Imagen de la inauguración de la exposición de pintura Elito Also, en uno de los salones de La Fábrica de Solfa, con la artista al fondo
Quince años de La Fábrica de Solfa: fusión de gastronomía, territorio y creación artística
Víctor Guiu y Gori Pastor abren este sábado el aniversario del establecimiento radicado en Beceite
La lírica, la retranca y el genuino gusto por la cercanía del Grupo de Polipoesía del Bajo Aragón Histórico, o lo que es lo mismo, la guitarra de Gori Pastor y los poemas de Víctor Guiu, abren este mismo sábado, 6 de abril (19 horas) el programa de actuaciones en directo diseñado por La Fábrica de Solfa, en Beceite, para celebrar sus quince años en la brecha.
La Fábrica de Solfa es un restaurante y hotel enclavado en el corazón del Matarraña desde que en 2009 los hermanos Moragrega -Javier, Alberto y Rubén- decidieron rehabilitar una antigua fábrica de papel de Beceite. En este tiempo gracias al trabajo del cocinero jefe Kike Micolau y del resto de trabajadores el establecimiento se ha convertido en una de las referencias gastronómicas del slow food y del producto de kilómetro 0 y de calidad. Hace un año fue uno de los cuatro restaurantes aragoneses en ganar un Sol Repsol, distinción que en la provincia solo comparte con El Batán de Tramacastilla.
Desde 2018 además La Fábrica de Solfa es una de las salas de arte más especiales de Aragón. A su oferta basada en la gastronomía de calidad propia del territorio y a sus Historias Gourmet, una serie de experiencias, jornadas e iniciativas que van más allá de la comida, ese año sumaron una serie de exposiciones de arte que, a razón de tres o cuatro por año, integra piezas de pintura o escultura en los salones y pasillos del espacio.
“En 2018 veníamos de una trayectoria gastronómica de nueve años”, explica Javier Moragrega. “Ese año se nos fue Rubén, y como un homenaje hacia él reinventamos el hotel y el restaurante con las Historias Gourmet de la Fábrica de Solfa, con el objetivo de abrirlo a artistas vinculados al Matarraña y al resto de la provincia de Teruel, para que pudieran exponer en nuestro hotel y nuestros clientes disfrutar de sus obras”.
La experiencia fue un éxito casi de inmediato. “Cambiamos la dinámica del hotel y la decoración”, explica Moragrega. “A la gente le hizo gracia, le gustaba que fueran piezas creadas por artistas de la zona, y que tuvieran la oportunidad de comprar alguna, o de disfrutarlas sin más”. Poco a poco la lista de artistas de fue abriendo, primero creadores del Matarraña y después del resto de la provincia de Teruel o de Aragón, pero siempre que fuera posible vinculados al territorio. “Al final se trata de difundir todo el patrimonio que tenemos en las zonas rurales, que tenemos mucho que decir y que aportar”, afirma tajante Javier Moragrega, convencido de la filosofía que ha mantenido La Fábrica de Solfa desde su apertura en 2009. “Todo lo que hagamos en ese sentido suma a la hora de demostrar que desde los pueblos se hacen cosas muy valiosas, que en la España rural hay artistas de enorme talento”.
En un principio La Fábrica de Solfa contactaba con los artistas y les proponía organizar una exposición, aunque poco a poco son los creadores, cada vez de más puntos de España, quienes se ponen en contacto con ellos porque quieren participar. “Hay gente vinculada al Matarraña por segundas residencias, gente de Zaragoza que ha pasado por aquí, lo ha visto y nos ha pedido exponer, se han hecho presentaciones de libros, de música, proyecciones de documentales, charlas de los temas más diversos...”, explica Javier Moragrega. “De algún modo lo que queremos es que quien viene aquí tenga algún vínculo con el Matarraña, con Teruel o con el mundo rural, que es lo que representa nuestra línea. Aunque quién sabe si algún día tendremos que dar el salto”.
Los artistas también se han dado cuenta de que el perfil de cliente de La Fábrica de Solfa, lo mismo que valora el mimo en la gastronomía, aprecia el arte que aquí también es de kilómetro 0, y suele llevarse un trozo del territorio a sus casas. “Sí que se venden piezas. De algunos autores más y de otros menos, claro, pero en general nuestro cliente aprecia las cosas bien hechas, y de las últimas exposiciones que hemos realizado, la de José Azul, la de Elito Also, una chica de Tortosa descendiente de aquí, o Ramón Curto, que hacía paisajes de Beceite en acuarela, se vendieron bastantes piezas”.
La actuación de este sábado de Víctor Guiu y Gori Pastor, que recitarán versos musicados, coincide con el final de la exposición Escultura de Hierro Reciclado, del reconocido artista de Burbáguena José Azul. Y antes que él han pasado por La Fábrica de Solfa Álvaro Lombarte, Elito Also, Aarón Zapata, Javier Marañón, Víctor Vito Pastor, Roberto Sallén, Daniela Krpan, Ramón Curto, Mariam Tijm, Manel Bellver, Esther Galdón, Ersi Marina Samará, Romà Vallès... Infinidad de nombres, algunos más conocidos que otros, pero todos con un discurso artístico que aporta riqueza y nuevas perspectivas al espacio.
Este lunes, 8 de abril, se dará por finalizada la muestra de animales y curiosos artefactos metálicos salidos de la imaginación y la forja de José Azul, y se dará paso a la exposición Gamópolis, de Jaime Oriz y Jorge Omeñaca, que estará abierta entre el 15 de abril y el 8 de julio. Se trata de una peculiar reflexión visual, a través de la fotografía, de la arquitectura y los modos de vida urbanos actuales.
La serie completa, que ha podido verse en el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, en Zaragoza, hasta enero de este año, consta de 70 fotografías intervenidas en las que los autores han creado una nueva ciudad imaginaria, partiendo de elementos presentes en urbes como Zaragoza, Barcelona, Valencia, Málaga o Madrid.
Entre el 9 de julio y el 8 de octubre será el turno de Pandoras, de David Ballester, un escultor zaragozano que trabaja fundamentalmente la madera, especialmente reutilizando materiales reciclados. Y del 9 de octubre al 8 de enero se cerrará 2024 con Cristina Huerta y (In process) - Veracruz /Mex.
La Fábrica de Solfa es un restaurante y hotel enclavado en el corazón del Matarraña desde que en 2009 los hermanos Moragrega -Javier, Alberto y Rubén- decidieron rehabilitar una antigua fábrica de papel de Beceite. En este tiempo gracias al trabajo del cocinero jefe Kike Micolau y del resto de trabajadores el establecimiento se ha convertido en una de las referencias gastronómicas del slow food y del producto de kilómetro 0 y de calidad. Hace un año fue uno de los cuatro restaurantes aragoneses en ganar un Sol Repsol, distinción que en la provincia solo comparte con El Batán de Tramacastilla.
Gastronomía y arte
Desde 2018 además La Fábrica de Solfa es una de las salas de arte más especiales de Aragón. A su oferta basada en la gastronomía de calidad propia del territorio y a sus Historias Gourmet, una serie de experiencias, jornadas e iniciativas que van más allá de la comida, ese año sumaron una serie de exposiciones de arte que, a razón de tres o cuatro por año, integra piezas de pintura o escultura en los salones y pasillos del espacio.
“En 2018 veníamos de una trayectoria gastronómica de nueve años”, explica Javier Moragrega. “Ese año se nos fue Rubén, y como un homenaje hacia él reinventamos el hotel y el restaurante con las Historias Gourmet de la Fábrica de Solfa, con el objetivo de abrirlo a artistas vinculados al Matarraña y al resto de la provincia de Teruel, para que pudieran exponer en nuestro hotel y nuestros clientes disfrutar de sus obras”.
La experiencia fue un éxito casi de inmediato. “Cambiamos la dinámica del hotel y la decoración”, explica Moragrega. “A la gente le hizo gracia, le gustaba que fueran piezas creadas por artistas de la zona, y que tuvieran la oportunidad de comprar alguna, o de disfrutarlas sin más”. Poco a poco la lista de artistas de fue abriendo, primero creadores del Matarraña y después del resto de la provincia de Teruel o de Aragón, pero siempre que fuera posible vinculados al territorio. “Al final se trata de difundir todo el patrimonio que tenemos en las zonas rurales, que tenemos mucho que decir y que aportar”, afirma tajante Javier Moragrega, convencido de la filosofía que ha mantenido La Fábrica de Solfa desde su apertura en 2009. “Todo lo que hagamos en ese sentido suma a la hora de demostrar que desde los pueblos se hacen cosas muy valiosas, que en la España rural hay artistas de enorme talento”.
En un principio La Fábrica de Solfa contactaba con los artistas y les proponía organizar una exposición, aunque poco a poco son los creadores, cada vez de más puntos de España, quienes se ponen en contacto con ellos porque quieren participar. “Hay gente vinculada al Matarraña por segundas residencias, gente de Zaragoza que ha pasado por aquí, lo ha visto y nos ha pedido exponer, se han hecho presentaciones de libros, de música, proyecciones de documentales, charlas de los temas más diversos...”, explica Javier Moragrega. “De algún modo lo que queremos es que quien viene aquí tenga algún vínculo con el Matarraña, con Teruel o con el mundo rural, que es lo que representa nuestra línea. Aunque quién sabe si algún día tendremos que dar el salto”.
Los artistas también se han dado cuenta de que el perfil de cliente de La Fábrica de Solfa, lo mismo que valora el mimo en la gastronomía, aprecia el arte que aquí también es de kilómetro 0, y suele llevarse un trozo del territorio a sus casas. “Sí que se venden piezas. De algunos autores más y de otros menos, claro, pero en general nuestro cliente aprecia las cosas bien hechas, y de las últimas exposiciones que hemos realizado, la de José Azul, la de Elito Also, una chica de Tortosa descendiente de aquí, o Ramón Curto, que hacía paisajes de Beceite en acuarela, se vendieron bastantes piezas”.
La actuación de este sábado de Víctor Guiu y Gori Pastor, que recitarán versos musicados, coincide con el final de la exposición Escultura de Hierro Reciclado, del reconocido artista de Burbáguena José Azul. Y antes que él han pasado por La Fábrica de Solfa Álvaro Lombarte, Elito Also, Aarón Zapata, Javier Marañón, Víctor Vito Pastor, Roberto Sallén, Daniela Krpan, Ramón Curto, Mariam Tijm, Manel Bellver, Esther Galdón, Ersi Marina Samará, Romà Vallès... Infinidad de nombres, algunos más conocidos que otros, pero todos con un discurso artístico que aporta riqueza y nuevas perspectivas al espacio.
Este lunes, 8 de abril, se dará por finalizada la muestra de animales y curiosos artefactos metálicos salidos de la imaginación y la forja de José Azul, y se dará paso a la exposición Gamópolis, de Jaime Oriz y Jorge Omeñaca, que estará abierta entre el 15 de abril y el 8 de julio. Se trata de una peculiar reflexión visual, a través de la fotografía, de la arquitectura y los modos de vida urbanos actuales.
La serie completa, que ha podido verse en el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, en Zaragoza, hasta enero de este año, consta de 70 fotografías intervenidas en las que los autores han creado una nueva ciudad imaginaria, partiendo de elementos presentes en urbes como Zaragoza, Barcelona, Valencia, Málaga o Madrid.
Entre el 9 de julio y el 8 de octubre será el turno de Pandoras, de David Ballester, un escultor zaragozano que trabaja fundamentalmente la madera, especialmente reutilizando materiales reciclados. Y del 9 de octubre al 8 de enero se cerrará 2024 con Cristina Huerta y (In process) - Veracruz /Mex.
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Facha