“Nadie tiene que estar instruido para disfrutar de cualquier tipo de música”
Caranzalem llevará este domingo su mixtura armónica hasta la Iglesia de GargalloLa iglesia parroquial de Gargallo será escenario este domingo, a partir de las 18 horas, de un concierto de Caranzalem, un peculiar dúo formado por las zaragozanas Pilar Almalé (viola de gamba y voz) y Elena Escartín (flauta de pico y voz). Será el segundo de los conciertos de una nueva edición del Ciclo Música y Patrimonio de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, que de nuevo y con el permiso de la pandemia retoma una serie de conciertos atípicos y muy especiales que podrán escucharse por diferentes localidades de Andorra hasta el 20 de junio.
-¿Cuál es la propuesta musical de Caranzalem?
-Llevamos un repertorio de músicas del mundo, de diferentes tradicionales musicales, épocas y lugares, con instrumentos antiguos, como son las flautas de pico y la viola de gamba, y nuestra voz. Y yo diría que lo realmente novedoso son los arreglos que hacemos sobre los temas que interpretamos.
-Detálleme un poco más dentro de ese concepto de ‘músicas del mundo’, que es bien amplio...
-Abarcamos muchas tradiciones diferentes. En nuestro repertorio se puede encontrar desde músicas finlandesa, música latina, un tema de jazz de Duke Ellington, Libertango de Piazzolla, también un tema aragonés... Y todo eso lo mezclamos con la tradición de la música antigua, con la música colonial, que son sonidos barrocos de latinoamérica, y con alguna influencia más.
-¿Es una música de algún modo compleja? ¿Es necesaria cierta instrucción entre el público para disfrutarla?
-No, no. De entrada no creo que nadie tenga que estar instruido para disfrutar de ninguna música. La música es abstracta y aunque no la conozcas previamente te llega y la disfrutas. Pero al margen de eso, nuestro repertorio es muy popular, sencillo de comprender y muy dinámico. Está lleno de cambios, y también llevamos algunos temas muy conocidos.
-¿A qué responde el nombre de Caranzalem?
-Es una ciudad hindú donde trabajamos y donde nos conocimos Elena Escartín y yo. Fue en 2013, durante un proyecto de cooperación e integración a través de la música.
-La viola de gamba, el instrumento que usted interpreta, en poco conocido... ¿qué peculiaridades tienes?
-Es un instrumento barroco que surge durante el Renacimiento en Italia. Se llama así porque se apoya sobre la pierna, y no sobre el hombro. Pertenece a la familia del violín pero tiene muchas similitudes con la guitarra, el rebab y con ese tipo de instrumentos medievales, ya que tiene trastes, seis cuerdas. Es un instrumento antiguo, que convivió con el violín, pero la viola de gamba de desarrolló por su lado, y debido a la evolución de la música en el siglo XVIII, en la que entre otras cosas se buscaba mayor volumen y menos armónicos, fue cayendo en desuso y el violoncello fue acaparando más atención. Ahora en el siglo XX se está empezando a recuperar. Ha aparecido Jordi Savall, que ha tenido mucho que ve en ello, y se empiezan a construir de nuevo.
-¿Cómo llegó usted hasta la viola de gamba?
-Un poco por casualidad, de pequeña. Sin embargo es un instrumento que tiene muchas posibilidades. Por su parecido con la guitarra te permite tocar acordes mientras canta, tiene unos armónicos muy ricos, y te ofrece un repertorio del barroco y el Renacimiento que el chello no tiene, aunque obviamente tiene otro. En mi opinión tiene un sonido, un timbre y unas posibilidades que lo convierten en un instrumento muy especial. Además existen varios tipos de violas de gamba, soprano, tenor y bajo, que es la más común, y puedes tocarlas todas. Es como si un violinista pudiera tocar además la viola y el violoncello...
-Además de Caranzalem usted participa en otros proyectos musicales. ¿Los conceptos son similares?
-Estoy con Ceci n’est pas Baroque (Esto no es barroco) y con un proyecto más personal, como Pilar Almalé, con otros músicos. Con el primero de ellos (Patricia Rivero, Luca Cescotti y Pilar Almalé) hacemos un repertorio más clásico relacionado con la música barroca histórica, con arreglos modernos; con el proyecto personal cuento con músicos de estilos muy diferentes, porque el violinista (Thomas Kretzschmar) es de jazz y el guitarrista (Ernesto Cossío) viene de la guitarra clásica, flamenca y folk, así que hay una mayor riqueza de estilos, más lenguajes diferentes.
-¿Algún trabajo discográfico con alguno de los tres proyectos?
-Pues ahora mismo estamos con la grabación del primer disco como Almalé, y nuestro objetivo es que se publique a finales de año. Sí que tenemos un disco Elena y yo con Caranzalem, Caja de música, que fue grabado en 2016 y salió finalmente al mercado en 2018
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