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‘Sincronías’, un paseo desde los ancestros íberos al arte contemporáneo ‘Sincronías’, un paseo desde los ancestros íberos al arte contemporáneo
Imagen de Bartolomé Palazón, el artista murciano afincado en Teruel

‘Sincronías’, un paseo desde los ancestros íberos al arte contemporáneo

El artista afincado en Teruel Bartolomé Palazón expone en el Museo de Archena
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Con un discurso artístico basado en la antropología del arte primitivo, Bartolomé Palazón presenta Sincronías, una exposición formada por 21 piezas entre esculturas y pintura que puede verse en la sala de exposiciones temporales del Museo de Archena (Murcia) hasta el 19 de marzo de 2022.

Palazón, nacido en la localidad murciana de Fortuna en 1983, es licenciado en Bellas Artes y doctor en Investigación Artística. Actualmente está afincado en Teruel, donde imparte clases en el grado de Bellas Artes.

Desde los inicios de su actividad artística, la intervención en el espacio público, el feminismo y la arqueología han sido algunos de sus pilares fundamentales, junto a la reinterpretación del arte primitivo y a la exploración de los valores antropológicos de este, a través de las técnicas tradicionales de escultura, la talla directa, el vaciado, el modelado, la fundición en bronce o el volumen con fibras vegetales.

Varias de las piezas de la exposición, que mezcla escultura, grabado y pintura

En el caso de Sincronías, Palazón utiliza cinco grabados que forman la serie Huella, cinco óleos que forman la serie Pigmento, dos mosaicos y relieves que forman la serie Dureza, diez esculturas en diferentes técnicas -talla directa sobre mármol o arenisca, o bronce a la cera- que forman las series El caballo que mide el tiempo, Ausencia o Recuerdo, y una instalación a base de cera y escayola titulada Sincronías, para aludir a la interpretación artística del exvoto íbero original hallado en el asentamiento ibérico El Castillejo, en su Fortuna natal. Bartolomé Palazón rinde así homenaje a su propia identidad cultural, imbricando el pasado artístico de su localidad natal con el presente, y también a la escultura íbera, “deudora” según el autor “de la enorme riqueza animalística que legaron al imaginario artístico de la península Ibérica”.

Además Palazón hace un guiño a Archena, localidad de acogida de su exposición que se inauguró el pasado 15 de diciembre, haciendo dialogar al exvoto de Fortuna y al Vaso de los Guerreros de Cabezo del Tío Pico, como identidad cultural de Archena. Un exvoto es una ofrenda ritual que los íberos ofrecían a los dioses, a través de imágenes de animales, alimentos o personas, habitualmente.

En concreto, al que alude directamente Sincronías es el hallado en los aledaños del asentamiento ibérico de El Castillejo de Fortuna, que hoy se exhibe en el Museo Arqueológico de Murcia. La serie que lo representa directamente es Caballo entre dos tiempos, formada por una serie escultórica de doce caballos en bronce de pequeño formato, y uno en mármol de 33 centímetros.

Palazón frente a una de sus piezas durante la inauguración de ‘Sincronías’ en Archena

Esta pieza en concreto fue realizada durante una estancia de investigación en la Academia de Bellas Artes de Carrara (Italia) en 2008. Su creación aborda la deconstrucción de la imagen del caballo enjaezado, mostrada a través de varias piezas secuenciales, de manera que desde una primera pieza que plantea todo el volumen original del caballo, se va desnudando este progresivamente de la cabezada, las riendas y la montura por último, reconstruyéndolas finalmente a través de un relieve en negativo mediante el rehundido de los volúmenes.

Según Pedro A. Cruz Sánchez, que comisaría la exposición Sincronías, “Bartolomé Palazón convierte sus obras en lugares para actuar sobre el pasado. El artista, en tanto que sujeto que recuerda y se enfrenta al pasado, se manifiesta como agente de cambio”. Según el comisario, lo que hace Sincronías es “expresar, en cada una de sus piezas, el sentido profundo del acto de recordar”.

En lo material, Palazón arranca su exploración artística en Sincronías a partir de los grafismos y las formas de representación pictórica bidimensional de las primeras civilizaciones, queriendo “dar una nueva visión a estas siluetas primitivas en un contexto contemporáneo, más allá de los visual para adentrarnos en el volumen”, según el propio artista.

Además Palazón afirma que considera “fundamental en la creación”, la parte procesual de la obra. “La gestación de la obra en el taller es donde el trabajo está más vivo y donde más sujeto a sufrir variaciones se ve”, expresa. Según el artista, el mismo instante de la gestación es aquel en el que el autor experimenta el mayor número de sensaciones y se genera un vínculo más especial entre el artista y su obra. Un proceso y una experiencia que se completa, e incluso se transforma, con la contemplación e interpretación del espectador que cierra el círculo creativo.

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