Pop y rock desde Teruel para exigir que paren los bombardeos en Ucrania
Alumnos y profesores del Centro de Estudios Musicales On Music ofrecen un concierto benéficoFrente a los bombardeos rusos sobre el Teatro del Drama o sobre una escuela de arte en Mariúpol, en Ucrania, la música se abría paso ayer en el Teatro Marín de Teruel para pedir el fin de la guerra. Stop War! On Music fue el concierto que los alumnos del Centro de Estudios Musicales On Music ofrecieron en un acto solidario a beneficio de la ONG FarmaMundi. Cerca de 400 asistentes mostraron su apoyo acudiendo al teatro y un número similar se sumó con sus aportaciones económicas a la Fila Cero. Además, quien quiso pudo llevar alimentos no perecederos y productos de higiene a la entrada del teatro donde un grupo de ucranianas lo recogían.
El concejal de Cultura, Carlos Méndez, presentó el concierto con el que colaboró el Ayuntamiento y el Centro Comercial Abierto. Junto a él, Frank Gallego, director del Centro On Music, que fue dando paso a los diferentes combos musicales. Méndez destacó el gran esfuerzo que está haciendo la comunidad ucraniana de Teruel por su pueblo y pidió un aplauso para ellos, igual que para los alumnos y profesores del centro musical, que ayer quisieron aportar su granito de arena ofreciendo su música por la paz.
Gallego agradeció al público que hubieran llenado prácticamente el teatro por un causa solidaria y explicó que los alumnos del centro han querido sumarse con el repertorio que practican en clase, temas de rock y pop sobre todo de las últimas décadas del pasado siglo hasta la actualidad.
Con Here comes the sun, de The Beatles, arrancó este concierto, que fue subiendo en fuerza e intensidad conforme iban pasando los siete grupos o combos que se subieron sobre el escenario para interpretar sus particulares versiones de temas como Aint’ Got No, I Got Life, de Nina Simone.
Aunque la mayoría de los temas se interpretaron en inglés no faltaron las versiones de conocidas canciones del pop español como Berlín, de Coque Malla.
Cada uno de los combos interpretó tres temas con las que demostraron las ganas que había de subirse a un escenario por una buena causa.
Desde las formaciones de alumnos más jóvenes hasta los veteranos pasando por grupos que ya tienen su propio nombre como Los Garrampas o que optan por sonidos más fuertes, aportaron variedad a un concierto que parecía más de fin de curso que de mediados del mes de marzo. Los Garrampa le quisieron dar “un mensaje encarecido a Putin”, que pasen una noche con Lola y su cantante, Iván Núñez, gritó “Hay que para la guerra”, cuando interpretaron Take me out de Franz Ferdinand. Tampoco faltó un tema propio Mi banda de Rock and Roll.
Los Garrampas le dieron el relevo a la On Music Banda del centro, un grupo formado por profesores y alumnos con voces tanto masculinas como femeninas que interpretaron versiones de temas como With a little help from muy friends, de Joe Cocker.
El colofón lo puso el rock más heavy con un combo que cerró el concierto con Sweet Soul Sister, de The Cult, o You could be mine, de Guns’N’Roses.
El público de todas las edades no solo apoyó una causa solidaria como la ayuda a la población ucraniana sino que también disfrutó con el trabajo de alumnos y profesores que no dudaron en dedicar su tiempo a prepararse a este concierto y hacer vibrar con su música el Teatro Marín.
Para poder optimizar la recaudación lo máximo posible, la organización ha contado con el Colegio Profesional de Farmacéuticos de Teruel y con la ONG FarmaMundi, con la que existe un convenio permanente. La ayuda se deriva a hospitales y farmacias donde se envía medicamentos y material sanitario.
En la presentación del concierto, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos turolenses, María José Villafranca, explicó que contar con FarmaMundi es una garantía total por su gran experiencia en conflictos y situaciones de emergencia por todo el mundo.
Hasta la semana pasada FarmaMundi Aragón había realizado tres envíos a la zona. Primero hubo que mandar medidas de protección anticovid. Posteriormente, sueros y antibióticos y el último material propio para las consecuencias directas del conflicto bélico como coagulantes y vendas.
Recogida de productos
Antes del concierto, en el acceso del Teatro Marín, voluntarios ucranianos recogieron los productos que llevaron los asistentes al concierto y otras personas que se acercaron hasta allí para hacer sus aportaciones. Desde el pasado 1 de marzo y hasta este fin de semana la comunidad ucraniana en Teruel y otros voluntarios estuvieron recogiendo material en el centro sociocultural San Julián, que les cedió el Ayuntamiento para este fin.
Durante este tiempo las aportaciones han ido cambiando según las necesidades que se iban comunicando. Primero fue ropa, pero llegó un momento en el que ya no era necesaria, incluso se ha derivado a Cáritas para que ellos la redistribuyan según las necesidades que se soliciten. También, se solicitó ropa térmica y de hombre pensando en los que se quedan dentro del país.
Alimentos no perecederos, productos farmacéuticos y de higiene o comida y pañales para bebé han sido otros artículos recogidos durante estos veinte días, no solo de particulares sino también de empresas que han querido contribuir a esta entrega solidaria o municipios de la provincia que los recogían en furgonetas y lo traían a Teruel para luego llevarlo a Valencia, Zaragoza o Barcelona y de ahí rumbo a Polonia.
Victoria es una de las ucranianas afincadas en Teruel que ha estado recogiendo productos y clasificándolos junto a sus compatriotas y muchos voluntarios que les han ayudado durante estas semanas. Ayer agradeció la solidaridad de los turolenses. “La gente se ha movido mucho”, aseguró.
De momento no van a hacer más envíos y parte de los recogido va a ir a las familias que están llegando a Teruel y que son la mayoría familiares o amigos de ucranianos residentes en la capital o en los pueblos de la provincia. Comentaron por ejemplo que ayer llegó una familia a Torres de Albarracín, para reunirse allí con sus parientes.
En la provincia de Teruel había censados en 2021, un total de 185 ucranianos. La semana pasada 32 personas llegados de Ucrania solicitaron la protección temporal en la Comisaría Provincial, que facilita su estancia en Teruel.
“Hemos venido a Teruel pero queremos volver cuando todo acabe”
La comunidad ucraniana que vive en Teruel se encuentra estos días más unida que nunca tras la crisis humanitaria que ha supuesto la invasión rusa a su país. Algunos llevan más de una década en la ciudad o en los pueblos de la provincia y antes no tenían mucho contacto entre ellos pero, a raíz de las primeras movilizaciones que convocaron para protestar por la guerra y posteriormente para recoger material, han estrechado lazos.
Varios de ellos están recibido estos días en sus casas a familiares y amigos que huyen de Ucrania y que se van a instalar en Teruel por un tiempo indeterminado porque no se sabe como van a transcurrir los acontecimientos.
Como Irina, que procede de Vasylkov, a 25 kilómetros, de Kiev, de donde ha tenido que huir porque es una zona que está siendo bombardeada constantemente ya que allí se encuentra una base aérea, contó, con la ayuda de una amiga que le traduce mostrando en su móvil las imágenes de las viviendas destruidas en su ciudad.
Su casa, explica, todavía se mantiene en pie pero no sabe qué pasará. Junto a su hija y dos nietos de 14 y 11 años cogieron el coche y vinieron hasta Teruel, donde conocían a Olena, que lleva casi 20 años viviendo en esta ciudad. Se encuentran viviendo con ella en su casa, ya han solicitado la protección temporal y esperan que los chicos puedan escolarizarse pronto. Allí, se quedó el padre de los chicos porque los hombres no pueden salir del país.
La situación en Ucrania es diferente según las zonas. Las noticias que llegan de Mariúpol, en el este, son muy preocupantes. Olena está en contacto con una amiga allí que le cuenta que los rusos les piden que cambien su pasaporte por uno ruso para poder tener acceso a los alimentos.
Esta ciudad está sitiada, no se puede entrar ni salir y los bombardeos son continuos, como se ha visto este fin de semana.
En otras zonas de Ucrania más al oeste, cercanas a la frontera con Rumania la situación está mejor, pero allí están llegando los desplazados de otras partes del país. Marina también vive en Teruel pero su hermana está allí, donde trabaja como profesora. Da clase online como se hizo durante el confinamiento por la pandemia de covid. De momento, sus familiares se quieren quedar en el país pero si la situación empeora el marido de Marina está dispuesto a ir a buscar a su sobrina.
Situaciones como estas son las que se encuentran los ucranianos afincados en Teruel. Ayer algunos de ellos acudieron al concierto solidario que organizó On Music para dar las gracias a los turolenses por el apoyo recibido hasta el momento. Ahora van a seguir trabajando por sus compatriotas sacando tiempo de donde pueden para seguir adelante con la incertidumbre de cuándo llegará la paz.
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