirol, La Ronda de Boltaña, Francho Serrablo, David Angulo, Lorenzo Cortés y Susana Burguete, junto a otros emergentes como Ixeya o el propio Javier Idoipe.

La dirección de fotografía ha corrido a cargo de Sebastián Vanneuville, el sonido de Kostis Mitsotakis, la responsable del montaje y edición ha sido Ana Escario. Sergio Zamarvide ha realizado los fx visuales y videomapping, Natalia Gómara e Isabela Cortés han llevado la jefatura de producción y el sonido directo y segunda unidad Raúl Ansón, mientras que Daniel Yuste y Martín Campoy han rodado las imágenes aéreas.

Detrás del proyecto transmedia hay más de 30 jornadas de rodaje repartidas durante un año, para grabar todo el ciclo anual de festividades, celebraciones y tradiciones, así como el aspecto de las montañas, valles, ríos e ibones, durante el ciclo natural.

El rodaje se inició en febrero de 2022 y concluyó en enero de 2023, tras lo que arrancó una larga y laboriosa fase de edición y postproducción. Según Freeman Creación han sido más de 1.000 horas de trabajo entre las tareas de edición  y montaje de imagen, edición y mezclas de sonido, efectos visuales, rótulos, títulos, edición e infografía del videomapping en 2 y 3 dimensiones, grabación de voz en off, etalonaje, masterización y creación de la banda sonora original, para una producción absolutamente virtuosa y preciosista, ambiciosa, original y de enorme interés.
 

Tañen furo no solo es un espectacular viaje al corazón del Pirineo aragonés, sino un escaparate donde se ve y sobre todo se escucha lo mejor de la tradición pirenáica. Y en tercer lugar es una mirada valiente a la tradición, respetuosa pero nada mojigata, que apuesta por conocer para evolucionar.

Javier Idoipe abandona Zaragoza, donde está afincado, y comienza su viaje por el valle de Chistau. Conversa con Roberto Serrano, miembro de la Orquestina del Fabirol, y de San Juan de Plan viaja a Bielsa durante los carnavales en los que las trangas se adueñan de todo. En Espierba conoce a Barré, un sabio pastor que ha recopilado más de 17.000 palabras y expresiones en belsetán. Marcha hacia Jaca, y en tiempos de mayencos y crecidas del río en primavera graba los sonidos de los navateros del Sobrarbe.

También pasea por las fallas de Sahún, un espectáculo visual en el solsticio de verano, tras el cual remonta los 700 metros de desnivel en la romería de Santa Orosia, en Yebra de Basa. En Hecho nos muestra Lo Mon Contemporáneo, un stage de arte y creación en plena montaña, y con Diego Marraco, un chesino veinteañero, aprende cómo eran los toques  y repiques que antiguamente regían la vida diaria en esos pueblos.

Además acude al cierre del festival Pirenostrum donde La Ronda de Boltaña le ofrece todo tipo de sonidos tradicionales, y en Broto asciende al ibón de Bernatuara con los pastores que conducen a sus vacas a los pastos franceses, antes de que la tromba de visitantes veraniegos llenen de fiesta y música el Pirineo, sonidos que también recoge y estudia Idoipe.

Miguel Ángel Moreno y el organista Luigi Bráviz, la Fiesta del Traje Ansotano, los trabucazos al aire con los que se recibe en Graus a los gaiteros, la jota vencimiadora de Óscar Torres y la increible acústica de las bodegas del Somontano, el misticismo de San Juan de la Peña, la Noche de Ánimas, que en Radiquero reivindica su origen celta, como origen y no como consecuencia del Halloween americano o los miradores de Ordesa y Monte Perdido, a quien Idoipe compone una ofrenda sonora en señal de respeto, son otras de las referencias musicales, geográficas y etnográficas que aparecen en Tañen furo.