Rubielos de Mora celebra la III Jornada Enológica como anticipo a sus fiestas

La tercera Jornada Enológica en Rubielos de Mora, Rubvinos, se abrió este domingo al público con el atractivo de poder degustar 80 referencias de vinos de 19 bodegas. El objetivo final es “ofrecer una alternativa a las grandes marcas de vino y como cambio a vinos diferentes”, comentaba Juan Vicente Alcañiz, enólogo y uno de los organizadores del evento.

En la búsqueda de la calidad y promoción, han tenido en cuenta todo tipo de cuestiones, entre ellas, las distintas variedades de uva para la fabricación de los caldos. Por eso, la garnacha de Aragón, el tempranillo de La Rioja, el palomino de Andalucía o el godello de Galicia, han tenido cabida o están presentes en cada una de las ediciones con que ya cuenta Rubinos. “Así nació la feria y para demostrar que hay vida detrás de las grandes bodegas”, remarcaba Alcañiz.

Casi todas las ferias de vino están auspiciadas por las D.O. (Denominaciones de Origen) oficiales, de cada una de las representaciones que hay en España y en las 17 Comunidades Autónomas. De ello se dieron cuenta este grupo de emprendedores y buscaron marcar territorio. Querían ofrecer algo distinto, por eso, dicen “no hay otra igual”, además, la premisa principal es “promocionar el consumo responsable de vino”.

Diferenciación

Una cuestión importante para asentar este evento y según los propios organizadores es “cualificar la zona en temas etnológicos y abrir un abanico de posibilidades”, apuntó Yelel Cañas, cocinero y profesor en la Universidad de Castellón de Gastronomía y Management (Gasma).

Esta tercera Jornada Enológica, al igual que las anteriores, cuenta con un primer día abierto al público, que este domingo pudo degustar los distintos vinos y de las distintas bodegas, pero también hay una sesión para profesionales que se desarrolla este lunes.

Tenían claro el reto de la feria para 2024 “era tener un mínimo de 50 restaurantes de calidad y tenemos representación de Valencia, Castellón, Zaragoza o Teruel. En una palabra, afianzarse”, matizó el enólogo.

En este encuentro participan alrededor de cien profesionales, que vienen desde Valencia, Castellón, Zaragoza, Teruel, Cataluña y de otras partes del territorio. El objetivo es promocionar los vinos del territorio; “es una zona que falta mucho por desarrollar, pero con muchos recursos” señaló Cañas. “Aquí estamos a mil metros de altura y cada vez se plantan viñas más alto y con mejores resultados, pero aquí hay mucho porvenir”, detalló el cocinero. Abundando en este aspecto y llevándolo a su terreno, Alcañiz puntualizó que la pretensión es “trabajar con variedades autóctonas y artesanas, que son respetuosas con el paisaje”.

Este grupo de emprendedores, heterogéneo pero con ideas muy claras y coordinadas, es el promotor de Rubinos. Un enólogo (Juan Vicente Alcañiz), un cocinero y profesor de cocina (Yelel Cañas), un restaurador (Manuel Gorriz) y un todoterreno (cocinero también y estudió Enología), Pablo Ministro, que ya manejan nuevos proyectos para promocionar vinos y emprender nuevas vías de negocio. Aunque la idea inicial de Rubinos, como concepto, nació como un planteamiento para un festival de música, con la intención de atraer cosas nuevas en cada edición.

Internacionalidad

Cada año han participado vinos y bodegas de diferentes países, pues si en la edición última estuvieron presentes vinos de Italia, Francia o Alemania, en este año son vinos de Chile y Argentina, pero también del Sol naciente. Japón se suma para mostrar distintas variedades de su afamado sake y dar así una nota de color y distinción.

Internacionalizar todavía más -si cabe- esta jornada es el siguiente paso que quiere dar Rubinos en sus siguientes ediciones.

El reto es hacer más promoción, aunque actualmente ya reciben ayudas desde varias instituciones como el Ayuntamiento de Rubielos de Mora, la Diputación Provincial de Teruel, la Comarca de Gúdar-Javalambre o el propio Gobierno de Aragón.

Buen ambiente

El ambiente en Rubielos de Mora era de fiesta, pues esta tercera jornada enológica se convertía en el anticipo de las fiestas patronales.

Degustar vino siempre es un placer para los buenos catadores y, en este caso, más de 100 personas pasaron por las instalaciones del Ayuntamiento para catar una copita o varias.

Está “superbueno, fresquito, suave, entra muy bien” decía Noelia Sancho, que desde Valencia se había acercado para degustar los vinos blancos, sus preferidos. Mientras José Hernández tampoco le quitaba ojo al blanco, “muy bueno” decía.

Berta y Marga venían desde Hueca, y no era la primera vez, pues Marga ya estuvo el pasado año y animó a su amiga para degustar estos caldos. Ellas probaron el tinto, “muy bueno, se puede tomar de aperitivo”, apuntaba.

No muy lejos, y entre el más de centenar de bebedores, estaban Luz (principiante en el tema) y Leticia (ya veterana en las lides de cata vinos), que también degustaban un blanco “muy bueno, suave, afrutado, no dulce”, señalaba Leticia, que llegaba de Valencia para participar en su tercera jornada y a la par que el certamen.

Y aunque parece un contrasentido, casi había más gente de fuera de la zona que de la propia comarca.

El atractivo de la feria va creciendo con los años, como el ambiente que los soportales del Ayuntamiento de Rubielos de Mora tuvo a lo largo de toda la tarde. La temperatura iba en ascenso, pues si el calor externo era notable, a la sombra y probando distintos vinos, también aumentaba al igual que el buen humor.